Reconstruir los viaductos de la A-6 a la vez choca con el criterio de Hacienda

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Trabajos de demolición de los viaductos de la A-6
Trabajos de demolición de los viaductos de la A-6 OSCAR CELA

El plan inicial de Transportes era hacerlos en paralelo, como en la obra original, pero Intervención solo autorizó por la vía de emergencia un único sentido. Mientras, la demolición de la estructura que colapsó va el doble de rápido que la de sentido Madrid, ya derribada

23 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La petición unánime de los tres grupos políticos del Parlamento gallego (PP, PSdeG y BNG) para que el Ministerio de Transportes reconstruya a la vez o en paralelo los dos viaductos de O Castro, en la A-6, no solo depende de la esfera de la decisión política, sino de los criterios técnicos de los órganos que fiscalizan las contrataciones. Es decir, el anhelo de una reconstrucción acompasada de los dos puentes choca con el criterio de la Intervención Delegada de Transportes, que depende en realidad del Ministerio de Hacienda, que consideró que la tramitación por emergencia —una vía limitada a lo que se denominan sucesos catastróficos— solo se justificaba para levantar uno de los viaductos, pues de esa forma ya se recuperaba la circulación por el corredor del noroeste y se clausuraba el desvío por Pedrafita.

En realidad, los planes de demolición y reconstrucción fueron cambiando sobre la marcha, pues el asunto es complejo. Inicialmente, el Ministerio de Transportes planteaba una construcción prácticamente simultánea de los dos viaductos, y encargársela a las empresas invitadas a la adjudicación —este procedimiento elude el concurso público—, ampliando la emergencia para el otro viaducto cuando estuviera redactado el proyecto. Pero este plan fue rechazado por la Intervención, que solo aceptaba la tramitación por urgencia, con unos plazos más dilatados, más parecidos a las contrataciones ordinarias con concurso público al uso. En la reunión que los responsables de Transportes tuvieron con cargos de la Xunta se les comunicó que solo podrían intentar que la redacción del proyecto fuera tramitado como una emergencia. Para la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, este trámite haría imposible que los dos viaductos pudieran estar en servicio antes de que terminara el 2024.

Hoja de ruta

Esta es la situación actual. Fuentes del Ministerio de Transportes declinaron ayer comentar la iniciativa parlamentaria suscrita por los tres grupos, incluido el socialista. Y aseguraron que seguirán informando a los gobiernos de Galicia y Castilla y León de la hoja de ruta y de la evolución de los trabajos en la A-6.

En cualquier caso, cualquier cambio en esa planificación vendría dada por una justificación técnica que pudiera hacer cambiar la posición de la Intervención Delegada. Esta justificación podría incidir en algo de lo que ya alertaron varios expertos consultados por La Voz: los problemas que generaría la construcción por separado de las cimentaciones y las pilas, con el riesgo de que las excavaciones posteriores puedan producir descalces en las ya levantadas. Además, la construcción más o menos acompasada de ambas estructuras podría aprovechar todo el despliegue logístico —incluida la planta de hormigón— que se empezará a situar en la zona a partir de abril, cuando haya terminado la demolición de las dos estructuras y se hayan retirado todos los restos.

El propio proceso de demolición sufrió cambios recientes. En principio se planteaba el desmontaje del tablero respetando las pilas, pero se descartó al temer que la caída de las piezas afectaran a los pilares. Esto se demostró finalmente como una buena decisión, pues el lunes un tramo de tablero destrozó totalmente una pila al caer.

Mientras, los trabajos para demoler los viaductos de O Castro continúan su curso en las montañas de Pedrafita, en el límite entre Galicia y León. La semana pasada terminó el derribo del viaducto sentido Madrid. El lunes comenzaron las labores de demolición del viaducto sentido A Coruña, que fue el que colapsó en junio. En este caso, la demolición se está desarrollando a un ritmo mucho más rápido que el anterior. Según explicaron los técnicos, al ser un viaducto que estaba siendo reforzado, el cableado interior genera más tensión en la estructura y, aunque pueda parecer paradójico, se cae con más facilidad cuando el robot empieza a picar el hormigón.