Un perito en el juicio del Alvia: «El maquinista no iba desatento; perdió la conciencia situacional. Si hubiera señales en la curva las habría visto»

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Miguel Yunquera, en el centro, antes de declarar en el juicio
Miguel Yunquera, en el centro, antes de declarar en el juicio Sandra Alonso

Miguel Yunquera, maquinista de la ejecutiva del sindicato Semaf, considera que la señalización en Angrois era «irregular». «El ADIF inauguró la línea con carencias más que evidentes»

29 ene 2023 . Actualizado a las 21:01 h.

Miguel Yunquera es un maquinista que forma parte de la ejecutiva del sindicato Semaf, participa en las comisiones de seguridad y en la investigación de accidentes ferroviarios. La curva de Angrois, aseguró en el juicio por el accidente ferroviario de Santiago, se replanteó y se cambió el radio con las obras de la línea Ourense-Santiago. La velocidad máxima era entonces 90 km/h y la curva estaba limitada a 85 por hora y señalizada, dijo, frente a lo que declaró el día anterior Esther Mateo, la directora general de Seguridad del ADIF, que aseguró que la curva «no se tocó» durante la construcción de la línea de alta velocidad. Constató que la velocidad de tramo, en este caso, se refiere solo a una curva, pues comienza en el kilómetro 84,230 y dura 800 metros, «pero no es lo que se corresponde con lo que marca el reglamento para señalizar este tipo de curvas». La abogacía del Estado intentó desmontar estas manifestaciones sobre el radio de la curva asegurando que la clotoide inmediatamente anterior fue modificada para mejorar el trazado. Pero, en cualquier caso, parece que sí hubo modificaciones en la curva, frente a lo manifestado por la alto cargo del administrador ferroviario.

La defensa del maquinista mostró un cuadro de velocidades máximas en el que la reducción de velocidad pasa de 300 a 80, pues estaba preparado para trenes de alta velocidad estricta que aún a día de hoy solo circulan en pruebas por la línea (el Avril, por ejemplo). Es decir, el salto de velocidad podría ser aún más brusco que la bajada de 200 a 80 por hora de los Alvia. Yunquera propone en su informe una señalización de limitación permanente de velocidad con dos avisos. Sobre el cartelón de cambio de velocidad, precisó que está situado al final de la curva de frenado, dijo, «y no le sirve para nada al maquinista. Necesita que le anticipen las cosas y más circulando a esta velocidad». Estas señales se eliminaron en el reglamento por la nula utilidad que tenían, pero lo curioso es que en la línea Ourense-Santiago siguen instaladas.

En Angrois, aseguró que la desconexión del ERTMS debería haber generado la instalación de una limitación temporal de velocidad. En su opinión, el reglamento permitía señalizar y balizar limitaciones permanentes, frente a lo que aseguraron otros comparecientes. Miguel Yunquera, perito de la defensa del maquinista, incidió en la confusión que genera la señalización en Angrois, pues tenía una de tipo convencional en un ámbito regido por las normas de la alta velocidad. Lo normal, dijo, sería limitar a 160 el tramo previo de la señal avanzada para ir acomodando la velocidad del tren a la curva. La señalización era «irregular» en este punto y la desconexión del ERTMS embarcado no estaba justificada. «Hoy sería impensable que en una línea se decrete tajantemente como fue en este caso una desconexión de un equipo porque dos trenes han tenido una incoherencia leyendo una baliza», alegó.

A preguntas del abogado Julio Santos, Yunquera confesó que una vez tuvo una pérdida de conciencia situacional, similar a la del maquinista del Alvia el día del accidente, en una línea catalana. «Me desubiqué y cualquier maquinista al que se le pregunte dirá que le ha pasado alguna vez». «Al señor Garzón le parecía que le quedaba un túnel más», dijo después. También se refirió a la formación del maquinista del Alvia, al que calificó como «autodidacta», pues recibió el entrenamiento por la otra vía, que tiene una señal avanzada restrictiva, no en verde, y que por lo tanto controlaría un rebase. «El maquinista no iba desatento, perdió la conciencia situacional», dijo tratando de diferenciar ambos conceptos. Y después añadió: «Si hubiera señales las habría visto».

La abogada del Estado le reprochó que el sindicato Semaf se opusiera a la instalación de cámaras en las cabinas de los trenes, una medida de seguridad planteada después del accidente de Angrois. «A nadie le gusta que le graben mientras trabaja», aseguró Yunquera. También aseguró que solo puede pensar en una razón económica para que no se protegiera la curva, aunque reconoció que puede ser una conclusión absurda. «Es tan absurdo que la curva de Angrois no esté señalizada que lo único que puedo entender es que el ADIF no la quiso poner por no gastarse el dinero», aseguró, algo que la abogada del Estado negó recordándole los números del contrato en ese tramo. «La señalización de la curva es tan fácil como la que hay ahora, eso sí que ubica al maquinista», añadió después en un tenso interrogatorio de la abogada del Estado, Adela Álvarez. «No localizamos ningún punto como la curva de Angrois en la red, y eso que hicimos una revisión intensa», alegó. «El ADIF inauguró la línea con carencias más que evidentes», concluyó.

Esther Mateo, a la izquierda, junto a la abogada del Estado, antes de declarar en el juicio

Una alto cargo siembra dudas sobre la seguridad de la red ferroviaria para defender al ADIF en el juicio del Alvia: «Las balizas pueden fallar»

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El segundo perito que declara en defensa del ADIF por el accidente de Angrois es la actual directora general de Seguridad, Procesos y Sistemas Corporativos del administrador ferroviario. Esther Mateo elaboró un informe, que ratificó en la sala, en el que avala la seguridad en la línea entre Ourense y Santiago. Así, explicó que la curva de Angrois «no se tocó» cuando se construyó la línea de alta velocidad, y que las tres alternativas del estudio informativo para la entrada en Santiago mantenían ese trazado. También relató que el ERTMS, el sistema que controla en todo momento la velocidad, suele llegar más tarde a las estaciones y puso el ejemplo de Valladolid, donde el sistema que controla en todo momento la marcha del tren llegó dieciséis años después de la apertura de la línea. Sobre las pruebas del tren accidentado, el S-730, que tenía problemas de compatibilidad con las balizas ERTMS que motivaron la desconexión del software embarcado, aseguró que eran competencia de Renfe, al igual que los aspectos formativos sobre el factor humano de los maquinistas. «Hay numerosas averías [en el ERTMS] que obligan a pasar a ASFA», dijo en referencia al sistema de respaldo. En su informe, asegura que la normativa es capaz de proporcionar seguridad al sistema a no ser que hubiera algún elemento novedoso. Negó que existiera ese elemento, esa novedad, a pesar de que es la única línea de alta velocidad del mundo que se explota en ancho ibérico.

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