Caso Alvia: el turno de Alfonso Ochoa, el ideólogo técnico del ADIF

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Imagen de la sala del juicio del Alvia
Imagen de la sala del juicio del Alvia XOAN A. SOLER

Uno de los cargos clave en la puesta en servicio de la línea, crucial en la estrategia de defensa, declara este jueves en el juicio del accidente de Angrois. «Asumo como propios los errores del sistema», dijo en la comisión de investigación del Congreso

09 nov 2022 . Actualizado a las 20:22 h.

Alfonso Ochoa de Olza Galé es algo más que un ingeniero, algo más que el ex director general de Operaciones e Ingeniería cuando se puso en servicio la línea de alta velocidad Ourense-Santiago en diciembre del 2011. Conoce todo lo que hay que conocer —lo que ha trascendido y lo que no— sobre el trazado ferroviario en el que sucedió el accidente del Alvia el 24 de julio del 2013. Y buena parte de la estrategia de defensa del ADIF en el caso Alvia descansa sobre sus hombros y sobre los de Esther Mateo, actual directora de Seguridad, que realizó un controvertido peritaje del descarrilamiento.

Entre la documentación aportada por la Abogacía del Estado en el juicio figura un informe de Alfonso Ochoa, donde está articulada la teoría de que si el maquinista hubiera frenado cuatro segundos antes no habría habido accidente, pues la curva de Angrois, limitada a 80 km/h, tendría una holgura que evitaría el descarrilamiento si el Alvia hubiera llegado a 160 por hora y no a 179. También se aporta un estudio sobre curvas similares a la de Angrois, que sustenta la tesis del ADIF de que la curva en la que ocurrió el accidente es una más de las muchas que hay en la red ferroviaria española. El montaje en vídeo aportado por el administrador en la causa con la intención clara de culpar en exclusiva al maquinista forma parte de este último esfuerzo pericial del ADIF. En su declaración en fase de instrucción ya apuntó hacia Francisco José Garzón Amo: «Es difícil desatender tanto la conducción», dijo. Hoy declarará en el juicio.

Aparte de ayudar a construir las líneas argumentales técnicas de la defensa, participó en los dos momentos clave de lo que se podría denominar la génesis del accidente: el cambio de proyecto que supuso dejar sin protección con ERTMS a la curva de Angrois y, además, fue informado por Andrés Cortabitarte de su decisión «soberana» de aceptar la petición de Renfe de desconectar el ERTMS embarcado en el Alvia. En su declaración reconoció, como la mayoría de los técnicos que han declarado hasta ahora, que este sistema podría haber frenado el tren poco antes de la curva de Angrois si el maquinista no reconoce la transición.

En la comisión de investigación del Congreso admitió que «no era consciente» del riesgo de la curva. Cuando Gabriel Rufián (ERC) le preguntó si no iba a hacer autocrítica, respondió: «Asumo como propios los errores del sistema». Alfonso Ochoa también estuvo al frente de la Dirección General de Explotación y Desarrollo de Infraestructura del ADIF, aunque en los últimos años no ha ocupado puestos tan relevantes. En sus declaraciones anteriores, atribuyó a la esfera política del entonces Ministerio de Fomento la decisión de modificar el proyecto de la línea Ourense-Santiago para explotarla en ancho ibérico. Y a Renfe, operadora de la que dijo que no le gustaba «ni pizca» operar con unos cambiadores de ancho en las dos estaciones que suponían unos 15 minutos de pérdida de tiempo. «Se toma la decisión porque era un despropósito. La solución más sencilla suele ser la más brillante», dijo entonces. En su opinión, «en la línea no falló nada, aunque en conjunto algo tuvo que fallar para que sucediera esta desgracia».