José Luis Abet, condenado a prisión permanente revisable por el triple asesinato de Valga

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

José Luis Abet, asesino confeso del triple crimen de Valga, entra en la Audiencia de Pontevedra
José Luis Abet, asesino confeso del triple crimen de Valga, entra en la Audiencia de Pontevedra Ramón Leiro

El autor de la muerte a tiros de su exmujer, su excuñada y la madre de ambas no podrá acceder al tercer grado hasta que cumpla 22 años de cárcel

24 mar 2023 . Actualizado a las 19:17 h.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de dictar sentencia sobre el triple crimen de Valga. Lo hace de acuerdo con el veredicto del jurado popular, que la semana pasada consideró a José Luis Abet culpable del asesinato de su exmujer, Sandra Boquete, su hermana Alba y María Elena Jamardo, la madre de ambas. La magistrada que firma el fallo condena a Abet a 24 años y seis meses de cárcel por la muerte de su expareja, y a 23 años y seis meses por la de la que fuera su suegra. La de su excuñada, como tercera víctima de la matanza, arroja sobre él la figura de la prisión permanente revisable. Se convierte, así, en el sexto gallego al que se le aplica la máxima pena que contempla el Código Penal.

Esta calificación impedirá al asesino de Valga el acceso al tercer grado penitenciario, que le permitiría abandonar la cárcel a diario y regresar a ella para dormir, hasta que haya cumplido 22 años entre rejas. Tampoco tendrá la posibilidad de ver suspendida la ejecución del resto de la condena hasta que hayan transcurrido treinta años, como mínimo. Porque, a las penas por las tres muertes, se les suman otras dos: cuatro años y seis meses de prisión por cada uno de los dos delitos de lesiones psíquicas que infligió a sus dos hijos, al asesinar a las tres mujeres en su presencia cuando los pequeños apenas tenían cuatro y siete años de edad; y dos años más por un delito de tenencia ilícita de armas. Abet carecía de cualquier permiso para portar el revólver Ruger de calibre 32 largo que adquirió en el mercado negro y descargó sobre sus víctimas el 16 de septiembre del 2019, en la casa de la aldea de Carracido (Valga) que había compartido con su exmujer y los dos niños antes de que el matrimonio se separase.

El tercer capítulo que merece atención tiene que ver con las indemnizaciones que el condenado tendrá que afrontar. A saber, cuatrocientos mil euros a cada uno de sus dos hijos, cuya patria potestad también se le ha retirado; trescientos mil al abuelo de los pequeños, 120.000 a su bisabuela, 55.000 euros a cada uno de sus cuatro excuñados y 80.000 euros para la pareja de Alba Boquete. En total, 1.520.000 euros que el autor del crimen difícilmente podrá reunir. Según las partes consultadas —además de la familia de las víctimas y la Fiscalía, en el proceso se personaron la Xunta y la fundación Amigos de Galicia, ejerciendo la acusación popular—, el único patrimonio del que Abet dispone es una finca en el municipio coruñés de Ames.

Como penas accesorias, José Luis Abet no podrá ni residir ni tan siquiera acudir a Valga durante 32 años. Tampoco aproximarse a menos de quinientos metros del lugar en el que se encuentren sus hijos y el resto de la familia de las mujeres asesinadas. Esta prohibición permanecerá vigente durante diez años, a partir del momento en el que obtenga el tercer grado.

En su decisión, tanto la magistrada como los miembros del jurado tuvieron en cuenta los agravantes de género. Y, en el caso de Sandra Boquete, su exmujer, la primera que cayó bajo las balas de su revólver, también el de parentesco. Como atenuante, el hecho de que indicase a la policía dónde había arrojado el arma tras huir del escenario de los asesinatos.

Para valorar este último punto, merece la pena detenerse en algunas de las pruebas que el tribunal tuvo en cuenta. Un compañero de trabajo relató cómo, la víspera del crimen, Abet entró en el vestuario de la empresa diciendo que al día siguiente ya no acudiría a su puesto, que iba a hacer algo «que sería recordado durante años». Meses antes, en julio, envió varios mensajes a su exmujer a través del WhatsApp, advirtiéndole de que a él no le iba a hacer falta un servicio de funeraria, pero a ella sí: «Prefiero pasar toda la vida en la cárcel a que os quedéis con la casa». De hecho, le había dado un ultimátum para que abandonase la vivienda el 1 de septiembre. Vídeos grabados en Carracido, anunciando que iba a tomarse la justicia por su mano y que no le extrañaba que matasen a mujeres o mensajes enviados tras haber ejecutado las tres muertes forman parte del material que, durante la semana que duró la vista oral, pudo examinar el jurado. Abet nació en 1974. De acuerdo con la condena, cuando vuelva a poner un pie fuera de prisión habrá cumplido setenta años.