El PP mueve piezas para intentar dar un susto a Carmela Silva

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Pleno extraordinario en la Diputación de Pontevedra de reprobación de Carmela Silva, en mayo del 2022.
Pleno extraordinario en la Diputación de Pontevedra de reprobación de Carmela Silva, en mayo del 2022. CAPOTILLO

El PSOE cree que reforzará su presencia en la Diputación de Pontevedra

06 feb 2023 . Actualizado a las 09:19 h.

De puertas adentro, el PP admite que en las municipales del 28 de mayo le será complicado tocar poder urbano en la provincia de Pontevedra. Parte con el viento muy en contra en Vigo, y con rachas adversas también fuertes en Vilagarcía, plazas en las que el PSOE goza de cómodas mayorías absolutas y está llamado a reeditarlas. Tampoco en Pontevedra se podría pensar en muchas alegrías para los populares, pues aunque baje en apoyos Miguel Anxo Fernández Lores, al nacionalista siempre le quedará el salvavidas del PSOE para mantener la alcaldía que al PP se le resiste desde 1999.

En Marín, la sexta localidad en número de habitantes de la provincia (tras las tres anteriores, Redondela y Cangas), tiene el PP su techo, bien cubierto con casi el 74 % de los puestos de la corporación, pero insuficientes para sacar pecho en una demarcación en la que hace cuatro años perdió en votos —197.445 socialistas frente a 153.708 populares—, aunque cuente con dos alcaldías más y sea líder en número de concejales.

Con esas cartas, la estrategia de campaña del PP a menos de cinco meses para los comicios se centra en subir en las 36 plazas en las que bajó hace cuatro años, para intentar alcanzar un sueño: volver a ocupar la Diputación provincial, que siempre ha estado en sus manos, salvo con el arranque inicial de UCD y los últimos ocho años. «Muy difícil, pero no imposible», resumen analistas del partido, en un ejercicio de equilibrio entre realismo y concesión de un margen para la movilización. Entienden que si es difícil, por ejemplo, cambiar la dinámica electoral en Vigo y ganar posiciones con una campaña anti-Caballero, más asequible es centrarse en su número dos y advertir por toda la provincia que un voto al PSOE es apoyar a Carmela Silva. Esperando también reunir el voto anti-Pedro Sánchez, la misma partitura no dejará de interpretarse por sus líderes y candidatos para avisar que aunque sean municipales, optar por una lista socialista significa aprobar la gestión del presidente del Gobierno.

Tres piezas movilizadas

Para tratar de dar un susto a Carmela Silva, el PP ha movido piezas para encabezar algunas de sus candidaturas claves desde el punto de vista provincial. Uno ha sido el que ha propiciado la vuelta de la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, a Ponteareas, donde la última vez su partido bajó en más de setecientos votos y el BNG reforzó la alcaldía convirtiéndose por primera vez en la mayor fuerza política. El único diputado provincial que se juega en su partido judicial lo dan por amarrado, pero se opta por una fórmula preventiva.

Otro veterano asiduo de la política, el exconselleiro de Sanidade y presidente del Puerto de Vigo, Xesús Vázquez Almuiña, ha sido llamado a filas para tratar de recuperar los más de 1.200 votos perdidos en las últimas elecciones en Baiona y recortar allí lo que se pueda de ventaja socialista en el partido judicial de Vigo. En la misma demarcación judicial, el igualmente exalcalde, como sus dos compañeros y actualmente diputado, Javier Bas, también tiene la encomienda de arañar todo lo que pueda en los mil votos que obtuvo de más el PSOE en Redondela y que le dieron la alcaldía a Digna Rivas.

Y si el PP sueña con recortar voto a voto los tres escaños que lo alejan del control de la Diputación, en el PSOE sus analistas están convenidos de que no solo mantendrán su posición de privilegio en la institución, sino que esta vez la dirigirán por primera vez con mayoría absoluta, con unos comicios en los que cuentan con seguir creciendo en número de votos y también en alcaldías.

En las elecciones del 2019, únicamente 1.054 votos en el partido judicial de Cambados les separaron de esa gloria que hubieran alcanzado los socialistas con un escaño más, el que le hubiera dado la mayoría absoluta a Carmela Silva y, por tanto, la posibilidad de gobernar en solitario y sin el concurso de los tres diputados del BNG.

Tres partidos judiciales clave para resolver el futuro electoral de la institución

¿Y dónde podría llegar a haber movimiento de actas para la Diputación de Pontevedra en las próximas elecciones municipales? Los partidos judiciales de Vigo, Pontevedra y Tui son los escenarios más indicados, dentro de la dificultad máxima reconocida en el propio PP.

Con el último escenario electoral en la mano, al PP le haría falta recortar a sus rivales en el partido judicial de Vigo 6.652 votos para conseguir un tercer diputado y quitárselo al PSOE, que fue quien sumó la vez anterior el último, nada menos que el noveno en su caso. El salto tendría que darlo sobre todo en Vigo ciudad, donde caer por debajo de los 20.000 votos de hace cuatro años sería más que un fracaso. Redondela y Baiona tendrían que conformar una segunda línea de votos, y Gondomar y Nigrán, donde el PSOE cuenta con mayorías absolutas, una tercera.

En el partido judicial de Tui, la teórica distancia a recortar que quedó establecida en los comicios locales del 2019 es de 4.003 votos. O Porriño, donde la alcaldía se alcanzó en este mandato con una moción de censura, están situadas gran parte de las esperanzas populares, pero tendría que conseguir buenos resultados en otras plazas de la demarcación como Mos, donde ya creció en votos la última vez y mantuvo inalterable su mayoría absoluta, Tui, Salceda o A Guarda, donde están ubicados en las filas de la oposición.

Y la tercera baza —tienen que darse las tres para que llegase a haber un cambio en la presidencia de la Diputación—, se localiza en el partido de Pontevedra. Allí, la misión del PP pasa por lograr sumar en la capital unos difíciles casi 3.000 votos más a los 12.500 anteriores, y crecer en unos doscientos en cada uno de los otros veinte pueblos que completan el mapa del partido judicial. «Difícil, pero no imposible», insisten.