«Que o pai sexa o presunto agresor acrecenta exponencialmente o trauma»

GALICIA

Una rosa dejada en el lugar donde asesinaron a Beatriz Lijó, presuntamente delante de sus hijos pequeños
Una rosa dejada en el lugar donde asesinaron a Beatriz Lijó, presuntamente delante de sus hijos pequeños XOAN CARLOS GIL

Los psicólogos advierten de la importancia de trabajar con los hijos de la víctima de violencia machista de Baiona para que puedan procesar lo ocurrido, pero «ao seu ritmo» y ayudándoles a nombrar e identificar las emociones

07 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Si se confirman todos los extremos del crimen, los hijos de Beatriz Lijó y Ángel Rodríguez habrán vivido uno de los sucesos más duros a los que es posible enfrentarse: ver morir a su madre a manos de su propio padre. «Perder a unha nai xa é un trauma para calquera neno pequeno, pero que o perpetre o pai acrecenta exponencialmente ese trauma», apunta María Victoria Canosa Rama, psicóloga sanitaria habilitada en los programas de atención psicológica por violencia de género.

La corta edad de los pequeños, de siete y nueve años, hace que la huella pueda ser especialmente profunda. «Cando son tan pequenos calquera situación adversa supón unha ferida máis profunda, unha situación traumática a curta idade deixa máis pegada, mesmo a nivel neurolóxico. Vai ter secuelas, e vai condicionar o seu desenvolvemento», reconoce esta experta, que apunta, sin embargo, que «as persoas temos unha capacidade tremenda para recuperarnos ata do peor que nos pode pasar, poderá lograrse que os rapaces cheguen a levar unha boa vida, pero vai ser necesario un traballo longo e profundo a nivel emocional e psicolóxico».

En estos primeros momentos tras el suceso, los niños necesitarán, indican, un entorno «tranquilo e seguro» y un acompañamiento «estreito» por parte de los adultos que queden a su cargo. «Precisarán orde, e certa rutina, que non haxa un exceso de estímulos, e menos aínda moita xente entrando e saíndo. Temos que poder observalos, ver cómo están, e ir captando as pistas que nos van dando», explica Canosa. Tras el golpe emocional que vienen de vivir, casi cualquier reacción entra dentro de lo normal: «Poden amosar emocións moi explosivas, ou todo o contrario, quedar apoucados e moi retraídos. Se están moi introvertidos, hai que intervir o antes posible, para conseguir que poidan expresarse», añade.

Y es que, advierte, asumir la idea equivocada de no hablar sobre algo para que no duela es totalmente contraproducente: «O primeiro será traballar a conexión emocional, intentar que podan expresar o que garden dentro logo desa tremenda experiencia. Axudalos a nomear esas distintas emocións. Pode ser con palabras, pero tamén con outras linguaxes, como o debuxo. Hai moitas ferramentas, contos, películas...». Eso sí, es necesario respetar los tiempos de cada niño: «Hai que ir ao seu ritmo, ás veces nas ansias de axudar presionamos de máis, e hai que deixar que vaian paseniño, segundo eles necesiten». Qué hacer, o cómo trabajar, dependerá de muchos factores, como la edad de los niños o su grado de madurez. Por ello, recuerda, es importante que los adultos a cargo sepan buscar ayuda profesional. «Ninguén nace aprendido, é importante asesorarse, un cativo que pasa por isto precisa moita axuda, e sería importante que houbese na sanidade pública servizos accesibles e asequibles que os atendan coa frecuencia necesaria durante un tempo que non vai ser curto», comenta esta psicóloga.

Técnicos de servicios sociales decidirán con quién se quedan los menores

Los pequeños afectados por el crimen de Baiona se han quedado, de un golpe, sin sus dos cuidadores principales (el padre estaba este lunes en los calabozos, después de que el domingo dejase a los niños en casa de sus abuelos paternos tras cometer, presuntamente, el crimen). En casos así, cuando puede generarse una situación de desprotección de los niños, la Xunta toma cartas en el asunto. Técnicos de los servicios de menores, especialistas del sistema de protección, analizan las circunstancias de los críos, que quedan en una posible situación de desamparo. No hay una solución estándar, ya que se atiende a las peculiaridades de cada caso: si existen familiares directos que puedan hacerse cargo, si carecen de red familiar... para decidir cómo se actúa, priorizando siempre lo que sea mejor para el niño. 

Por lo general, explican, si hay red familiar tiende a priorizarse que los menores permanezcan en el núcleo de personas a las que ya conocen y con las que mantienen lazos afectivos y emocionales. Se analiza para ello qué parientes hay, cuáles podrían hacerse cargo de los niños o qué ayuda necesitarían. De hecho, la Administración autonómica otorga colaboración, en forma de asesoramiento y/o económica a los acogedores, tanto si los acoge la familia directa como si lo hace una familia ajena, con la que no tienen vínculo.

Eso sí, ante cualquier conflicto que surja, son los juzgados los que tienen la última palabra sobre quién debe hacerse cargo del menor.

Psicólogos de emergencias acuden al instituto donde daba clase el presunto agresor

La Xunta envió a un equipo de psicólogos del Gipce (el Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias) al IES Pedro Floriani de Redondela, donde daba clase el presunto asesino, Ángel Rodríguez. «O impacto de saber que unha persoa achegada e con capacidade de influencia nos rapaces puido facer iso pode ser importante», reconoce la psicóloga María Victoria Canosa.

«Por difícil que sexa, non se pode mirar para outro lado e facer que non pasou nada. Vanse pregunta o por qué, e convén axudar a integrar isto na cabeza deses adolescentes. Paga a pena facer unha reflexión con eles, e se fai falta buscar asesoramento e axuda profesional», añade la experta.

 Teléfonos de referencia

El teléfono 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 52 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es. También se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600 000 016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.

En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062), y en caso de ser imposible realizar una llamada, se puede recurrir a la aplicación Alertcops, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.