¿Qué hace ahora Chandler Thompson, la estrella de baloncesto que deslumbró con sus mates desde Ourense?

La película Hoosiers (David Anspaugh, 1986) es un tótem del cine de temática deportiva, gracias a su descripción de lo que el baloncesto colegial significa en una zona del interior de Norteamérica, como el estado de Indiana. Y por aquella época ya brillaba en el equipo de su instituto (Muncie Central Bearcats) un tal John Chandler Thompson, de la generación de 1970. Tras batir multitud de registros en el centro, prefirió disputar sus años universitarios en la misma localidad, en Ball State. Cuajó cuatro campañas excelentes, pero los equipos de la NBA no pusieron su foco sobre él. Pese a ser elegido para una franquicia de la CBA (ligas menores), esa vez sí optó por salir de casa. Puso rumbo a Ourense.

«Me trae muy buenos recuerdos aquella época y mantengo el contacto a través de las redes sociales. Sé que acaban de ascender de nivel y eso me alegró mucho. Además jugaron hace poco con Estudiantes, mi otro equipo. Ojalá puedan seguir ganando los dos», apuntó Chandler desde su domicilio en Indianápolis. Después de más de una docena de años de aventuras en Europa (España, Italia, Grecia y hasta Rusia), Thompson volvió a extraer su versión más hogareña, con tres hijas y un hijo, Josh, quien también sigue sus pasos en el mundo de la canasta. 

El básquet sigue levantando pasiones en la casa del hombre que revolucionó la liga española con sus mates, en particular en una ciudad que se rindió al espectáculo del primer quinteto negro del torneo, el que formó con el eléctrico André Turner, Jackie Espinosa, Howard Wood y Brad Wright. Chandler ganó bastante peso con los años y bromea: «Ahora es más difícil hacer un mate». Su ubicación está en los banquillos, puesto que volvió a hacer su recorrido por Muncie (Central Bearcats y Ball State), donde ejerció como entrenador principal. Muy pronto volverá al trabajo, aunque «de momento no se puede decir nada». En esa época se cruzó con los NBA Greg Oden y Mike Conley. También apunta que se midieron a Kyle Guy, «el que acaba de fichar por el Joventut».

Durante esas competiciones se encontró de nuevo a Turner, con quien también habla mucho de su época en Ourense. Antes, había ejercido como asistente en el instituto donde jugó su hijo. Josh completó otro notable periplo por Ball State, siguiendo los pasos de su padre, pero una inoportuna lesión frenó sus opciones. «Ahora quiero guiar a mi hijo hacia Europa, creo que tiene grandes habilidades para triunfar allá». Con 26 años, en la última campaña firmó estadísticas destacadas, en la TBL norteamericana, con los Lebanon Leprechauns. Es un escolta con buen tiro y muy certero más allá de la línea de triples. Quizás veamos pronto a otro Thompson.

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