Portugal anuncia el inicio de las obras de la alta velocidad entre Oporto y Vigo para el 2026

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

MIGUEL PEREIRA DA SILVA | EFE

El primer ministro mantiene que la línea que partirá de Lisboa articulará mejor la Península que un AVE a Madrid y su ministro de Transportes augura que reforzará más al Sá Carneiro como aeropuerto del Noroeste, con un viaje de 48 minutos al centro olívico y de 2 horas y 23 minutos a A Coruña

24 oct 2022 . Actualizado a las 13:02 h.

El Gobierno de Portugal ha empleado hoy todo su argumentario para declarar al proyecto de tren de alta velocidad Lisboa-Oporto-Vigo como «la revolución» del transporte que cambiará la movilidad en su país y en el occidente de la Península. El primer ministro luso, Antonio Costa, su ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, y la cúpula de la empresa pública Infraestruturas de Portugal, desvelaron en un acto en la estación portuense de Campanha el proyecto de nueva línea ferroviaria del norte del país, que se convertirá en eje troncal desde el que partirán los enlaces a las principales ciudades y territorios del país.

El cronograma anunciado sitúa en el año que viene el lanzamiento del primer concurso para iniciar en el 2025 la fase inicial del trazado de alta velocidad entre Oporto y Soure (distrito de Coímbra). El mismo proceso situará las máquinas en el 2026 para la segunda fase que se levantará entre Soure y Carregado (distrito de Lisboa), y a mediados de ese mismo año el arranque de la construcción del eje Oporto-Braga-Valença. Los plazos para dar continuidad al proyecto hasta Vigo, para enlazar con el eje atlántico, no fueron apuntados hoy ni desde el Gobierno portugués, ni por los responsables de la empresa de infraestructuras, pero fuentes de la Administración lusa no obviaron señalar que el éxito de este tren rápido transfronterizo radica en que desde España se coordinen los trabajos con el calendario portugués para que el nuevo ferrocarril no se pare en la frontera.

Un total de 730 trenes utilizan a diario la actual línea del norte portuguesa, lo que hace que sus responsables la declaren al borde de agotar su capacidad. Solo desdoblando la línea con un nuevo trazado de doble vía se podrá bajar de las más de tres horas de viaje entre Oporto y Lisboa a 1 hora y 15 minutos y, sobre todo, como se ha fijado como objetivo el Gobierno del país vecino, reducir considerablemente la circulación de vehículos y el uso del avión en todo el espacio existente entre las dos mayores ciudades portuguesas. La previsión es poner en circulación 60 trenes de alta velocidad cada día en la nueva línea, 17 de ellos sin paradas, ubicar en la misma línea 34 servicios híbridos de alta velocidad y convencional y otros 17 más de esta última categoría, de partida. La nueva línea de alta velocidad se proyecta en doble vía de ancho ibérico y en el recorrido hasta Galicia contará con estaciones de nueva construcción en el aeropuerto de Oporto, Braga y Valença, como también diseña la de Lisboa el arquitecto Santiago Calatrava.

El primer ministro Costa advirtió que su país ya no volverá a parar un proyecto ferroviario como se hizo con la alta velocidad al inicio de la década pasada, e indicó que la decisión de optar por el eje Lisboa- Oporto-Vigo da más autonomía y menos dependencia a su país del que se trató de impulsar con el AVE entre Lisboa y Madrid. Más al contrario, el ministro de Infraestructuras auguró hoy, que si el aeropuerto de Oporto «ya es la referencia aérea de todo el noroeste peninsular, con el nuevo tren va a aumentar su influencia todavía más». De hecho, el Ejecutivo luso hizo hincapié en que cuando la primera fase de la línea de alta velocidad esté completa hasta Valença en el año 2030, el viaje entre el aeropuerto y Vigo pasará de tres horas y 22 minutos, con el desplazamiento en metro añadido desde la estación de Oporto al aeropuerto, a 1 hora y 25 minutos de forma directa hasta el pie de la terminal. Y dependiendo de lo que tarde el Gobierno español en construir la salida sur ferroviaria de Vigo, la de que dará continuidad hacia Portugal en alta velocidad, el mismo viaje tardará solo 48 minutos, según el proyecto hoy presentado. En el caso de A Coruña, a la que el Ejecutivo luso ya incluye sin ambages como futuro territorio del ámbito de influencia del aeropuerto Sá Carneiro, se pasará de las 6 horas y 34 minutos actuales, combinando igualmente el tren Celta y el metro urbano, a las tres horas dentro de ocho años y solo ya 2 horas y 23 minutos cuando el trazado esté completo.

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Aveiro, Coímbra y Espinho quedarán situadas en el entorno de la media hora de viaje del aeropuerto; Braga y Leiria, a menos de una hora; Barcelos a una hora, y Viana y Valença por debajo de la hora y media.

«Portugal va a ser el país que más va a crecer en el 2022 de la Unión Europea, el nivel de empleo está en su tope histórico máximo, es el momento de tomar decisiones para el futuro del futuro», concluyó Antonio Costa, que mostró su convencimiento de que el proyecto dará un peso fundamental a la fachada atlántica y refuerza la competitividad de su país, al pivotar sobre la nueva línea de alta velocidad todo el mapa ferroviario portugués, y encajar en la misma también a las mercancías, el transporte de viajeros convencional y enganchar después todo el nuevo entramado a la red ferroviaria española. «Vamos a encoger el país», proclamó el ministro de Infraestructuras, quien acabó definiendo el proyecto ferroviario como «una revolución». 

En lugar del AVE a Madrid

«Este no es un proyecto de unión entre las capitales peninsulares, esto no va a ser una isla en el conjunto de nuestro sistema ferroviario nacional y no es la disolución de Portugal en un todo peninsular. Al contrario. Este es un proyecto que une a Portugal y que refuerza la fachada atlántica», subrayó Costa, desde la estación de Oporto Campanha, que estará a una hora y cuarto de Lisboa con el nuevo tren. «Estamos abriendo una nueva conexión con España que refuerza nuestra fachada atlántica», insistió en un mensaje hacia su ciudadanía, recalcando que en dicha franja se consolidó la soberanía de Portugal. «Esta conexión entre Oporto y Vigo es el primer paso para nuestra integración en la red ibérica de alta velocidad, pero una integración que desarrolla nuestro país y refuerza la centralidad y autonomía de Portugal, no de otras ciudades ibéricas», continuó aludiendo a Madrid para contraponer el peso urbano continuo que augura logrará el espacio «que abarca desde Setúbal a Galicia».