Ana Sandamil, ante el TSXG que revisa el crimen de Desirée: «Nunca le haría algo así a mi hija»
GALICIA
Todas las partes se reunieron este viernes para analizar el recurso interpuesto por la defensa de la asesina. La madre de Desirée Leal: una gran estudiante, reservada, y traumatizada en su juventud
30 sep 2022 . Actualizado a las 19:43 h.El crimen de Muimenta, o Caso Desirée, volvió a añadir este viernes una página a la larguísima historia del asesinato de la pequeña. Ana Sandamil volvió a defender su inocencia ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. La mujer condenada por asesinar a su hija, Desirée Leal, de siete años, en su casa de Muimenta el 3 de mayo del año 2019, declaró ante el TSXG que «yo nunca le haría algo así a mi hija». «Soy inocente», añadió. No dijo ni una palabra más.
Sandamil no compareció físicamente, sino que lo hizo a través de una conferencia. Se encuentra en la prisión de Teixeiro desde el verano del año 2019, cuando la Guardia Civil acudió al Hospital de Lugo a arrestarla, ya que era la principal sospechosa de haber acabado con la vida de su hija de siete años, Desirée Leal.
En la vista del recurso interpuesto por su defensa contra la pena de prisión permanente revisable que le impuso la Audiencia Provincial de Lugo el pasado mes de marzo, su abogado afirmó que el juicio, celebrado en febrero, fue escenario de dos declaraciones que favorecían a su defendida y que no tuvieron peso en la resolución final. Él cree que los testimonios de dos facultativas que trataron a la madre, que afirmaron que su afectación psíquica era grave, deberían servir como atenuante para que no se le impusiese la máxima pena contemplada en la ley española.
También mencionó la hipótesis que la madre sostuvo al inicio del juicio, por la que la niña habría bebido accidentalmente de una botella que tenía en la habitación en la que ambas habían dormido juntas. Esa botella contenía agua mezclada con trazodona, un somnífero, que los investigadores creen que Sandamil trató de usar para envenenar a la niña y adormilarla, sin éxito. Esta teoría, según el letrado de la defensa, se descartó demasiado rápido, «vulnerando la presunción de inocencia de mi clienta», según dijo ante el TSXG este viernes.
El abogado de Sandamil, al igual que en el juicio, no negó la autoría de los hechos —algo que sí hizo la madre de Desirée—, sino que buscó demostrar que su clienta no tenía las facultades mentales necesarias para considerar que sabía a la perfección lo que estaba haciendo aquella noche.
Sin embargo, tanto la Fiscalía como las acusaciones popular y particular rechazaron estos argumentos, explicando que solamente esas dos testigos tuvieron una opinión favorable al diagnóstico grave y no al leve. Ninguna de las dos pudo leer los informes médicos de las facultativas que trataron a Ana Sandamil previamente, por lo que su sesgo carecería de validez, según las acusaciones. Además, ambas se entrevistaron con la asesinada condenada mucho tiempo después del suceso, algo que también les restaría valor a sus testimonios, insisten la Fiscalía y las acusaciones.
La reunión, que duró tres horas, estuvo marcada por las dificultades técnicas para contactar por videollamada con la prisión de Teixeiro.
Ahora, será el tribunal del TSXG el encargado de deliberar y decidir si estiman el recurso de la defensa de Ana Sandamil y le reducen la pena o si mantienen la condena de prisión permanente revisable para la autora de uno de los crímenes más mediáticos de la historia reciente de Galicia. La decisión podría tardar semanas en tomarse.
Las acusaciones mantuvieron su petición
El abogado que ejerce la acusación popular en nombre de la Fundación Amigos de Galicia, Francisco José Lago, explicó a la entrada de la vista que solicitan que «se ratifique de forma íntegra la condena». La acusación popular se suma así a la tesis de la Fiscalía, que confirmó esta semana que pide en la vista de apelación la confirmación de la sentencia que condena a prisión permanente revisable a Ana Sandamil.
Francisco José Lago afirmó este viernes que los peritos que intervinieron en el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Lugo fueron «claros, precisos y terminantes» en relación con el estado de Ana Sandamil el día de los hechos, por lo que la acusación popular mantendrá en todo momento la tesis de que era consciente de lo que estaba haciendo cuando asesinó a su hija. «Podía tener una ligera afectación», por el trastorno que padecía, «pero no le impedía comprender la ilicitud del hecho que estaba cometiendo», dijo el letrado de la Fundación Amigos de Galicia. A su juicio, eso podría suponer «un ligero atenuante», pero «nada más». «En ese sentido, los peritos que intervinieron en el juicio fueron claros, precisos y terminantes», concluyó.
La acusación particular, que representa al padre de la pequeña Desirée, José Manuel Leal, también se opone al recurso presentado por la defensa y solicitará que se ratifique la pena de prisión permanente revisable.
Tras una semana de juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Lugo el pasado mes de febrero, el jurado popular y el tribunal de la Sala Segunda decidieron que Sandamil debía ser condenada por un delito de asesinato con agravante de parentesco y con un atenuante leve de alteración psíquica. La sentencia de la Audiencia fue contundente: prisión permanente revisable. Solamente se habían dictado una veintena de resoluciones de este tipo en la historia de España antes de aplicársela a Sandamil.
Su defensa tardó poco en recurrir al órgano superior. Fue en marzo cuando su abogado acudió al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) para solicitar una reducción de pena, la cual consideran injusta para su clienta. La vista de análisis y valoración de este recurso fue la que se celebró este viernes en A Coruña.
Un juicio largo y una sentencia contundente
En la sentencia de la Audiencia, se tiene en cuenta una alteración psíquica de carácter leve, pero los magistrados afirman que no es suficiente para evitar la máxima pena. En el juicio, Ana Sandamil declaró, para sorpresa de las partes. Dijo que no le había hecho nada a su hija, y que no intentó envenenarla, «era la cosa que más quería en el mundo», subrayó la condenada. También dijo en la primera sesión que no recordaba nada de lo ocurrido la noche de la muerte de Desirée. Además, argumentó entonces que oía voces, que estaba diagnosticada de depresión y que se encontraba mal psicológicamente. Finalmente, en la última sesión, admitió implícitamente su culpabilidad, diciendo que «si hice lo que hice fue porque estaba mal de la cabeza».
Los hechos demostrados y los testimonios de los peritos, tanto guardias civiles como médicos forenses y psicólogos, pesaron más que las palabras de la madre. Fue condenada a prisión permanente revisable, y el jurado popular señaló que sus facultades psíquicas estaban parcialmente afectadas casi de manera unánime, rechazando el argumento de la defensa de una afectación completa.