Galicia pone en marcha el acogimiento familiar especializado, para que los menores en las situaciones más complicadas se críen en un hogar

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Una imagen de la campaña de difusión que Aldeas Infantiles hace sobre este tipo de acogimiento
Una imagen de la campaña de difusión que Aldeas Infantiles hace sobre este tipo de acogimiento

Este nuevo recurso, en el que uno de los cuidadores se dedicará en exclusiva a la atención familiar, busca que niños que están en los centros de menores (más de 900 en Galicia) puedan tener acceso a una familia acogedora pese a tener necesidades especiales, problemas de salud, u otras dificultades

09 feb 2023 . Actualizado a las 12:19 h.

Criarse con la propia familia, en el seno de un hogar, es la situación ideal para todo menor de edad. Sin embargo, no todos pueden hacerlo. Distintas circunstancias pueden llevar a que un niño, niña o adolescente deba quedar bajo protección de la Administración. En España son casi 35.000, y en Galicia rozan los 2.000. Alrededor de la mitad de ellos están acogidos por su familia extensa (parientes más o menos cercanos, o personas con las que tienen gran vínculo, como amigos o vecinos). Otros no cuentan con esa red. Se abren entonces dos opciones: residir en un centro de menores (en Galicia hay más de medio centenar, donde viven algo más de 900 chavales) o ser acogido por una familia voluntaria, con la que no se tiene relación previa.

El calor de hogar que proporciona la segunda opción es ideal, pero hay casos en los que resulta especialmente complicado integrar al menor en una familia acogedora. Por ejemplo, cuando se trata de grupos de hermanos (especialmente si hay niños menores de seis años), o cuando tienen alguna necesidad especial.

Dar la oportunidad para que estos menores salgan de los centros rumbo a una casa particular es el objetivo de un nuevo recurso que se está poniendo en marcha en Galicia. Se trata del acogimiento familiar especializado, una iniciativa novedosa de la que solo hay algunos ejemplos en distintos puntos de España, como País Vasco o Navarra, y que está empezando a desarrollarse en otras comunidades como Cantabria, Madrid, Castilla-La Mancha, o la gallega, donde la Xunta ha encomendado esta tarea a la oenegé Aldeas Infantiles, en un proyecto dotado con 800.000 euros procedentes de fondos europeos.

Un cuidador con dedicación exclusiva

¿Cuáles son las peculiaridades de este tipo de acogimiento? En la modalidad especializada, al menos uno de los adultos acogedores tiene que tener dedicación exclusiva al cuidado del menor o menores. Y es que el objetivo de este sistema es dar una alternativa a niños cuyas circunstancias hacen más difícil su atención fuera de un centro. «Céntrase en nenos e nenas que teñen difícil acceder a outras modalidades de acollemento, polas súas circunstancias ou situacións especiais, como por exemplo ser un grupo de irmáns, especialmente se algún ten menos de seis anos, ser nenos con problemas graves de saúde, con necesidades educativas especiais, con problemas emocionais ou dificultades de adaptación...», explica María Jesús González, directora de programas de acogimiento de Aldeas Infantiles Galicia.

Si el menor acogido necesita ingresos hospitalarios o visitas médicas frecuentes, o si presenta problema de conducta que requieren una atención constante, será difícilmente compatible con que su cuidador trabaje. De ahí que se pida dedicación exclusiva. Y de ahí que esa persona se convierta, prácticamente, en un profesional de la atención a menores. «Váiselles proporcionar unha formación ampla e continua, grupal e especializada, e vai ter en todo momento o apoio e acompañamento dun equipo de técnicos», revela González.

Además, esa persona pasará a tener una relación contractual con Aldeas Infantiles. Será personal laboral de la oenegé con contrato de educador, y recibirá una contraprestación económica de 1.500 euros al mes, además de una compensación por los gastos de manutención del menor.

¿Convierte esto el acogimiento especializado en un trabajo, en lugar de un acto solidario? En absoluto. «É un modo de vida, non un traballo. Hai que querer embarcarse nisto con xenerosidade, por querer axudar. Hai que pensar que estas persoas teñen a garda dos nenos, vai haber momentos moi gratificantes, pero tamén momentos duros», insisten desde Aldeas. Los acogedores pasan a ser la segunda familia de los niños, y lo hacen 24 horas al día, siete días a la semana. Nada que ver con una jornada laboral. Ellos serán los referentes de los pequeños día y noche, no cuidadores ocasionales.

Perfil altruista y formación, previa o dentro del programa

Así las cosas, en el perfil de los voluntarios pesan especialmente la motivación y la adecuación a las necesidades de los niños. «Por suposto, se teñen unha cualificación profesional do ámbito sociosanitario ou social, é moi benvida, pero se non a formación proporcionámoslla nós. O máis importante é a sensibilidade da familia, que as súas motivacións sexan as correctas --cabe recordar que un acogimiento no abre las puertas a una adopción ni nada similar--, que saiban vincularse aos cativos, que poidan reparar os danos que teñan sufrido... Deben ser persoas ou familias altruistas, que queran mellorar a situación da infancia, e que o seu momento vital lles permita compartir a súa vida e a súa casa cun neno con circunstancias especiais», aclara María Jesús González.

Las familias interesadas pueden ponerse en contacto con Aldeas Infantiles Galicia (a través de su web, en el correo electrónico comunicacion@aldeasinfantilesgalicia.es o en el teléfono 986 41 11 15). Luego se revisan los perfiles y se ponen en marcha toda una serie de entrevistas y formaciones para asegurar que los voluntarios entienden todas las implicaciones de su gesto y que pueden llevar a cabo el acogimiento. «Todo o estudo e formación previos son moi importantes porque é básico que, unha vez metidos na tarefa de acoller, se chegue ata o final, e que os nenos non sufran un segundo rexeitamento porque os seus acolledores se boten atrás», advierten.

Mientras la oenegé selecciona y prepara a las posibles familias acogedoras, la Xunta trabaja ya en los perfiles de los menores que actualmente están en centros y que podrían optar, gracias al acogimiento familiar especializado, a pasar a residir en un hogar particular. «A experiencia no ámbito revela a necesidade de establecer esta nova modalidade de acollemento mantendo as vantaxes que supón para os nenos e adolescentes vivir nun entorno familiar», indican desde la Consellería de Política Social. Para el Gobierno gallego, el hecho de que alguno de los miembros de la unidad familiar vaya a contar con formación específica y dedicación exclusiva permite que los menores con especiales necesidades o problemas de conducta tengan «máximas garantías».

Trabajo con las familias de origen

Desde Aldeas Infantiles esperan que los primeros acogimientos especializados puedan estar en marcha antes de que acabe el primer trimestre del año. Y desde la Xunta se ponen el objetivo de que hasta 30 hogares se unan a esta primera experiencia.

Además de con los menores y las familias de acogida, Aldeas Infantiles también trabajará con las familias de origen de los menores. Y es que el objetivo es, siempre, intentar la reintegración del niño o adolescente a su núcleo familiar. «É o óptimo, por iso traballamos cos pais ou parentes para que, se non é posible que se fagan cargo dos nenos e volvan ao fogar, cando menos haxa unha boa relación con eles, que poida haber contacto», dice María Jesús González.