El excargo del ADIF que denunció un «agujero de seguridad» en Angrois, testigo clave en el juicio

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Jorge Iglesias, durante su declaración en la comisión de investigación del Congreso
Jorge Iglesias, durante su declaración en la comisión de investigación del Congreso

La vista se retoma este martes con la declaración de técnicos relacionados con el ERTMS, el sistema que podría haber evitado el accidente

08 nov 2022 . Actualizado a las 14:55 h.

 El juicio del accidente del Alvia se retoma este martes con las comparecencias de una serie de técnicos relacionados con el ERTMS, el sistema que controla en todo momento la velocidad del tren y que no se desplegó en la curva de Angrois cuando se modificó el proyecto de la línea de alta velocidad Ourense-Santiago. Un sistema que también fue desconectado en el tren un año antes del accidente, privándole de una medida que podría haber evitado el descarrilamiento, según coinciden técnicos y maquinistas.

La primera en declarar será Natalia de la Torre, que trabajó para la unión temporal de empresas que instaló el sistema de seguridad en la línea, formada por Dimetronic (ahora en Siemens) y por Thales. Su dosier de seguridad sirvió a Andrés Cortabitarte, el exdirector de seguridad en la circulación del ADIF que se sienta en el banquillo junto al maquinista, para deslizar responsabilidades hacia este entorno empresarial. También declarará Jaime Moñus, de Bombardier, empresa encargada de la fabricación del software embarcado del ERTMS que fue desconectado, a pesar de los intentos de la compañía por que se volviera a poner en marcha con una serie de mejoras que había propuesto.

 Pero el plato fuerte de la jornada vendrá a continuación con la declaración de Jorge Iglesias, que desde el 2011 hasta el 2013 —año en el que ocurrió el accidente— fue director de Coordinación Técnica del ADIF, puesto desde el que participó en la puesta en servicio de la línea de alta velocidad Ourense-Santiago. Como Jaime Tamarit, el quinto compareciente y también experto, solo declaró en la comisión de investigación del Congreso y no en la fase de instrucción. Y sustituyó al propio Tamarit al frente del Laboratorio de Interoperabilidad Ferroviaria del Cédex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas).

En su intervención ante los diputados, aclaró que sus responsabilidades en la puesta en servicio se limitaron a supervisar el avance de la ejecución de las obras. «En ningún caso tuve responsabilidad sobre la seguridad o los sistemas de señalización ni sobre las pruebas de ERTMS. Esa responsabilidad se me había retirado unos meses antes», dijo.

Testigo incómodo

Jorge Iglesias, que elaboró las reglas de ingeniería del ERTMS, es un testigo incómodo para el ADIF, pues en su momento remitió un escrito al Congreso —que fue el que forzó su comparecencia— en el que aseguraba que había al menos tres alternativas técnicas dentro de las reglas de ingeniería del ADIF para aumentar la protección ante el brusco descenso de velocidad, de 200 a 80 por hora, antes de la curva de Angrois. El ADIF llegó a emitir un comunicado en el que le recriminó que estas afirmaciones «no las realizara durante la fase de obra y pruebas de la línea Ourense-Santiago, lo que hubiera sido deseable en el ejercicio de sus funciones como director de Coordinación Técnica del ADIF». El escrito de Iglesias iba dirigido a desmontar la comparecencia de su superior en el administrador de infraestructuras, Alfonso Ochoa de Olza, que fue director general de Operaciones e Ingeniería cuando se puso en servicio la línea y que a su vez declarará el jueves día 10.

En su comparecencia ante los diputados, Jorge Iglesias no solo se refirió al «miedo» que existía en el sector de la ingeniería y entre los técnicos del administrador ferroviario respecto a mostrar algún tipo de opinión sobre el accidente. «Yo lo tuve», confesó. Y precisó: «La circulación bajo un sistema que no supervisa la velocidad del tren es, sin duda, la causa fundamental del accidente». «Con ochenta muertos encima de la mesa —añadió— es obvio que había un agujero de seguridad, y lo que no puedo soportar es que todo el mundo venga aquí [a la comisión de investigación del Congreso] y diga que todo estaba bien».

Por lo tanto, se aventura interesante el interrogatorio por parte de la Abogacía del Estado y la defensa Cortabitarte, que intentarán restar crédito a un testigo del que no existe un precedente en el sumario y cuyo testimonio va directo a la línea de flotación de la defensa de Cortabitarte y del ADIF. La postura de Tamarit no será muy diferente. En su intervención en el Congreso dijo que el ERTMS permitía incluso programar una curva de descenso de velocidad para que el tren llegara a la marcha estipulada —80 por hora— al lugar del descarrilamiento.