Las psicólogas no ven simulación en el testimonio de la cuñada del Chicle

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

Lo mismo que a Diana Quer: «Me quitó el móvil y me violó», dijo la víctima

23 nov 2022 . Actualizado a las 13:00 h.

El juicio que este martes comenzó en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña contra el asesino y violador José Enrique Abuín se celebra 17 años después de denunciados los hechos. Y después de que la Justicia archivara la causa en el 2005 porque al Chicle le dieron coartada y crédito. Pero la muerte de Diana Quer llevó a la Guardia Civil a pensar que el criminal confeso podría haber hecho antes lo mismo. Rebuscaron en su historial y encontraron aquella vieja causa que se volvió amarilla en los estantes de los juzgados. Esa que decía que el Chicle fue acusado por su cuñada de violación cuando ella tenía 17 años.

Abuín salió indemne de aquello gracias a testimonios de personas que ahora se desdicen. Y de un informe forense en el que se le creía a él y no a la víctima. Ahora todo ha cambiado. Ahora los peritos son otros y, aparte de sustentar la versión de la víctima, criticaron con dureza la pericial de aquellos médicos. Las psicólogas pusieron en cuestión el informe que se hizo en el 2005 de la cuñada de Abuín y que no apreciaba sintomatología clínica alguna relacionada con una agresión sexual. Así, tras su análisis en el 2019, este martes declararon que presenta una «sintomatología propia de una víctima». Y, aunque han aseverado que es una persona «dura» desde el punto de vista emocional y que «opera de forma determinante a la hora de expresar su huella psicológica», consideran que sí tiene una «sintomatología postraumática». «Para nada», han respondido a la letrada de la defensa al preguntar esta si podía haber una simulación.

Adaptado a la expectación que levanta, José Enrique Abuín entró en la sala esposado, con mascarilla y escoltado desde el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León), donde cumple prisión permanente revisable, pena a la que el tribunal lo condenó al apreciar un delito de asesinato con alevosía.

Esta vez se enfrenta a una condena de 15 años como supuesto autor de un delito de agresión sexual, así como a una indemnización de 30.000 euros para su víctima, por el sufrimiento psíquico y los daños morales causados.

Para entender este juicio hay que remontarse al verano del 2004, según declaró la víctima. Había notado un comportamiento extraño en el novio de su hermana gemela desde hacía un año. Hasta que un día le tocó los pechos. Ella se lo comentó a algunos familiares y él se enfadó mucho. Desde entonces, «me la tenía jurada». El día que supuestamente la agredió sexualmente —según consta en su denuncia— se lo reprochó y llegó a decirle que lo que le estaba haciendo era por ser una «chivata». Sucedió el 17 de enero del 2005.

A Vanessa Rodríguez no la creyeron. Tenía 17 años y relató que el marido de su hermana gemela, con embustes, la convenció de que subiera a su coche. Que lo condujo hacia una pista y, tras apoderarse de su móvil, amenazándola con un cuchillo, la agredió sexualmente. El Chicle fue enviado a prisión por ello y ahí estuvo 4 meses.

Vanessa Rodrígez relató a sus allegados y frente al juez que cuando esperaba el autobús para ir al instituto, su cuñado apareció con su coche con la excusa de entregarle 20 euros que le debía a su padre y le dijo que la llevaba él a clase. De pronto, el Chicle se desvió y puso rumbo a una pista de Lousame, junto a una capilla. Allí, según recordó hoy a través de videoconferencia, le arrancó de las manos el teléfono móvil, sacó un cuchillo y la violó. Exactamente igual que hizo con Diana Quer. «Me quedé inmóvil esperando que pasase aquello», recordó. Luego la amenazó: «Si me denuncias, mato a tu hermana, a su hija y luego voy a por ti y a por tus padres». Vanessa no se calló. Contó lo que supuestamente le había hecho Abuín a un hermano y a su hermana gemela, esposa del Chicle.

Antes de comenzar a declarar, el acusado pidió al juez que le quitasen las esposas. «No soy agresivo», dijo antes de pedir que fuese juzgado como José Enrique Abuín y no por su alias. En cuanto al caso, aseguró que aquella mañana no vio a su cuñada. Recordó que no tenía dinero y que fue al banco para pedir «un anticipo», pero que no estaba el director. Justo a la misma hora en la que la víctima había fijado el momento en el que fue violada.

«Vanessa no tuvo apoyo familiar y se vio obligada a vivir una realidad que no quería»

Vanessa Rodríguez tenía 17 años cuando llegó a casa y contó que su cuñado la había violado aquella misma mañana en un lugar inóspito de Lousame. En un principio, la arroparon. Pero pronto le dieron de lado y apoyaron al agresor, llegando incluso a fabricar coartadas, según reconocieron este martes en el juicio. En la familia, aquel episodio pasó a ser un tabú y con el paso del tiempo recuperaron la relación como si allí no hubiese pasado nada. Hasta que años después al Chicle lo detuvieron por la muerte de Diana Quer y resucitaron los fantasmas del pasado. Fue entonces cuando todos en aquella casa negaron al Chicle y apoyaron a Vanessa.

Las psicólogas del Imelga que elaboraron un informe de la víctima declararon: «Vanessa no tuvo apoyo familiar y se vio obligada a vivir una realidad que no quería. Recuperó la relación con el agresor y con su hermana en una claudicación para no verse apartada», añadieron.

Por su parte, una de las hermanas de la víctima explicó que aquel día encontró a su hermana en el baño. «Estaba llorando y me dijo que le quitó el móvil y la violó». Puntualizó que confía por completo en la versión de su hermana y que lo hace a pesar de reconocer que en el caso Diana Quer actuó como encubridora del procesado. «¿En el caso Diana Quer, les pidió que mintieran para encubrirlo?», preguntó el fiscal, a lo que ella respondió de forma afirmativa.

Familia

Cuando su hermana le contó los hechos, esta mujer se negó a desvelarlos a sus padres, pero al final lo hizo «llorando en todo momento». «Al principio decía que no, que mataba a mi hermana, a la niña y luego a mis padres», añadió. Después de aquello, nunca más se volvió a hablar de lo ocurrido en casa, pues se convirtió en un tema «tabú» en la familia.

También declaró un vecino. Recordó que tras los hechos la hermana de la víctima le pidió que declarase haber visto a Abuín el 17 de enero del 2005 estacionado a la misma hora en la que se había producido la violación. Y lo hizo. Hoy, arrepentido, explicó que era cierto que lo había visto, pero no sabía qué día de la semana ni estaba seguro de la hora.

También testificaron los agentes que recibieron la denuncia y los que procedieron a la detención de Abuín. No aportaron mucho más al caso que la tranquilidad mostrada por el reo.

CESAR QUIAN

«Si estuviera preso por esto, Diana seguiría viva»

Juan Carlos Quer, el padre de Diana Quer, acudió al juicio y durante cinco horas no apartó la mirada del Chicle. Antes, dijo que si el acusado hubiera estado en prisión por esta violación «la vida de Diana no hubiera desafortunadamente finalizado del modo en que finalizó, ni la niña de Boiro hubiera tenido que salir del maletero en las condiciones en las que salió».