Expulsado por la guerra de Ucrania, recogido por la Universidade de Vigo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

Rodrigo aprovechó las becas cazatalentos de la Xunta para regresar a casa

12 mar 2023 . Actualizado a las 14:22 h.

Rodrigo Cal (Soutomaior, 1993) se matriculó en Ingeniería Mecánica y, cuando pudo, se marchó a Polonia con una beca Erasmus. Le gustó aquel país, su idioma, su cultura y, tras completar sus estudios en Galicia, se marchó a Polonia a construirse una vida profesional. Le gustaba la cultura y el país, sí, pero también el sueldo, muy atractivo teniendo en cuenta el coste de la vida. «En Polonia vívese ben, pero a guerra de Ucraína disparou os custes, a inflación. E alí teñen unha divisa propia, co que foi todo moito peor».

A medida que las cosas se fueron complicando, Rodrigo fue madurando la idea del regreso: «Un día, buscando na páxina web da Xunta, atopei estas becas e decidín que tiña que aproveitar a oportunidade». Se refiere a las becas BEME (Bolsas Excelencia Mocidade Exterior), unas ayudas diseñadas precisamente para casos como el de Rodrigo: jóvenes emigrados, con buen expediente académico, que quisieran regresar a Galicia. Por medio de una ayuda que, según la Xunta, va de los 7.500 a los 8.000 euros, se pretende cubrir los gastos de matrícula, viaje, alojamiento y manutención. Eso en el caso de estudios de 60 créditos. Para cursos de 90 créditos, la ayuda puede llegar incluso hasta los 12.000 euros.

Rodrigo echó la cuenta y regresó a cursar un máster de Finanzas en la Universidade de Vigo que le va a dejar listo para poder gerenciar una fábrica o una empresa. En Polonia era lo que hacía, era el jefe de producción de una empresa, de origen gallego, por cierto, relacionada con el aluminio. ¿Va a regresar a Polonia cuando acabe el máster? «Non, xa decidín quedar aquí. Quero finalizar ben a miña formación antes de ir ao mercado laboral, pero xa teño varias ofertas». Así las cosas, encontrar trabajo no es una preocupación muy acuciante para él: «Xa só polos idiomas que falo, sei que non terei problemas». Ruso, polaco, inglés, el grado, el máster... Rodrigo está más que preparado: «Estas bolsas son unha iniciativa moi boa —opina— para que a xente retorne e atope aquí traballo. Quizáis se podería fomentar máis a interación coas empresas. Porque se formas á xente para que vaia traballar fóra, non xeras impostos nin crecemento. Se a xente que estuda, marcha, non lle sacas o retorno a esa formación».

Y un poco, por amor

Rodrigo, que vive en la casa familiar a 20 kilómetros de la Universidad en la que completa su formación, admite que en su decisión de volver, además de la guerra, de la inflación y de la beca, influyó su novia: «Non foi o definitivo, pero ela tamén foi unha razón para volver. Daquelas falábamos pouco, pero agora xa temos unha relación». Así que un talento gallego que reforzaba la economía polaca, ha vuelto a casa con la idea de quedarse. Dice la Secretaría Xeral da Emigración que su objetivo es recuperar a 30.000 gallegos en los próximos cuatro años. No será fácil. Estas becas, que se pueden reclamar hasta el próximo 28 de abril a través de la página web de la Xunta, han conseguido atraer a 1.400 jóvenes en los últimos cinco años. Para reclamarlas es preciso ser gallego de nacimiento o descendiente por consanguinidad, acreditar un mínimo de dos años de residencia en el exterior y estar admitido en la preinscripción de algun máster en una universidad gallega.