En dos días se puede perder el miedo a volar por 300 euros

Carlos Punzón
Carlos Punzón MASPALOMAS / LA VOZ

GALICIA

C. P.

La aerolínea Binter planea extender a Vigo y A Coruña el curso que combate el pánico a subirse a un avión

05 may 2023 . Actualizado a las 14:35 h.

Antes de los ocho años no existe el miedo a volar, no hay pánico a subirse dentro de un tubo con alas y ascender a 12.000 metros de altura. La aerofobia se genera de manera progresiva y crece sobre un cimiento psicólogo atizado por trastornos de ansiedad que se disparan en perfiles de personas muy controladoras, incapaces de evitar el nerviosismo cuando no depende de ellas la gestión de la situación, en este caso del manejo del avión. «La mitad de todos los pasajeros desarrolla distintos tipos de miedos a volar, pero mayoritariamente no se reconoce», asegura según su experiencia la psicóloga sanitaria María Ascensión Vázquez Mirabal.

Ella, su compañera de profesión Marisol Jiménez Espino y Luis Bernal, experimentado profesional del sector aéreo y técnico de la aerolínea Binter, llevan años quitándole el miedo del cuerpo a decenas de personas a las que la fobia a volar limita de manera drástica en Canarias salir de su isla de residencia o hacerlo al borde del infarto. La compañía aérea se plantea ahora extender su curso Volar sin miedo a destinos en los que está presente en el resto de España, y Galicia se convierte en escenario de desarrollo de dicha inmersión aérea, como Vigo y A Coruña son las plazas donde Binter pretende seguir también aumentando frecuencias con el horizonte de llegar a contar incluso con un vuelo diario en ambos aeropuertos tanto a Gran Canaria como a Tenerife Norte. En su desarrollo actual en el archipiélago, las dos jornadas de entrenamiento contra el pánico al avión tiene un coste de 300 euros, y a él han asistido incluso personas desplazadas en barco desde la Península, quienes a la conclusión del encuentro lograron regresar a sus hogares en avión.

En el imaginario colectivo los incidentes de aviones equivalen a drama, cuando no se perciben de la misma manera los riesgos del automóvil u otros transportes. «Es el medio más seguro, pero eso no cala en mucha gente», mantiene Jiménez Espino. Para tratar de convencer de que el miedo a volar tiene un gran componente irracional, Binter organiza cursos en los que asegura que el 80 % de los asistentes pierden ese pánico en solo dos sesiones de un fin de semana y los tres vuelos que cada asistente haga a continuación.

El curso se basa en ofrecer una amplia información sobre el vuelo, que va desde hacer comprender cómo es posible que una aeronave se mantenga en el aire y se desplace, a cómo se fabrican o revisan las aeronaves, las fases de un vuelo, los ruidos que se pueden escuchar en cada una de ellas, o cuánto se puede doblar un ala, cómo se traga un motor las posibles aves contra las que impacte o cómo puede seguir operando si falla uno de ellos. La comprensión de qué es una fobia, cómo se generan y se disparan y las técnicas a aplicar en situaciones de ansiedad o en los distintos momentos del vuelo, conforman una primera fase del curso para perder el miedo a volar, que tras un análisis individual, visita a una cabina, paso por un simulador de vuelo y la explicación de distintas situaciones meteorológicas anteceden al vuelo asistido con apoyo psicológico y técnico que tiene una comida en destino para reforzar el ánimo y volver al punto de partida, de nuevo volando.

Los organizadores de la doble jornada aseguran que el 99 % de los asistentes se atreven a afrontar esos dos vuelos tras las charlas y conversaciones previas. Un chat de apoyo queda abierto para seguir afrontando después cualquier temor y duda y para animar a tomar ya de manera personal el siguiente avión, que se recomienda se haga antes de un mes. «En tres meses se consigue volar tranquilamente», asegura la psicologa Marisol Jiménez, que niega que promuevan «un curso milagro. Lo es de información, actitud y acompañamiento».

Señala que las edades de quienes buscan ayuda va desde los 14 a los 70 años, y son mayoría las mujeres, pero solo porque a los hombres les cuesta más reconocer en público sus miedos y expresarlos. «En general, viene gente a la que le cuesta delegar, controladora, tendentes a sufrir ansiedad en otros ámbitos de la vida y estrés», apunta Jiménez, comentando que la fobia impide a algunas personas entrar incluso en un aeropuerto. Estima que la pandemia ha multiplicado también el miedo a volar.

Entre a los que el curso le ha abierto un nuevo horizonte vital hay casos de canarios que llevaban 42 años sin volar o que lo hacen por necesidades de trabajo pero bajo situaciones de pánico y máximo estrés. También se someten al reseteo aéreo quienes no pueden volar si no lo hacen en una plaza que dé al pasillo o a una ventanilla, o los que son incapaces de moverse del asiento. Técnicas de respiración, relajación o movimientos se combinan con la información exhaustiva aportada. «Empatizamos con los pasajeros», resume Bernal que incluso cuenta que se llega a explicar cómo se resuelven los impactos de rayos en vuelo, que un avión es capaz de operar sin sistema eléctrico, o cómo son los ruidos y chasquidos que hace el tren de aterrizaje al desplegarse y que deben ser asimilados como normales y necesarios y no como disparadores de la preocupación que desata muchos de los miedos a volar.

Intención de aumentar vuelos a Vigoy A Coruña

La compañía canaria Binter alcanzará el lunes los siete vuelos a la semana a Vigo desde sus bases de Gran Canaria (4) y Tenerife Norte (3), así como también ofrece tres aviones semanales desde la primera de las islas al aeropuerto de A Coruña. Al hilo de unas jornadas técnicas de aviación celebradas por la aerolínea esta semana en Gran Canaria, el director comercial de Binter, Miguel Ángel Suárez, adelantó que la intención de su empresa es la de llegar en las dos plazas gallegas a ofrecer en un futuro un vuelo diario a cada uno de los dos aeropuertos canarios, o incluso más.

La aerolínea, que eligió Peinador junto con Palma de Mallorca para dar el salto al mercado nacional fuera de su archipiélago, persigue aumentar la relación de usuarios no residentes en Canarias para sus vuelos gallegos. Suárez indica que en la actualidad, el 70 % de sus pasajeros en las dos rutas del noroeste residen en el archipiélago (disfrutan de una subvención pública del 75 % en el precio del billete) por lo que estiman que cuentan con posibilidades de seguir creciendo si aumentan la captación de viajeros en Galicia, objetivo que espera lograr con un mayor nivel de conocimiento de su marca. Aún así, la media de ocupación de sus aviones la situan en un 80 % en el caso de las rutas a Vigo y en concreto, la que une a la ciudad gallega con Gran Canaria es la de mayor demanda de todas las que opera en el mercado nacional.

La compañía aérea canaria ofrece la conexión gratuita a cualquiera de las islas de su comunidad desde los destinos cubiertos desde Vigo y A Coruña. También facilita ahora la conexión nocturna, mayoritariamente, a sus destinos africanos como Dakar, Mauritania y Cabo Verde.