Comienza la reflotación del Nehir, el narcobuque hundido frente a Galicia que escondería 2.000 kilos de coca

GALICIA

Un barco, este lunes, durante la extracción de las 50 toneladas de combustible mezclado con agua que hay dentro del buque Nehir, hundido y con solo un extremo sobre el nivel del agua.
Un barco, este lunes, durante la extracción de las 50 toneladas de combustible mezclado con agua que hay dentro del buque Nehir, hundido y con solo un extremo sobre el nivel del agua. Cedida

El barco lleva casi dos años volteado en el Puerto de Gijón, desde que su tripulación intentó sumergirlo a 90 millas de las costas de Lugo; el operativo policial, al abordar el buque, recuperó 1.800 kilos, pero la tripulación asegura que hay otras dos toneladas dentro del casco

23 ene 2023 . Actualizado a las 22:36 h.

Bautizado Nehir, de 52 metros de eslora, bandera de la República de Palau, 1.800 kilos de cocaína requisados en su casco y la incógnita de saber, desde su abordaje en febrero del 2021, si conserva en sus entrañas de acero más fardos rellenos de la misma sustancia blanca. Este buque fue asaltado hace casi dos años a 90 millas náuticas de A Mariña por un operativo policial autorizado por el Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional. El abordaje no arrastraba una investigación previa judicializada, pero su rumbo errático, navegando frente a las costas gallegas, e información policial de calle pusieron la lupa sobre el misterioso barco.

Parte de los 1.800 kilos de cocaína requisados a bordo del Nehir, que sus tripulantes intentaron hundir a 90 millas náuticas de las costas de Lugo.
Parte de los 1.800 kilos de cocaína requisados a bordo del Nehir, que sus tripulantes intentaron hundir a 90 millas náuticas de las costas de Lugo.

La operación se bautizó Bocanegra y la compartieron la Guardia Civil, el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional; pero no fue hasta diciembre de ese año, en el marco de la operación Mvrand, del Grupo Central Antidrogas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil cuando se puso nombre y apellidos al presunto destinatario en España del alijo del Nehir: Fikri Amellah Agharbi, un objetivo prioritario para Europol y la DEA de los EE.UU. que, desde Barcelona, introducía grandes alijos de hachís y cocaína en Europa a través de España.

La tripulación, formada por nueve ciudadanos de Turquía y Georgia, al comprobar que serían abordados, optaron por hundir el barco para esconder la millonaria prueba que los involucraba en un delito de tráfico de drogas de altos vuelos. Los agentes recuperaron 1.800 kilos —entonces, la cifra oficial se elevó a 3.000 kilos— y rescataron a los nueve tripulantes. Pero el Nehir no se fue a pique, sí volteó hasta quedar con la quilla mirando al sol. Ya en tierra, uno o más marineros aseguraron que dentro del barco habría otras dos toneladas de cocaína; con un valor de mercado de 66 millones de euros, que junto a los 59 millones que tienen los 1.800 kilos requisados, hacen un total de 125 millones de euros.

Lo siguiente fue remolcar el Nehir al puerto de Musel, en Gijón, donde ha permanecido desde entonces panza arriba. La Audiencia Nacional, ante la posibilidad de que esconda otra importante cantidad de coca, requirió la ejecución del proceso de adjudicación para reflotarlo y desguazarlo para salir de dudas. Sobre todo al descartarse que pudieran acceder buzos de la Guardia Civil para analizar el interior del casco. La droga, según explicó uno o más tripulantes tras ser rescatados, estaría en un compartimento de difícil acceso cuyo acceso que supone un elevado riesgo para cualquier buzo.

Dos fases

El pasado jueves, casi dos años después del abordarse el Nehir, comenzaron los trabajos para reflotar el barco, que se dividen en dos fases principales. La empresa Gijonesa de Actividades Subacuáticas realiza la primera fase tras adjudicar los trabajos la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) del Ministerio de Justicia por 640.000 euros. Explican en la firma que unos 20 empleados asumirán el encargo: «Empezamos el jueves y paramos por el mal tiempo. Lo primero es retirar el combustible, que se transportará a una planta para reciclarlo. Está repartido en dos tanques y mezclado con agua: estimamos que pesa unas 50 toneladas».

Lo siguiente será izar el buque, todavía volcado y hundido por un extremo. «Se utilizarán globos para emerger el casco y darle la vuelta. Después, se achicará todo el agua del interior y se dejará parado unos días. Ahí ya se podrá acceder al casco para inspeccionarlo. El último paso —añaden en la empresa— será remolcarlo a la zona de desguace, que está a dos kilómetros de la ubicación actual del buque. Podemos tardar entre dos y tres semanas, aunque dependerá del mal tiempo y los vientos. El buque está en el muelle norte, exterior y muy expuesto a las corrientes y al viento. Eso condicionará todo, y más en esta época del año».

La segunda fase de los trabajos consiste en desguazar el barco y la realizará la empresa DDR Vessels, con instalaciones propias en el puerto de Gijón. Explican en esta firma que la primera parte de su actuación se ejecutará igualmente en flotación: «Tendremos que descontaminar también, y empezaremos a desmantelarlo. Por ejemplo, todos los bienes, equipos electrónicos, que están inservibles, o camarotes. Ya cuando pese entre 600 y 1.000 toneladas, lo subimos a la rampa y se desguazará. Estimamos, aunque depende de muchos factores, que podemos tardar unos dos meses y medio en acabar».