La marca de Alfonso Rueda en sus primeros presupuestos al frente de la Xunta, los del 2023

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Alfonso Rueda, escuchando las explicaciones del conselleiro de Facenda, Miguel Corgos.
Alfonso Rueda, escuchando las explicaciones del conselleiro de Facenda, Miguel Corgos. Sandra Alonso

Aumenta en 1.000 millones su gasto para afrontar las incertidumbres de la crisis durante el 2023, con una rebaja fiscal de 128 millones de euros que ya anticipó en mayo

19 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En mayo, al ser elegido presidente en el Parlamento, Alfonso Rueda se comprometió a continuar las políticas de su predecesor, Alberto Núñez Feijoo, y a imprimir un estilo propio. Con nubarrones económicos en el horizonte, su primer presupuesto encaja en ambas promesas. Elaborados por el conselleiro Miguel Corgos —que como el presidente, es casi primerizo en el cargo, pero tiene amplia experiencia en el gobierno— las cuentas presentan la marca indeleble del PP. La austeridad está impresa en la decisión de recurrir a menos crédito. Y el liberalismo aparece en las rebajas fiscales, dirigidas tanto a los tramos bajos del IRPF como a los poseedores de un patrimonio amplio, que así tendrán una menor tentación de irse a comunidades que fueron aún más ambiciosas en la reciente guerra fiscal.

Pero también hay ya algo del estilo Rueda. A diferencia de los de su predecesor, que solían quedarse un poco por debajo, este presupuesto explora el límite del techo de gasto. Además, Feijoo solía presentar una o dos medidas fiscales por año. Pero en estas cuentas se rebaja el impuesto de Patrimonio, se deflacta el IRPF, se reduce el primer tramo y se amplían las deducciones a las familias. Es un bloque de reducción fiscales que tiene pocos precedentes.

Ambas diferencias con los tiempos de Feijoo pueden explicarse por el preocupante contexto económico, pero incluso en ese caso confirman que el presidente no se siente atado por las costumbres de las legislaturas anteriores.

Tampoco lo ha estado en el aspecto formal. En tiempos de Feijoo, las cuentas se presentaban como ayer, tras su aprobación en el Consello de la Xunta, y se hacían públicas al inicio de su trámite parlamentario. Esas dos citas, casi obligadas por los ritmos administrativos, se mantienen, pero además Rueda compareció a voluntad propia en el Parlamento a finales de septiembre para esbozar las líneas maestras, y él y Miguel Corgos han ido adelantado algunos detalles del documento en diferentes actos.

Esa estrategia, muy criticada por la oposición, que le acusó de hurtar el papel del conselleiro por su comparecencia en O Hórreo, ha servido para dar más visibilidad a las cuentas y al mismo presidente.

Las cuentas son también una combinación de ideas políticas. Al liberalismo y la austeridad ya mencionados se contrapone un aumento general del gasto público, producto de una mayor recaudación. El conselleiro dijo ayer con claridad que, en malos tiempos para las empresas, el sector público será motor económico. Atrás quedan los años de los recortes, que el propio Alfonso Rueda descartó desde el primer momento. Ayer subrayó que «é posible» combinar las rebajas fiscales y el bajo endeudamiento con ese incremento del gasto social en el que el Gobierno gallego ha centrado su discurso durante los últimos días.

Ese relato y el rechazo a la tijera son un cortafuegos ante la principal línea de ataque de la oposición: los problemas de algunos servicios públicos, en especial el sanitario, aquejado de falta de profesionales. Según el PP, porque no los hay; según BNG y PSOE, por las malas condiciones laborales. Habrá más inversión en sanidad y otros departamentos de la Xunta como el educativo, que requieren de amplias plantillas para funcionar. Ese capítulo, el de gastos de personal, es de hecho el que más crece: 266,1 millones de euros. Una cifra que multiplica casi exactamente por dos el aumento de los fondos para inversiones reales: 133,4 millones.

Son los primeros presupuestos que dirige Alfonso Rueda, y los presupuestos más elevados de la historia de Galicia: 12.620 millones de euros, prácticamente mil más (993 en concreto) que este año. Pese a la magnitud de la cifra, una de las palabras más empleadas por el presidente en su presentación fue «prudencia», tanto en materia financiera como de gasto. Una cautela necesaria, dijo, para hacer frente a las «incertezas» que aguardan en el futuro, derivadas de la crisis energética y el alza de los precios.

Esa misma incertidumbre es la que ha provocado caídas en las previsiones de crecimiento de los principales países europeos. Pero el conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, está seguro de que la economía gallega aguantará el pulso. El PIB anterior a la pandemia del coronavirus se recuperará a comienzos del 2023, y el desempleo caerá a finales de ese año por debajo del 10 %, afirmó. Pese a las incertezas, y a informes como el publicado por el BBVA —que reduce el crecimiento de Galicia al 0 % el próximo año—, el conselleiro subrayó que el Gobierno tiene «total confianza» en sus previsiones, que parten de las estimaciones del IGE y cuentan con el aval de la autoridad fiscal, la AIReF. «Executaremos o orzamento que presentamos», subrayó Corgos.

No son solo son las cuentas más altas de la historia de Galicia, sino que según el conselleiro y el presidente también son las de mayor gasto social. En sus cálculos —que incluyen el gasto en personal y sostenimiento de los servicios públicos—, sanidad, educación y servicios sociales alcanzan los 8.926 millones de euros, el 70 % del total de gasto. Si se suman las partidas de empleo se llega a 9.369 (74 % del total), que son 760 más que este año.

Buena parte de ese incremento total del gasto viene del fuerte repunte de la inyección de fondos del Estado, hasta 1.400 millones extra, un 17 % más.

El enfoque social se encuadra en los cinco ejes sobre los que girarán las cuentas: apoyo y protección a las personas y las familias, ahorro y eficiencia energética, refuerzo de los servicios públicos, cuidado del medio ambiente y lucha contra la sequía, y dinamización económica. La Xunta reforzará esas áreas con 500 millones de euros más.

Todo ello con una política fiscal a la baja, que «deixará no peto dos galegos 128 millóns de euros», señaló Rueda. Destacó la deflactación de los tres primeros tramos del IRPF con efecto retroactivo desde el 1 de enero y la rebaja de un 0,4 % en el primer tramo de ese impuesto. Esas medidas supondrán un ahorro medio de 476 euros por gallego. También se equiparará a las familias con dos hijos con las numerosas, con una deducción de 250 euros; y se duplicará la rebaja para las que tengan tres hijos hasta los 500 euros. Además de la rebaja extra del 25 % en el impuesto de Patrimonio, hasta llegar al 50 %, y la congelación de todas las tasas (incluyendo las universitarias) y los precios públicos.

Las bajadas fiscales se añaden a un control reforzado de la deuda. Corgos explicó que solo se pedirán 181 millones, cuando en años anteriores se llegaba a los 415.

Ambas medidas, añadió el conselleiro, confirman que la Xunta mantiene su apuesta por un «modelo fiscal previsible» y por una «senda de responsabilidade» en materia financiera. Galicia, dijo, es la tercera comunidad con menor deuda de España. Pero incluso así, en el 2023 deberá pagar juros por valor de 110,8 millones, cuando este año solo abonó 74,5; detrás de ese repunte está la subida de los tipos de interés, que también afectan al dinero público.

El elevado presupuesto permitirá a la Xunta elevar las inversiones y transferencias de capital por encima de los 2.700 millones de euros, un 8,5 % más que este año. Pero el Gobierno gallego también hará frente a facturas derivadas de la compleja situación económica. El gasto en personal aumentará en 266 millones, un 6,1 %, hasta superar los 4.600 Los gastos corrientes pasarán de 2.145 millones, tras crecer un 8,1 % con respecto a este año, es decir 161,4 millones. «O sector público autonómico será motor de crecimiento» el próximo año, afirmó el conselleiro.

Los presupuestos son también, dijeron Corgos y el presidente, una demostración de la estabilidad institucional de Galicia. La comunidad volverá a tener sus cuentas aprobadas a 1 de enero, y está siendo «das primeiras, se non a primeira» en tramitarlos.

El presupuesto, resumió el titular de Facenda, fue diseñado no pensando solo a un año vista, sino que se hizo «mirando ao futuro», blindando, dijo, la sanidad, la educación y los servicios públicos. Mañana los lleva al Parlamento de Galicia.