El 80 % de los incendios forestales terminan llegando a zonas pobladas

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

GALICIA

CARLOS CORTÉS

Los equipos de extinción luchan contra incendios cada vez más peligrosos

24 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El abandono del rural y el envejecimiento están detrás del avance de la maleza que cada vez cerca más núcleos habitados en Galicia. En los pueblos queda cada vez menos gente y, de los que permanecen, muy pocos mantienen las fincas en producción y libres de rastrojos. Bien porque la edad ya no les permite ocuparse de ellas o abarcarlas todas, bien porque, aunque son jóvenes y residen en el pueblo, tienen otros medios de vida y no disponen de tiempo para atenderlas. La consecuencia es la proliferación de lo que técnicamente se denominan incendios de interfaz, aquellos en los que se mezclan las condiciones propias de un fuego forestal con las del urbano.

Una combinación que los profesionales de la extinción consideran tremendamente peligrosa y que cada vez se presenta con más frecuencia. «Crecen ano a ano. Nestes momentos, o 80 % dos lumes que atendemos están nesa franxa que bordea as casas e o perímetro rural e o une co monte», cuenta Rubén Pardo Cid. Este agente forestal, del distrito XII Miño-Arnoia de la Consellería de Medio Rural, fue el encargado de explicar precisamente las peculiaridades y los riesgos que conlleva este tipo de incendios en Previsel, el salón de la prevención y la seguridad laboral que se está celebrando en Ourense.

Una de las dificultades que afrontan los que trabajan en las brigadas de extinción es que el fuego no se comporta igual que en el monte. «O mosaico no que traballamos non é uniforme nin continuo. Altérnanse zonas de labradío co monte, casas ou galpóns. Hai moita diversidade», explica Pardo Cid.

Diferentes recursos

En este entorno, los bomberos forestales no pueden utilizar los mismos recursos y técnicas que aplican en monte abierto. Ni la lectura del fuego ni la del viento sigue los parámetros habituales. «Nos cultivos, prados e en terreos abandonados con maleza, o lume faise más rápido polo tipo de vexetación que atopa. A iso súmanse os saltos a focos secundarios e as correntes cambiantes que se xeran», ejemplifica este agente forestal.

Está, además, la amenaza que este tipo de incendios supone para bienes y personas, y que obliga a centrar más esfuerzos y recursos en la protección. La necesidad de evacuar a los vecinos —o aislarlos, cuando afecta a vías de comunicación que impiden el acceso o la huida— suele complicar el operativo, porque a las brigadas de extinción se suman otros equipos y servicios de emergencia. Bomberos urbanos, Protección Civil, Guardia Civil o Policía Autonómica se mueven a la vez en el mismo escenario. «Ten que haber unha coordinación moi boa e para iso está o dispositivo do mando único», apunta Pardo Cid.

La proliferación de los incendios de interfaz ha motivado que los agentes forestales dediquen parte de su tiempo a concienciar a la población. «Estamos dando cada vez máis charlas en vilas e comunidades de montes para que se vaian acostumando a saber que facer é que non, porque este escenario vai ser cada vez máis común», explica este agente. No solo ofrecen recomendaciones para evitar conductas de riesgo que puedan acabar provocando un incendio, también intentan que se asuma que obedecer las indicaciones es fundamental. «Hai que facer caso ao que se di e cumprir unhas normas. O protocolo, cando temos un lume que ameaza vivendas, é a evacuación ou, se non se puidese, o illamento ou o confinamento nun lugar seguro. Se un vai buscar á casa unha cousa e o outro marcha porque quere salvar un animal, xérase unha descoordinación moi perigosa que pon en risco vidas», concluye Pardo Cid.