Narcosubmarino, el gran arma del narcotráfico que viene de Colombia

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Poseidón, la embarcación hallada el lunes en la ría de Arousa, vuelve a poner el foco sobre estos semisumergibles que pueden transportar grandes alijos. Su origen está en la costa americana, donde este mismo domingo localizaban una nave de este tipo con 2,5 toneladas de cocaína a bordo

15 mar 2023 . Actualizado a las 17:21 h.

Son una de las armas usadas por las grandes redes de narcotráfico. Aunque en Galicia se han localizado por el momento tres submarinos cerca de la costa -el último, Poseidón, que aparecía este lunes semisumergido en la ría de Arousa- lo cierto es que su uso es habitual al otro lado del charco. El tráfico de narcosubmarinos entre América y Galicia es incesante. Al menos diez han sido detectados desde el año 2019. Los investigadores no se han sorprendido por el último hallazgo en Galicia. «Es la evidencia de que no estamos ante un hecho aislado», explican. 

El primer narcosubmarino localizado por las autoridades en la costa gallega fue una embarcación que apareció en la ría de Vigo en el año 2006. Era una nave de 12 metros, de acero, que no estaba preparada para cruzar el Atlántico

El sumergible interceptado en el año 2019 tenía ya otras características. El narcosubmarino hundido en Aldán la madrugada del 29 de noviembre llevaba a bordo más de 3.000 kilos de cocaína y sí había cruzado el océano entre penurias para sus tripulantes. La historia de Che, que así se llamaba, fue una odisea, que fue incluso llevada a la ficción. Pero, ¿de dónde vienen estas embarcaciones?

Sin duda, la costa americana, y en concreto Colombia, es el epicentro del uso de estas naves que transportan grandes cantidades de droga. Para conocer el origen de su uso hay que remontarse a principios de los 90 de la mano de exmilitares e ingenieros de la antigua UUSS. El propio Pablo Escobar utilizó este tipo de embarcaciones para transportar mercancía. «El Patrón», como así le llamaban, buscaba pasar desapercibido y, harto de los controles policiales adquirió varios submarinos. Estos los emplearía para trasladar cocaína de Colombia a Costa Rica y de ahí a Estados Unidos por tierra.

Los datos llaman la atención: solo desde el 2011 se interceptaron en Colombia 170 narcosubmarinos. El último era localizado este mismo domingo. Lo descubría la Armada del país en aguas del Pacífico. A bordo, 2,5 toneladas de cocaína y, en el interior, dos tripulantes, afectados por una fuga de los gases tóxicos que emitía el motor de la nave. 

No hay que remontarse mucho más atrás para encontrar otros casos. El pasado mes de enero la Unidad Antinarcóticos de la Policía de Ecuador encontraba un narcosubmarino frente a la costa norte de la provincia de Esmeraldas, que hace frontera con Colombia. De origen artesanal, no se determinó la carga que llevaba. 

En septiembre del 2022, el Gobierno colombiano interceptaba un narcosubmarino con tres toneladas de cocaína en su interior. Viajaba hacia algún punto de Centroamérica con una carga cuyo valor alcanzaba los 108 millones de dólares. Las autoridades lo consideraron un auténtico golpe contra las redes de narcotráfico. Los agentes ya tenían en el punto de mira esa embarcación sumergible cuando comenzó la operación y aprovecharon un momento en el que la nave surcaba la superficie del agua, a apenas 45 millas de Tumaco, para darle el alto. Los tres hombres que iban a bordo intentaron huir. 

El 29 de abril del 2022 se localizaba otro narcosubmarino, pero en este caso en Venezuela, en Apure, también cerca de la frontera con Colombia. De seis metros, la investigación partió de la hipótesis de que la nave fuese usada por un grupo criminal colombiano para navegar a lo largo de los ríos Arauca y Orinoco, desde Colombia hasta la costa atlántica venezolana. 

En enero del 2022, las autoridades de Colombia detenía al llamado «rey» de los narcosubmarinos. Óscar Moreno Ricardo fue arrestado en Medellín y acusado de ser el responsable de la fabricación y distribución de estas embarcaciones que salían cargadas de cocaína de la costa Pacífica del país. Según la investigación, el arrestado coordinaba cargamentos para carteles mexicanos y colombianos. El Gobierno le atribuyó un auténtico imperio criminal que había creado en apenas cinco años. 

Solo seis meses antes, en octubre del 2019, la Armada de Ecuador intervenía con uno de sus buques un semisumergible que se encontraba en aguas internacionales, entre Colombia y las islas de Ecuador, en pleno Pacífico. A bordo iban cuatro tripulantes. 

La Voz de Galicia recogía ya en el 2006 informaciones acerca de cómo un año antes, en el 2005, las autoridades colombianas habían descubierto en Nariño, Tumaco, un rudimentario submarino con capacidad para transportar diez toneladas de droga. El hallazgo de la nave, que se produjo en una zona de selva de la región de Salahonda, estaba construido en fibra de vidrio. Antes ya se habían descubierto otras cinco embarcaciones. Dos años antes, se localizaba un narcosubmarino de 30 metros en un astillero clandestino a treinta kilómetros de Bogotá. 

En noviembre del año 2020, el periodista de La Voz, Javier Romero, entrevistaba a Juan Jiménez, capitán de la Armada de Colombia en su unidad contra narcosubmarinos. Su grupo, el único dedicado a estas embarcaciones, había seguido muy de cerca el hallazgo del sumergible de Aldán y su carga de más de 3.000 kilos de cocaína. «A principios del 2019 se tenía conocimiento de sociedades entre organizaciones colombianas y españolas para enviar narcosubmarinos a España», revelaba.