Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado: «No tengo ninguna indicación del Gobierno»

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El fiscal general del Estado, este lunes durante la entrevista en la sede de la Fiscalía de A Coruña.
El fiscal general del Estado, este lunes durante la entrevista en la sede de la Fiscalía de A Coruña. ÁNGEL MANSO

Entrevista. Formado en la carrera fiscal en Galicia, asegura que «nadie ha socavado nunca» la libertad que tiene en la toma de decisiones, y afirma que quienes lo identifican con algún partido político es porque no lo conocen

24 oct 2022 . Actualizado a las 20:41 h.

«Nunca pensé en ser fiscal general del Estado». Álvaro García Ortiz (Lumbrales, Salamanca, 1967) habla del cargo que desempeña desde hace poco más de un mes como una etapa más en su carrera, que hasta el 2020 desarrolló prácticamente en su totalidad en Galicia, donde fue el delegado autonómico de Medio Ambiente. «Se acabará esta etapa y seguiré siendo fiscal, pero nunca imaginé que podría estar en la cúpula de la Fiscalía. Es un honor inmenso ser fiscal general del Estado, sea un minuto, un mes o un año», dice García Ortiz.

Es su segunda visita oficial a Galicia desde que dirige la Fiscalía española, y atiende a La Voz tras una reunión de trabajo en la Fiscalía Provincial de A Coruña, ubicada en el edificio de la antigua Fábrica de Tabacos. Esta tarde preside los actos del 40 aniversario del Ministerio Fiscal que organiza la Fiscalía Superior de Galicia en el pazo de Mariñán (Bergondo). 

-¿Qué queda de aquel fiscal que recorría los juzgados de Santiago y que, entre otras cosas, estuvo al frente de las investigaciones del Prestige?

-Creo que queda todo. Si hay algo positivo en que yo esté en la Fiscalía General del Estado es que queda mucho de un fiscal que viene del territorio y que ha trabajado siempre en el territorio. Y la visión de lo que somos es eso. La Fiscalía no es ni Madrid ni las decisiones que se gestionan con grandes titulares. La Fiscalía es este trabajo, el mismo que yo hacía todos los días desde Santiago y el mismo que hacen a diario un montón de compañeros. En Noia, en Muros, en juicios leves, en los divorcios, en las guardias, en la violencia de género, con los menores… Ese es el trabajo de la Fiscalía. Y lo que yo puedo aportar es esa visión de la Fiscalía en un sitio diferente. No me lo tienen que contar.

-El suyo ha sido un salto grande. Desde el territorio, como dice usted. Otros fiscales generales ya estaban de alguna forma en ámbitos de mucha influencia, como por ejemplo su antecesora, Dolores Delgado, que estaba en la Audiencia Nacional. Y otros eran magistrados.

-Sí, digamos que estaban en los núcleos de decisiones de poder. Quizá [María José] Segarra un poco menos, aunque ya era jefa en Sevilla. Es verdad que ha sido un salto importante, pero también es cierto que yo no hubiera podido ser fiscal general del Estado sin haber pasado dos años y medio en la Fiscalía Técnica, porque desde ahí he tenido una visión de toda la institución de la Fiscalía. También me ayudó haber estado en el movimiento asociativo y en el Consejo Fiscal. 

-¿Cómo son esos núcleos de poder?

-Viviendo en Madrid te das cuenta de que allí está el centro de las decisiones de este país para muchas cosas. También es un centro de relaciones institucionales. Hay que saber que allí se toman las decisiones importantes, y por eso hay que conocerlo y saber manejarse. Lo que el fiscal general del Estado haga desde el punto de vista institucional o de relaciones tiene repercusión en la carrera.

-Como también tiene repercusión lo ocurrido en el Consejo General del Poder Judicial. ¿Qué opinión tiene el fiscal general del Estado de la situación que se vive en el máximo órgano de gobierno de los jueces?

-Creo que ahora toca separarse un poco, ser prudente y esperar a que fructifiquen las negociaciones parlamentarias. Es un momento en el que hay que intentar que eso fluya. 

-¿Pero es normal tanto tiempo con un Consejo del Poder Judicial sin renovar?

-Es una anomalía absoluta. Las instituciones democráticas son un tesoro que tenemos y debemos cuidarlas mucho. Nos hacen ser como somos, tener los valores que tenemos y tener una democracia estable. Y quienes estamos de responsables de esas instituciones tenemos que preservarlas, no dejar que se deterioren ni que se degraden. Eso es fundamental para que todo funcione.

-¿El Consejo General del Poder Judicial debe ser elegido por los jueces?

-No quiero entrar en la polémica, pero creo que no. Primero, la Justicia emana del pueblo y nos pertenece a todos como poder del Estado que es. Segundo, ¿por qué los jueces solo? Yo soy poder judicial y estoy en el título sexto de la Constitución. ¿Por que no va a participar en esa elección el fiscal del Estado? En otros ordenamientos jurídicos, como por ejemplo Alemania, no hay un consejo del poder judicial. En otros países está el presidente del Gobierno o el ministro de Justicia directamente. La discusión simplificada de jueces eligen a jueces no es una discusión, es un eslogan. Si queremos profundizar en el modelo hay que hablar de todo. ¿Por qué no están representadas las comunidades autónomas, por ejemplo? Podemos darle una vuelta a todo. Pero el modelo que tenemos es es el que establece la Constitución.

-Al fiscal general del Estado lo elige el Gobierno y cesa con el Gobierno. ¿Tiene presiones del Gobierno el fiscal general del Estado?

-El fiscal general del Estado no tiene ninguna presión del Gobierno. Me siento libre y nadie ha socavado la sensación de libertad que tengo en la toma de decisiones. Me siento libre, aunque muy responsabilizado, pero no tengo ninguna indicación por parte del Gobierno.

-Igual que le ocurrió a Dolores Delgado, usted ha recibido duras críticas a su nombramiento. ¿Cómo lleva que se ponga en duda su legitimidad para este cargo? 

-Creo que no me conocen. Yo soy un fiscal. No soy otra cosa ni he querido ser otra cosa en mi vida. Por eso cuando me identifican con un determinado partido político es porque no me conocen. 

-Lo relacionaron con el PSOE por haber participado en un acto de ese partido en Galicia.

-Fíjese. Ni siquiera era un acto electoral, pues las elecciones fueron siete u ocho meses después. Era una charla a la que me llamaron para hablar sobre incendios forestales. De aquel acto nadie me preguntó nunca qué fue lo que dije de los incendios forestales. A nadie le preocupó eso. Lo único que importó es que en la charla había un logotipo del Partido Socialista. Y si por dar una charla con un logotipo al lado en mis 24 años de carrera ya estoy inhabilitado para ser fiscal general del Estado, creo que no es proporcional. Si yo hubiera hecho algún alegato o hablado contra un partido político, podría entenderse, pero mire usted es que en ese acto el fiscal encargado de los incendios forestales en Galicia habló de los incendios forestales en Galicia, autorizado previamente por la Inspección Fiscal. Creo que aquello pudo no gustar y lo entiendo, pero se ha magnificado absolutamente.

-Usted dirigió una investigación en Galicia en la que se descartó que hubiese una trama detrás de los incendios forestales. ¿De verdad no hay nada organizado?

-Siempre se suele buscar alguna culpabilidad extraña a los fenómenos que nadie es capaz de explicar y que nadie reivindica. Que los incendios vienen de la mano del hombre es una evidencia, y que la climatología es lo que más determina que haya incendios es otra evidencia. Pero de ahí a extrapolar que hay alguna organización criminal o unos intereses concertados es un salto cualitativo que no hemos podido demostrar nunca.

-¿Le siguen preocupando los incendios forestales ahora que tiene unas responsabilidades más amplias?

-Sí, mucho. Creo honestamente que es de las pocas cosas que entiendo de verdad. En la Fiscalía General del Estado se abarcan muchos temas, pero los incendios forestales son mi especialidad. Entiendo lo jurídico y también los contextos. Han sido muchos años y los incendios forestales no son simples. El problema de los incendios forestales tiene una patología diferente en lo que se refiere a la causa por la que se producen. Con unas consecuencias diferentes en función de dónde se producen.

-¿No son iguales los incendios forestales en Galicia que en otras partes de España?

-No. Ni siquiera dentro de Galicia es lo mismo. No es igual un incendio en la Terra Chá que en el Baixo Miño o en Ourense. No tienen nada que ver. Lo que sí tiene que ver es el factor climatológico, que sí es determinante.

-¿Por qué la Fiscalía archivó las investigaciones al rey Juan Carlos?

-Lo que dice el Tribunal Supremo y lo que dice la Fiscalía es que no se pueden pedir responsabilidades al rey emérito porque tenía inmunidad cuando ocurrieron los hechos.

-¿Qué hará la Fiscalía con los indultos en el caso de los ERE?

-No quiero anticipar nada, la decisión la tomarán los fiscales encargados del caso. Como en todo, habrá que verlo, analizarlo y tomar una decisión. En este caso estamos pendientes de resolver la petición sobre la suspensión de la pena.

-Entre los retos de la Fiscalía está la lucha contra el narcotráfico, un problema bien conocido y padecido en Galicia. Usted habló de estrangular la economía de las organizaciones de narcotraficantes. ¿De qué forma?

-La gente trafica con droga porque se gana mucho dinero. Tenemos que ser capaces de incautar todos los beneficios que se obtienen de la droga y de estrangular las cuentas de esas organizaciones que se dedican a ganar dinero y a lavarlo. 

-¿De verdad se puede acabar con el narcotráfico?

-El trafico de drogas ocurre porque hay una sociedad que consume esas sustancias. En el plan nacional de drogas esta muy bien definido todo el fenómeno. Y hay un aspecto penal importante, y tenemos que tender a terminar con el narcotráfico. Es un fenómeno dañino para la salud de la gente, sobre todo de los jóvenes. El narcotráfico es una patología social. 

-La corrupción es otro objetivo de su departamento.

-La corrupción impide un desarrollo normal de una sociedad. Es enriquecerse de todo el trabajo de una sociedad. Es instrumentalizar a una sociedad para que trabaje en beneficio de la corrupción.

 -Y la violencia machista. ¿Qué más se puede hacer cuando sigue habiendo casos?

-Es algo a lo que los fiscales nos enfrentamos todos los días. Es un problema muy grave para una sociedad . Es la bestialidad del uso del violencia contra una mujer por el hecho de ser mujer. 

-¿Que es lo peor que ve un fiscal general del Estado?

-Como fiscal general no ves lo que sí ven el resto de los fiscales. No ves a las víctimas, que es lo que más impresiona. Modestamente, yo sí puedo aportar esa visión porque la tengo muy reciente. La cúpula de la institución está muy alejada del sufrimiento de esa víctima que tiene que estar delante de un juez contando lo que le ha pasado. Eso es mucho más duro que cualquier cosa.  

-¿Cómo está la carrera fiscal?

-Hay que recobrar ideas que incentiven la carrera fiscal. En el tramo de entre 40 y 50 años hay una especie de inmovilidad. Hacemos lo mismo que hace diez años. No hay movilidad territorial ni funcional. Por ejemplo, yo estuve 15 años en medio ambiente y eso no es normal. Creo que hay que dinamizar la carrera y generar expectativas, trabajo, especialidades. No es bueno que haya un tapón porque los puestos están copados desde hace muchos años. Hay que mover la carrera y buscar estímulos.