Alta velocidad, baja cobertura: ¿Cuándo es posible conectarse a internet o hablar por teléfono en el AVE Galicia-Madrid?

Sara Pérez / Belén Araújo REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Dos usuarios trabajando sin conexión en el Avant que cubre la línea entre A Coruña y Ourense.
Dos usuarios trabajando sin conexión en el Avant que cubre la línea entre A Coruña y Ourense.

Las comunicaciones en la línea que conecta las dos comunidades son intermitentes durante todo el trayecto. Una vez en el AVE, el wifi de Renfe salva la conexión desde Zamora

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Son las 5.13 horas y ya nos hemos quedado sin cobertura. Solo han pasado cinco minutos desde que nos subimos en A Coruña a un Avant con destino Madrid, y que después de un transbordo a un tren AVE nos dejará en tres horas y 37 minutos en la estación madrileña de Chamartín. Y ese es el tiempo que ha durado la conexión: cinco minutos. Han pasado ya más de dos años desde que en diciembre del 2020 se inauguró este último tramo de la alta velocidad a Galicia, una línea muy concurrida por unos usuarios que siguen encontrándose con un problema: la cobertura. Nos subimos a un tren para comprobar, minuto a minuto, la red de datos, de telefonía móvil y el wifi que Renfe habilita para los viajeros en sus servicios AVE.

Las comunicaciones hasta Ourense son intermitentes: van y vienen. Por eso el sentir de la mayoría de los pasajeros, aunque se podría hablar de todos ellos, se resume muy bien en una frase: «Ya ni lo intento». Se refieren a probar si en algún momento del trayecto pueden conectarse a internet, enviar un wasap o recibir o hacer una llamada. Entonces, se resignan a trabajar sin conexión, a ver series o películas descargadas o a cerrar los párpados, que tan solo son las cinco de la mañana. De hecho, es tan de noche todavía que no se distingue muy bien si se está en un túnel o no, una de las pistas para medir la posible cobertura en el momento, pero no la única, o determinante, en otros tramos de la línea de alta velocidad. Solo se escucha el sonido del tren, los silbidos en las entradas bajo tierra.

En la línea de primera hora que conecta Galicia con Madrid destacan quienes viajan por trabajo, que incluso se subirán a otro tren para volver a casa ese mismo día. Es el caso de César Silva y de David Rodríguez, ambos viajeros frecuentes desde A Coruña que trabajan en el sector tecnológico, y que ya han comprobado que la red solo está operativa a partir de Zamora. «No hay cobertura constante, hay cortes, así que no puedes ir trabajando. Si me llaman, en todo el trayecto no hay más de tres minutos seguidos de conversación», explica Silva, que prefiere la opción del tren frente al avión por las conexiones, las salidas y llegadas al centro de las ciudades y los tiempos de viaje. Con una buena cobertura, dice, sería la opción perfecta.

En el mismo vagón también se desplazan Eva García y Andrea Souto, madre e hija. La primera, encargada de obra, va a Madrid para hacer unas mediciones; la segunda, técnica de enfermería del Sergas de día libre, la acompaña porque sí. Mismo día, ida y vuelta. La idea de una y otra era aprovechar el viaje para trabajar y estudiar, pero se les antoja difícil. «Solo llevamos veinte minutos de trayecto y ya desistí», cuenta Eva García, que quería hacer test para continuar preparando las oposiciones de las que se examinará en noviembre. Lo peor, dice, es la decepción.

El silencio continúa siendo el protagonista. La noche, igual de oscura. Estamos llegando a Santiago. Solo diez minutos antes de que el tren comience a entrar en la estación se consigue recuperar la cobertura. Hasta entonces, los colores que más se repiten son el rojo (muy mala señal o inexistente) y el amarillo (conexión inestable). Es decir, ni se pueden mantener conversaciones por teléfono ni la red de datos es buena.

Llamadas sí, internet no

El ambiente tranquilo se revuelve con la cantidad de pasajeros que se suben al tren en Santiago. Ya se escucha más ruido. Lo que no cambiará hasta final de viaje, en Ourense, será la conexión. En este caso, de datos: porque la cobertura móvil aguanta, incluso durante los 31 túneles que se cuentan entre las dos ciudades. Así que quizá en este tramo no compense estar tan pendiente del móvil. La secuencia se repite: carga, de repente no, le cuesta... Momentos en los que brillamos, y otros en los que estamos muy lejos. Mientras, cada vez más personas despiertas.

Terminamos el viaje en Avant a las 6.24 horas, en Ourense, ocho minutos más tarde de lo previsto. En la entrada a la ciudad, la red de datos y de teléfono es buena, así que es el momento perfecto para utilizar el móvil antes de hacer un transbordo exprés. Porque vamos con el tiempo justo: solo tenemos cinco minutos antes de que se cierren las puertas de un AVE que nos dejará en Madrid en tan solo dos horas y cuarto. El tren, puntual, comienza a rodar a las seis y media de la mañana.

El cambio va más allá de pasar de la alta velocidad gallega a la alta velocidad de verdad. En el Avant apenas hay algún anuncio de la prórroga de los bonos gratuitos del tren o publicidad de algún evento en los reposacabezas de los asientos. En el AVE (al menos en el que partió el miércoles a las seis y media de la mañana rumbo a Madrid), la decoración llama la atención por lo cargado que resulta el vagón. El entretenimiento que propone Renfe para esta mañana es cine francés, que se retransmite en las pantallas superiores. Hay demasiadas cosas. Y el tren va casi lleno. No son ni las siete de la mañana.

La zona negra del trayecto

Es en esta salida de Galicia cuando empiezan los problemas de conexión. Poco a poco, nos adentramos en lo que será la zona negra de todo el trayecto, en lugares en los que será imposible conectarse a la red, de datos o de teléfono. Durante los primeros 15 minutos es intermitente, va y viene, pero en los siguientes 25, la cobertura desaparece. Sin conexión. El consejo aquí es que, para evitar frustraciones, decepciones y enfados, lo mejor es no coger el móvil.

Ni siquiera en este tramo llega a funcionar el wifi que Renfe pone a disposición de los viajeros en los AVE, y que simplemente hay que descargar la aplicación PlayRenfe e introducir el identificador del billete. La operadora propone una serie de contenidos propios, como películas, series, programas de televisión, cursos de idiomas, música, revistas y juegos, además de permitir la navegación por internet. El problema es que este servicio no funciona hasta pasado el túnel de Padornelo, en Zamora. Desde ahí, va muy bien, incluso cuando el tren está bajo tierra.

Sigue siendo de noche. Sabemos que estamos en un túnel por dos razones: la primera es que no hay rayas de cobertura, la segunda es por las luces verdes que a media altura cuelgan de las paredes. Los pitidos al entrar y el alivio al salir también ayudan. Probamos a hacer una llamada a las siete de la mañana: imposible. No hay red, no hay conexión. Es cuando se cumplen las dos horas de viaje cuando vuelve a aparecer una línea de cobertura, que realmente no sirve para nada. De hecho, aguanta durante diez segundos para perderse de nuevo.

Imagen durante el chequeo a la cobertura en el AVE Galicia-Madrid.
Imagen durante el chequeo a la cobertura en el AVE Galicia-Madrid.

El tiempo pasa rápido, y pronto dejamos atrás esa zona negra para las comunicaciones. Lo que viene tras la parada en Zamora, la única hasta llegar a Madrid, es una zona más verde (buena cobertura que permite llamar y o navegar). Respecto a la red de telefonía móvil, solo hay tres momentos más imposibles durante el trayecto: saliendo de Puebla de Sanabria, cinco minutos antes de llegar a Medina del Campo y cuatro antes de Olmedo. En el primer caso, ponemos a prueba la red: hacemos una primera llamada: 30 segundos. Una segunda, otros 30 segundos. A partir de la tercera, mejora. Y en cuanto a la red de datos, vuelve a ser inestable hasta Madrid, si bien es cierto que con el wifi del AVE la conexión está asegurada.

El viaje de vuelta es ese mismo día a las cuatro de la tarde. Esta vez no es un AVE, sino un Alvia. Las condiciones cambian, un poco a peor: ahora ya no hay wifi.

Una hora sin poder hablar por teléfono y más minutos sin red que con conexión a internet

En el trayecto que une las ciudades de A Coruña y Madrid se cuentan un total de 73 túneles. Pero que no haya cobertura no es únicamente consecuencia de los recorridos bajo tierra, sino de la también falta de repetidores. Si no hay un número suficiente de antenas, y están distantes, la conexión es baja y se pierde. Pero es un problema que se puede solucionar. En la línea entre Madrid y Barcelona, en la que también hay túneles, la conexión no se pierde de esta manera. ¿Por qué? El ADIF hizo la instalación de red para dar soporte a la cobertura. En el caso de la línea a Galicia, no; y esta se aprovecha de la red de las antenas que dan servicio a las poblaciones o a las carreteras.

Dos años después de la inauguración de este último tramo de alta velocidad, el ADIF ha puesto en marcha un proyecto con el que se salvarán esas zonas negras de conexión al «dar soporte a la cobertura 5G de los operadores de telefonía móvil», en este caso entre Olmedo y Ourense. Las obras podrían comenzar el próximo año y continuar durante el 2025, con la previsión de que el servicio esté disponible a finales de ese año o principios del siguiente. No obstante, su uso sería prácticamente exclusivo para el ferrocarril. Los usuarios tendrán que esperar.

Movistar y Vodafone

De los 217 minutos de duración del viaje, hubo una hora en la que los viajeros no pudieron hacer ni recibir llamadas, y casi 50 minutos en los que la cobertura fue regular. En cuanto a internet, hubo más minutos sin red que con conexión: 90 minutos frente a los 80 con cobertura.

Otra de las grandes diferencias fue la cobertura de los distintos operadores de telefonía móvil. En el chequeo de la red, con dos móviles, uno Movistar y otro Vodafone, en el trayecto A Coruña-Ourense, la diferencia fue sangrante en ciertos tramos: de los 38 megabytes por segundo (Mbps) del primero a los 4,7 del segundo.

Como guía, para abrir un correo electrónico es suficiente 1 Mbps, siempre que predomine el texto; para navegar por internet, 5 Mbps nos permitirán una muy buena experiencia, y para hacer una videollamada o para los videojuegos, necesitaremos a partir de los 10 Mbps. 

La cobertura, minuto a minuto, en el AVE Galicia-Madrid

Desde el minuto en el que el tren inicia su recorrido en A Coruña hasta que efectúa parada en la estación madrileña de Chamartín, la red de datos y de telefonía móvil es intermitente. En algunos tramos es posible navegar por internet y hablar por teléfono; en otros, solo está disponible una de las dos opciones, e incluso hay momentos, exactamente 38 minutos, en los que la desconexión es total. Este es el minuto a minuto de la cobertura en la línea de alta velocidad Galicia-Madrid: 

A Coruña-Ourense

Quizás sea el tramo más intermitente el que une las ciudades de A Coruña y Ourense, en el que la cobertura va y viene. De inicio, la conexión se pierde tras los primeros cinco minutos del viaje. Luego, salvo por el tiempo de paso sin parada por las estaciones del tren regional, la red hasta Santiago es mala. A la altura de Cerceda y de Ordes, la conexión es inestable: hay entre 3 y 8 Mbps y la red móvil es irregular. En la entrada a Santiago empieza a recuperarse la cobertura, que se mantiene durante la parada en la estación, pero que tras pasar Angrois vuelve a perderse. En el caso de la red de datos es total: se encadenan 24 minutos en rojo, seis en amarillo y solo cuatro en verde. La situación cambia con la red de telefonía móvil: en general, se puede hablar por teléfono. 

Ourense-Zamora

Lo que sería la zona negra del trayecto en cuanto a las comunicaciones está entre Ourense y Zamora. A pesar de la conexión wifi con la que cuentan los trenes AVE, mediante la aplicación PlayRenfe, esta no funciona hasta pasado el túnel del Padornelo. A partir de ahí, no da ningún error en lo que resta de trayecto: permite navegar satisfactoriamente. Hasta el cambiador de ancho en Taboadela, la cobertura es intermitente, pero predomina la inestabilidad o la mala o inexistente señal. Durante 16 minutos seguidos no hay ningún tipo de conexión, una situación que se mantiene hasta Pedralba, sumando en total seis minutos más de desconexión. Desde ahí, el wifi está asegurado, y con él, la conexión. Sí es cierto que hay un tramo de unos 12 minutos en los que las llamadas no aguantan más de 30 segundos seguidos. Los últimos diez minutos antes de llegar a la estación de Zamora, única parada del AVE a Madrid, son zona verde (la mayoría) y amarilla. 

Zamora-Madrid

Este último tramo es un oasis para la cobertura. El wifi funciona el 100 % del viaje; solo hay diez minutos en los que la red de telefonía móvil cuenta con muy mala señal o esta es inexistente, pues desde Olmedo la cobertura móvil permite hacer llamadas sin grandes inconvenientes, y en cuanto a los datos sí que hay varios tramos, como cinco minutos entre Olmedo y Segovia, o en el túnel de Guadarrama, en los que la red de internet se pierde. 

En comparación con los tramos A Coruña-Ourense y Ourense-Zamora, este último es, sin duda, el más satisfactorio para los usuarios a la hora de utilizar el móvil, el ordenador o cualquier dispositivo para trabajar o para entretenimiento.