La Administración relaja sus exigencias para la cita previa tras las quejas de ciudadanos

Sara Pérez / Carlos Punzón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Varios ciudadanos aguardan a la puertas de la sede de Hacienda en Ferrol.
Varios ciudadanos aguardan a la puertas de la sede de Hacienda en Ferrol. C. E.

La Seguridad Social y la Agencia Tributaria siguen siendo estrictos para acceder a sus servicios

04 feb 2023 . Actualizado a las 08:29 h.

La cita previa para acceder a las oficinas de la Administración gallega dejará de ser obligatoria en los próximos días. Lo anunció el jueves el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que cree que mantener la medida que se implantó durante la pandemia de coronavirus ya «no tiene sentido». Lo cierto es que algunos departamentos de la Administración central y autonómica ya han empezado a suavizar las restricciones para solicitar cita previa tras las quejas de los ciudadanos, al mantenerse las restricciones de acceso que se iniciaron con la crisis sanitaria.

No obstante, en algunos casos concretos, como en las oficinas de la Seguridad Social y Hacienda, continúan las exigencias para acceder a sus servicios. Persisten en Galicia los problemas para pedir citas por internet, las listas de espera y las colas en las puertas de los edificios administrativos que los usuarios llevan semanas denunciando. Frente a eso, la Administración pública defiende la cita previa como una medida de orden.

El principal obstáculo lo encuentran las personas mayores. José Vázquez tenía cita ayer en una de las oficinas de la Seguridad Social en A Coruña para realizar los trámites para su jubilación. «No es nada fácil pedir cita para los que tenemos una edad. Los que somos mayores no nos manejamos como los jóvenes», explica. Y señala también las listas de espera, con la experiencia que le ha dado el haber tardado varios meses en conseguir que lo atendiesen: «Lo más cómodo es venir presencialmente, pero claro, casi no hay citas y pedirlas es un quebradero de cabeza». A él lo ayudó en el proceso su hija, Ángela Vázquez, que tuvo que esperar un mes para tramitar el ingreso mínimo vital: «Si para mí, que soy joven, es complicado, para los mayores es casi imposible».

También era necesaria la cita previa en la oficina de la Seguridad Social en Viveiro. La funcionaria María Victoria López, que tramita pensiones y prestaciones, defiende la medida porque «supone un orden» frente a la acumulación de usuarios que había antes de la pandemia en la antigua sede de Celeiro. Sí admite que pedir cita por internet «no es tan fácil para el colectivo de pensionistas». Por eso, dice, facilitan las gestiones: «Si el usuario acude sin cita, se valora la urgencia. Y si se pasa el plazo, forzamos para atender la petición».

En Vigo era casi misión imposible ser atendido sin cita previa. Un guardia de seguridad solo permitía el acceso al edificio a las personas que figuraban en el listado que tenía en las manos. Las diez que hacían cola ayer a la una del mediodía no tenían asegurado el trámite.

No era obligatoria, sin embargo, en Ourense. Noel García y Vivian Casal acudieron ayer a la Seguridad Social para conseguir un turno y les atendieron al momento. «Nosotros somos de Cuba y tenemos una experiencia administrativa muy mala y lenta. Salimos encantados porque nos han resuelto todas las dudas y nos han ayudado», explica Casal, una vez consiguieron resolver las gestiones.

Entrar en la oficina de Hacienda de Ferrol significa retroceder varios meses en el tiempo, cuando las restricciones de la pandemia todavía regían el día a día. En la puerta, media decena de personas esperaban su turno o eran acompañantes a los que no se les permitía el acceso. «Hoy hace sol, pero si llueve es un fastidio», se quejaba uno de los ciudadanos. Sí se atendía a los mayores de 65 años que no tenían cita previa.

«Me vencían los plazos»

En Lugo, una mujer vivió de la peor forma la experiencia de pedir cita previa para ser atendida en la Administración: «Tuve un problema en Hacienda, me vencían los plazos, pero la cita que me daban no cuadraba con la fecha límite y terminaron cobrándome recargos». Igualmente un vecino de una parroquia de Lalín se quejaba ayer de que, después de hacer bastantes kilómetros, llegó a la oficina y no lo atendieron por no disponer de turno: «Eu non me manexo en internet e, se chamas, cóbranche».

Pero también hay partidarios de la cita previa. Rosa Sánchez acudió ayer a la delegación de Hacienda en Carballo, donde las listas de espera no superan las 72 horas. «Evitas colas y puedes organizarte mejor. Lo veo positivo», explicaba. O quienes piden turno con antelación al desconocer que ya no es obligatorio hacerlo. Le pasó a María José Pérez, en las oficinas de San Caetano en Santiago: «Pedí ayer la cita por agilizar, pero ya no era obligatorio».

Con información de C. Devesa, M. Doallo, C. Elías, R. González, L. G. Calvo, T. Longueira, R. Ramos, C. Punzón y M. Varela.

Hacienda justifica sus restricciones para conocer de antemano cuántas personas acudirán

La Agencia Tributaria estima que el sistema de atención a la ciudadanía con cita previa «es más eficaz» que la concesión de turnos por orden de llegada, «ya que se conoce de antemano el público que va a acudir y cuál va a ser el servicio demandado», apuntan desde la portavocía de Hacienda. Ese conocimiento previo permite que en cada sede se adecúen «con antelación los medios necesarios y revisar la documentación de cada caso».

En defensa de la cita previa, la Agencia Tributaria señala que en el caso de Galicia el tiempo de espera medio para ser atendido en sus oficinas si ya se cuenta con un turno es de tres minutos respecto a la hora fijada. Durante el 2022, para conseguir una cita en la delegación especial de Galicia hubo que aguardar hasta 5,26 días desde su solicitud, según los datos aportados por Hacienda, que añade que, en lo que va de año, la media de espera se sitúa en 3,82 días.

La Agencia Tributaria explica que en la delegación de Galicia se implantó un modelo para seguir el funcionamiento de la cita previa, basado en la monitorización permanente de la disponibilidad de turnos de atención y el conocimiento de los tiempos de espera. «La capacidad se va ajustando periódicamente en función de datos históricos de demanda, incrementos estacionales o puntuales», señalan desde la portavocía de Hacienda, y añaden que el mismo modelo cuenta con un sistema de alertas que permite identificar desajustes.

En ese mismo alegato de apoyo a la cita previa, la Agencia Tributaria menciona que desde noviembre del 2022 se adoptó un modelo de atención preferente para mayores de 65 años, «que consiste en una atención inmediata o la concertación en nuestras oficinas de cita previa para otro día, en función de la disponibilidad existente», concluyen desde Hacienda.

Las residencias confían la burocracia de los mayores a los trabajadores sociales

Uno de los objetivos de las organizaciones sociales de ayuda a los mayores es que las personas a las que atienden pasen el mayor tiempo posible en sus hogares, mientras lo puedan hacer de una manera segura. Quienes ya viven en residencias cuentan con la asistencia de los trabajadores sociales para sus necesidades burocráticas, según apunta Carlos Dosil, presidente de la Asociación Galega do Sector da Dependencia (Agasede). «Son trámites completamente institucionalizados y asumidos por los profesionales de los centros, los trabajadores sociales, de la misma manera que cuando llevamos a mayores a las citas médicas no siguen el cauce habitual, sino que se derivan a través del servicio de geriatría», señala en el caso concreto de Lugo que, junto al área sanitaria de Vigo siguen siendo las únicas de Galicia con ese departamento específico de atención a los mayores.

Dosil explica que trámites como el de la renovación del DNI o similares se suelen realizar en grupos en las residencias, e incluso se desplaza a un fotógrafo para renovar las imágenes de quienes van a cambiar su documento de identidad. En todo caso, el presidente de la asociación de organizaciones vinculadas a la dependencia estima que la cita previa «se ha convertido en un problema para muchos mayores, y más cuando hay que obtenerla a través de internet».

«Eso no puede ser», manifiesta José Ángel Palacios, portavoz de la ONG Grandes Amigos, que se ocupa del acompañamiento afectivo de los mayores. «Poder solicitar una cita de manera presencial y personal es un derecho que la Administración tiene que garantizar y hacer que se cumpla también en instancias privadas, como los bancos», apunta Palacios para lamentar el efecto que está generando en los mayores el cierre de oficinas y el constreñimiento en la atención de trámites y horarios por parte de las entidades bancarias, en especial en el medio rural.

El movimiento vecinal y el PP exigen en Vigo el fin de la cita previa obligatoria

La Federación de Asociaciones Vecinales de Vigo reclamó ayer al gobierno local de la ciudad que deje de utilizar el sistema de cita previa obligatoria para acceder a trámites administrativos en dependencias municipales. Advierte que dicha fórmula no está evitando que se originen colas en la entrada al consistorio, por la imposibilidad de lograr cita y la consecuente atención.

La presidenta del movimiento vecinal, María Pérez, califica de «vergüenza» que se estén registrando colas y atascos en estadística, servicios sociales y registro, situación que relaciona con la privatización de diversas áreas municipales y la consecuente falta de personal para dar salida al colapso que, dice, viven algunas de las dependencias de atención al público.

El grupo municipal del PP vigués coincidió ayer en la misma reclamación de eliminación de la cita previa obligatoria, como explica que ya ha hecho la Comunidad de Madrid tras darse por superada la crisis sanitaria derivada del covid. El portavoz del grupo, Alfonso Marnotes, insta a Abel Caballero a emular a la Xunta y poner fin a dicho sistema, pues afirma que «supone una barrera para los ciudadanos, especialmente para los mayores y las personas vulnerables». Según el portavoz popular, la cita previa se mantiene para evitar que trasciendan «los importantes retrasos» que acumulan los trámites en el Concello, como señala que ocurre en su registro. Marnotes afirma que está dando vez para dentro de diez días.