Ellos saltaron de la universidad a la FP

GALICIA

Jacobo Pérez y Mara Quintanilla están en primero del ciclo medio de Panadaría e Pastalería del CIFP Fraga do Eume
Jacobo Pérez y Mara Quintanilla están en primero del ciclo medio de Panadaría e Pastalería del CIFP Fraga do Eume JOSE PARDO

Estos jóvenes han roto con el camino convencional y han pasado de las clases magistrales a los talleres profesionales

16 dic 2022 . Actualizado a las 08:39 h.

Los caminos de la educación son inescrutables. Se puede pensar que lo más común a la hora de combinar un ciclo con una carrera es estudiar primero una FP y después continuar en la universidad. Sin embargo, el camino inverso es una realidad para muchas personas en Galicia. Varios estudiantes y exalumnos ponen cara a esta situación que, como demuestran, no tiene nada de raro. Desde graduados que escogieron la universidad por la presión social y familiar y que finalmente encontraron en la formación profesional su vocación, hasta titulados que no encontraban salidas laborales. Ellos llegaron a este camino de formas muy diversas y con objetivos distintos, pero todos coinciden en lo mismo: no se arrepienten de esta decisión.

Jacobo Vidal: «Es la mejor decisión que he tomado nunca»

Jacobo Vidal estudió el grado en Estudios Ingleses. Su vida ya estaba orientada en esa dirección, «había empezado el máster de profesorado y simultáneamente estaba preparando las oposiciones» pero un día cambió su rumbo y decidió empezar el ciclo medio de Panadaría, Repostaría e Confeitaría en el CIFP Fraga do Eume (Pontedeume).

Jacobo llevaba años escuchando a la gente decirle lo bien que se le daba cocinar dulces y decidió «dejarlo todo» y dedicarse a lo que quería. Pero no fue un camino sencillo para él. «Me daba miedo, invertí muchos años en estudiar, me costó mucho sacarme la carrera y mucha gente cuestionaba mi decisión», confiesa. Pero tras medio curso entre hornos y masas reconoce orgulloso: «Tengo 27 años y es la mejor decisión que he tomado nunca».

Reconoce que empezó «con complejos, porque llegas aquí, hay mucha gente joven, no sabes lo que te vas a encontrar», pero pronto se sintió en su salsa. Entre las partes positivas de la formación profesional destaca que «los profesores no son fríos, no te hablan desde un estrado en una clase magistral, aquí prima el trato humano, el trabajo en equipo, conocer a la persona que tienes al lado».

Jacobo Vidal considera que todavía «hay mucho prejuicio» y que se debería «dignificar más la FP». Tanta es su pasión que hasta reconoce que aunque estudiar una carrera «te vale para entender lo que es el compromiso y las horas de estudio», a veces le habría gustado empezar más joven el ciclo. «Yo estoy aquí con 27 años pero hay gente con 16 que tiene una ventaja más grande de formación. Cuando lleguen a mi edad ¿por cuántas pastelerías habrán pasado?». Pero tampoco se arrepiente porque está disfrutando de este aprendizaje con total plenitud: «Cada día te vas a casa con la sensación de que has hecho mil cosas y la satisfacción de dedicarte a tu vocación».

Jacobo Pérez y Mara Quintanilla en una de sus clases
Jacobo Pérez y Mara Quintanilla en una de sus clases JOSE PARDO

Mara Quintanilla: «La FP es mucho más activa, es un no parar»

Compartiendo cocinas con Jacobo está Mara Quintanilla. Ella, al igual que su compañero, aterrizó en el ciclo de Panadaría, Repostaría e Confeitaría por pura vocación y procedente de una carrera que nada tiene que ver con sus estudios actuales. «Yo estudié Arquitectura en Perú», comenta, y colateralmente sus años universitarios la llevaron a enamorarse de la pastelería. «En mitad de los estudios empecé a hacer postres y fue donde me di cuenta de que me gustaba mucho más que lo que estaba haciendo en ese momento», aunque decidió igualmente acabar la carrera. Luego, al llegar a España, siguió con cursos relacionados con la arquitectura, pero este año finalmente tomó la decisión.

«Yo estaba muy convencida a pesar de que la gente me decía: “¿vas a dejar la arquitectura por hacer postres?”», confiesa Mara. Para ella, haber estudiado una carrera antes de entrar en el ciclo le da «una madurez totalmente distinta, no venimos ni a jugar ni a pasar un poco el rato sino a hacer lo que tenemos que hacer, venimos a aprender».

Mara asegura que está «encantada» con sus estudios actuales y con lo activo que es: «Es un no parar, estoy haciendo lo que realmente me gusta y estoy aprendiendo a base de errores, no viendo unas diapositivas». Esta vertiente práctica de la formación profesional es lo que más destaca: «Cuando tenga un trabajo ya no me equivocaré ahí porque me he equivocado un montón de veces haciéndolo aquí», concluye.

Diego Mella estudió el grado en Historia pero al acabar se puso a estudiar un ciclo superior
Diego Mella estudió el grado en Historia pero al acabar se puso a estudiar un ciclo superior MARCOS MÍGUEZ

Diego Mella: «Hace unos años estudiar un ciclo se veía peor»

El caso de Diego Mella puede resultar similar al de Jacobo y Mara. Él estudió el grado en Historia en la Universidade de Santiago, pero tras acabar se pasó a un ciclo que nada tenía que ver con su formación original. Estuvo «seis meses buscando trabajo» de su campo, pero pronto se dio cuenta de que las salidas laborales de su carrera «eran reducidas: u opositas o haces un máster». Durante un tiempo estuvo trabajando en varias cosas mientras le daba vueltas a su futuro, hasta que finalmente tomó una decisión. Su apuesta iba a ser algo relacionado con la informática porque «es lo que tenía más salidas». Un factor que también lo animó fue la duración: «Son dos años y en el segundo ya podrías optar a entrar en una empresa a trabajar».

Así fue como se matriculó en el ciclo superior de Sistemas de Telecomunicacións e Informáticos en el IES Urbano Lugrís de A Coruña. Diego reconoce que antes de tomar la decisión «no sabía nada de informática», pero eso no lo amedrentó y se preparó un poco previo al inicio del curso. Preguntado por los prejuicios a los que se enfrentó al tomar esa decisión, dice que «hace unos años estudiar un ciclo de formación profesional se veía peor y al salir de bachillerato ya te orientaban a la universidad», comenta, pero cree que ahora esa fama ya no existe.

En contraposición con la carrera, cree que la FP «es una forma distinta de entender la educación». Reconoce que no se arrepiente de haber tomado esa decisión ya que en su caso le ha llevado a encontrar un trabajo de esa misma rama que, como admite, «no lo habría conseguido si no tuviera el ciclo».

Fernando López estudió dos ciclos formativos
Fernando López estudió dos ciclos formativos

Fernando López: «Hay facilidad para encontrar trabajo»

Después de estar tres años estudiando el grado en Enxeñaría en Organización Industrial, Fernando López decidió dejar la universidad y apostar por el ciclo superior de Programación da Produción en Fabricación Mecánica en el IES 12 de Octubre de Ourense. Aprovechando el programa Erasmus+ Fernando cursó parte del ciclo en Rumanía y esto no le impidió quitar el foco de los estudios, sino todo lo contrario. Al finalizar el ciclo en el 2019 consiguió el premio extraordinario de formación profesional de grado superior de la Xunta de Galicia, cree que ayudado «por el conocimiento que había adquirido en la universidad». Este reconocimiento premia a los estudiantes con expedientes por encima del 8,5 sobre 10.

Sin embargo, a pesar de su buen desempeño estudiantil, tras ponerse a trabajar en una fábrica de metal vio que no acababa de encajar con él y fue entonces cuando decidió matricularse en un segundo ciclo de electricidad, sector en el que actualmente se encuentra trabajando y en el que se está «bastante contento».

En cuanto a las diferencias entre la universidad y la formación profesional, opina que «en la carrera tienes que estudiar más por tu cuenta» mientras que «en un ciclo la enseñanza es más cercana». También cree que los ciclos están «más orientados a aprender lo que acabas haciendo en el trabajo» gracias a que son «mucho más prácticos» y eso hace que haya «mucha facilidad para encontrar trabajo».

Loayra Gómez hizo primero Ingeniería Agrícola y luego se matriculó en el ciclo superior de Programación de la Producción en Fabricación Mecánica.
Loayra Gómez hizo primero Ingeniería Agrícola y luego se matriculó en el ciclo superior de Programación de la Producción en Fabricación Mecánica.

Loayra Gómez: «Me llamaron el día después de acabar el ciclo»

Loayra Gómez estudió ingeniería agrícola, pero «después de no encontrar trabajo» se decidió a hacer un ciclo. En su caso, al igual que Fernando, apostó por los estudios superiores de Programación da Produción en Fabricación Mecánica en el IES 12 de Octubre de Ourense. Reconoce que se matriculó ahí un poco por casualidad: «Dije “voy a hacer esto y a ver qué pasa”» y al final le gustó.

Para ella el ciclo es «mucho más experiencial, mientras que la universidad tiene más teoría», y considera que las prácticas en la carrera «no son tan efectivas». Destaca que en la FP hay asignaturas que son íntegras en taller: «Había clases en las que nos dedicábamos exclusivamente a hacer piezas en el torno», apunta, y reconoce que esta situación «no la había en la universidad».

Otro de los aspectos que valora positivamente de la formación profesional es la inserción laboral. Tal es así que confiesa que la llamaron «del instituto para pedir gente el día después de que dieran las notas». Incluso destaca que esta oferta fue en el 2020, con la pandemia en pleno apogeo.

Loayra no cree que haya prejuicios con la formación profesional, «más bien todo lo contrario», ya que opina que ahora mismo la gente ya considera que «con un ciclo consigues trabajo con más facilidad que con una carrera». Algo que cree que es muy importante es realizar prácticas en empresas porque «ya te empuja un poco hacia el mercado laboral».

Si tuviera que animar a una persona a estudiar un ciclo no lo duda y confiesa que es el camino más adecuado «si quieres empezar ya a trabajar».

Cerca de 150 alumnos accedieron este año al FP desde una carrera

Aunque pueda parecer inusual, las cifras de titulados universitarios que ingresan en un ciclo de formación profesional tras acabar sus grados no muestran lo mismo. En este curso 2022/2023 más de un centenar de estudiantes gallegos encajan en esta realidad. De hecho, para seguir rompiendo prejuicios, no solo ingresan en ciclos superiores. A pesar de que la mayoría sí sigue esa línea, casi treinta alumnos se decantaron por un ciclo medio al terminar la carrera.

Lo más demandado por este perfil son los estudios superiores en Administración e Finanzas, seguido de lejos por Guía de Información e Asistencia Turísticas. Continuando la lista se encuentran los ciclos medios de Panadaría, Repostaría e Confeitaría y de Xestión Administrativa, así como estudios relacionados con la informática.