El Miño pasa a estado de emergencia por riesgo alto de desbordamiento a su paso por Os Peares

La Voz REDACCIÓN

GALICIA

Miguel Villar

Otra docena de ríos siguen en alerta por el crecimiento de sus caudales

21 ene 2023 . Actualizado a las 10:15 h.

De la sequía al exceso. Las fuertes y continuadas lluvias que en los últimos días han afectado a Galicia han cambiado radicalmente el paisaje de la comunidad, con ríos que discurren crecidos y que obligan a extremar las precauciones en muchos puntos. De hecho, el Miño ha elevado su nivel de alerta a estado de emergencia, por riesgo alto de desbordamiento a su paso por A Peroxa (Ourense), en la zona de Os Peares.

No es el único curso fluvial que está bajo vigilancia. El Plan Especial ante el riesgo de inundación en Galicia (Inungal) mantiene en situación de alerta por crecimiento significativo de sus caudales una docena de ríos: el propio Miño en su discurrir por Ourense, Lugo y Salvaterra; el Tea en Bouza do Viso; el Támega en Castrelo do Val y en Rabal; el Neira, en O Páramo; de nuevo el Ladra en Begonte; el Arnoia en Arnoia; el Louro en Tui; el Cobo en Cervo; el Mendo y el Mero en Betanzos; el Tambre en Oroso; y el Ulla en Touro.

La situación no sorprende teniendo en cuenta que, según la Aemet, las lluvias dejadas por las borrascas Gérard y Fien han elevado de manera importante el superávit del año hidrológico que arrancó el pasado 1 de octubre. En Galicia, en concreto, las precipitaciones casi han doblado los valores normales, con muchas zonas de la comunidad recogiendo más de 100 litros por metro cuadrado en las fechas entre el 11 y el 17 de enero.

Los embalses, mientras, siguen dejando salir agua tras las lluvias de las últimas semanas. Según datos de la Xunta, los pantanos de uso industrial o hidroeléctrico se encuentran a unos 98 % de su capacidad. Hace un año estaban por debajo del 70 %. En cuanto a los de abastecimiento, se encuentran al 75 %, en un nivel parecido a hace 12 meses. De estos últimos, hay algunos al 100 % como el caso de Beche en Abegondo o Pontillón en Pontevedra. 

A la espera de que el anticiclón confirme la llegada del tiempo seco a la comunidad, en las últimas horas han seguido las incidencias relacionadas con crecidas de los ríos. Así, esta mañana, hacia las 8:40, el 112 recibía un aviso de Protección Civil de Verín explicando que se había tenido que cortar la carretera que une los pueblos de A Pousa, en el municipio de Monterrei, y de Vilela, en Verín, por la crecida del río Támega. La operación ha dejado aisladas tres viviendas, aunque todas ellas están desocupadas en este momento, por tratarse de segundas residencias. Además, están construidas en zonas altas, por lo que no hay peligro de que resulten anegadas.

Por otro lado, en la noche de ayer jueves, hacia las diez menos cuarto, se comunicó a emergencias que una persona estaba atrapada en su vehículo por la crecida del Xuvia en San Sadurniño. El hombre tuvo que ser rescatado por los bomberos del Eume, que también sacaron del agua el automóvil.

Mejora la situación en Lugo

Uno de los puntos conflictivos de la semana por la crecida de ríos ha sido la ciudad de Lugo, donde el Miño se desbordó y llegó a inundar partes del ayuntamiento, entre ellas, el CEIP A Ponte. Este viernes, la situación «está controlada y en vías de ser superada», según ha expuesto el concejal de Medio Ambiente, Miguel Fernández, durante una visita a zonas afectadas a inundaciones

El edil ha señalado que «hacía muchos años» que el Miño no presentaba una crecida de este nivel en la ciudad, donde ha causado desperfectos que están siendo ahora evaluados.