El BNG califica de «ladróns» a los Borbones y el PP le responde que están asesorados por terroristas de ETA

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El presidente del Parlamento, Miguel Santalices.
El presidente del Parlamento, Miguel Santalices. XOAN A. SOLER

El debate de una moción sobre vivienda y una interpelación relativa a la situación económica de Galicia se desvía con llamadas al orden y gritos entre los parlamentarios

08 feb 2023 . Actualizado a las 09:33 h.

Suele reprochar al BNG Alberto Pazos, viceportavoz de los populares en la Cámara, que sus diputados «todo o arreglan con República Galega», una fórmula que les serviría de solución a los problemas que se plantean allí. Lo hizo durante una interpelación sobre la situación macroeconómica de Galicia que defendía la nacionalista Noa Presas y que, cuando le tocó responder, concluyó que prefiere esa república «antes que unha monarquía española corrupta». «Por se tiña algún tipo de dúbida. Non vaian despois acusarme de renunciar aos principios do BNG», añadió la parlamentaria. Y, ahí, el debate descarriló.

La acusación a la familia real española apenas agitó a la bancada popular, desde la que se profirió alguna respuesta en voz alta -habitual en este tipo de salidas de guion-, pero obligó al presidente del Parlamento, Miguel Santalices, a intervenir para enmendar las palabras de Presas. «Se afirma iso [que la monarquía es corrupta], eu teño que retiralo. Estamos atentando contra a dignidade do Xefe do Estado», se dirigió a la diputada del Bloque, abriendo el micrófono de su escaño para que diese explicaciones. «Si, afirmo que a monarquía española é corrupta», repitió, de pie, Noa Presas, dando paso a la decisión de Santalices de retirar la expresión del acta del día y llamar al orden a la diputada.

—¡Le da igual! Le da igual...— lamentó, indignada, una parlamentaria del PP mientras se elevaba el volumen de las protestas entre sus compañeros de Grupo.

Se non medimos esas palabras, alguen ten que poñer un freo a isto. Caño libre non pode ser—, se encogió de hombros Santalices con su diplomacia habitual.

Pero la tensión terminó por dispararse aún minutos después. La socialista Noelia Otero defendió una moción sobre los problemas que encuentran los jóvenes gallegos para permitirse acceder a una vivienda digna. A continuación, subió al estrado Paulo Ríos, del BNG, y prendió la mecha de los populares. «A mocidade galega non foxe deste país como fan outros, como esa monarquía corrupta a un réxime moito máis favorable como é o dos Emiratos Árabes Unidos para vulnerar e evadir calquera tipo de responsabilidade no conxunto do Estado Español», empezó. «Quero facer isto en solidaridade coa compañeira apercibida, represaliada, Noa Presas, por unha cuestión de dignidade colectiva do pobo galego e tamén en nome de todas as persoas condenadas e represalidas en todo o Estado por defender algo tan obvio e fácil de entender que é que a monarquía española é corrupta e que os Borbóns son uns ladróns», expuso con vehemencia Ríos, acelerando y elevando su discurso conforme aumentaba el ruidoso tumulto del Grupo Popular. 

Vostede mesmo dase conta—, le interrumpió Santalices, para recordarle que antes había retirado del orden de sesiones las palabras de Noa Presas sobre la monarquía, instándole así a retractarse. Ríos le respondió que «cada un ten o seu traballo» y que el presidente hiciese lo que considerase correcto. Con una nueva llamada al orden y parte del discurso retirado, fue turno para el popular Adrián Pardo. Lejos de aliviarse, la cosa fue a mayores.

El joven diputado sacó el libro del reglamento de la Cámara para leer el artículo 105 sobre los motivos por los que se puede llamar al orden a un parlamentario, provocando quejas entre los nacionalistas. «Eu veño falar de emancipación. Algúns deputados aproveitan que non está a lideresa [la portavoz nacional, Ana Pontón, no estaba ocupando su escaño] para amosar realmente o que son, ese sectarismo que non lles deixan facer no seu día a día», continuó Pardo, que acusó al BNG de ser el «máis sectario da historia» y de estar «asesorado por terroristas como Pernando Barrena». El Grupo Nacionalista estalló en ese momento. El viceportavoz Manuel Lourenzo exhortó a Santalices a «exercer a Presidencia», y el político ourensano requirió entonces al diputado del PP que explicase su argumentación, ya que aseguró desconocer el caso al que hacía referencia.

El fai unha afirmaicón que, se non é correcta, a debería retirar. Eu non podo tomar unha decisión sobre unha cuestión que eu non coñezo. Pero vostedes que discuten, que non é certo?

—Evidentemente!

Olalla Rodil, del BNG, tomó la palabra para leer al artículo 76, sobre «expresións que atentan contra o decoro do grupo parlamentario», y exigió al diputado popular que rectificase. «Pídolle ao señor Pardo que retire agora mesmo as afirmacións que acaba de verter, que ademáis de absolutamente falsas, acusan a miña organización e Grupo Parlamentario dun delito. Se vostede considera que iso é verdade, vaia agora mesmo ao Xulgado. Pero iso é mentira e vostede o sabe», afeó, con enfado, de brazos cruzados. Desde el PP volvían los gritos y Santalices respondía siseando para acallar un debate ya totalmente descontrolado.

Pardo, tras intentar explicarse, zanjó que no iba a retirar «unha cousa que é certa», logrando los aplausos de sus compañeros de partido. Volvió la socialista Noelia Otero a tomar la palabra, encontrando el apoyo de todos los parlamentarios de la oposición, Pontón incluida ya reincorporada en su asiento. «Que tristeza, mágoa, mal corpo e desazón. Señoras e señores do PP, a ver se deixan de ensuciar o debate político. Non me escoiten a min, escoiten aos familiares das vítimas da banda terrorista ETA, fartos de que usen politicamente a súa dor», lamentó, mostrando también su malestar por haber «ensuciado» un debate sobre la situación «que vive a mocidade galega».

Eurodiputado de Bildu

La eurodiputada del BNG, Ana Miranda, ocupó el pasado mes de septiembre el puesto de Barrena en cumplimiento del acuerdo de la coalición electoral en las últimas europeas. El histórico dirigente vasco es uno de los 35 miembros de la izquierda aberzale que en el 2016 pactaron condenas con la Fiscalía al aceptar haber sido «instrumentalizados» por parte de ETA. Recibió una pena de inhabilitación y prisión de un año y ocho meses. En el 2019 se reincorporó a la primera línea política al liderar la candidatura europea de Euskal Herria Bildu, por la que fue elegido eurodiputado.