Declarada la alerta por sequía en parte de Vigo, Baiona y Nigrán

Carlos Punzón
C. Punzón VIGO

GALICIA

Oscar Vázquez

La Xunta activa además la prealerta para el resto de la ciudad olívica y nueve ayuntamientos más dependientes del embalse abastecido por el río Verdugo

23 sep 2022 . Actualizado a las 18:30 h.

Ya son 50.000 las personas sobre las que pende en Galicia la amenaza de restricciones de agua. Parte de Vigo, Baiona y Nigrán están desde ayer afectadas oficialmente por la declaración de alerta por escasez en sus reservas, alcanzado así el penúltimo nivel en la escala en la que se gradúa la sequía y que culmina con la activación de emergencia por problemas de abastecimiento.

La Oficina Técnica da Seca de la Xunta optó por activar la alerta al comprobar que el embalse baionés de Baíña se encuentra solo al 38,9 % de su capacidad y el vigués de Zamáns al 41,8. Aunque en la declaración de la Administración autonómica se incluye como afectada a la zona sur de Vigo (un área que va desde la parroquia de Valadares hasta la de Saiáns y en la que viven 19.000 personas), desde el 28 de agosto el consistorio olívico decidió dejar las escasas reservas de Zamáns a Nigrán y Baiona, y abastecer al municipio en su totalidad desde el embalse de Eiras, el mayor de Galicia y que se ubica en Fornelos de Montes. Este recurso entró también ayer en situación de prealerta por sequía, al descender sus reservas al 73 %, de las que se surten también los municipios de Redondela, Cangas, Moaña, Gondomar, Salceda, Mos, O Porriño, Fornelos, Ponte Caldelas y Soutomaior.

La Xunta asegura no tener constancia del cambio anunciado por el Ayuntamiento vigués, y por eso extiende la alerta a las áreas a las que habitualmente surte Zamáns, incluida la zona sur de la ciudad.

La alerta por sequía no conlleva por sí misma ninguna restricción para el consumo por parte de la población, pero sí recomendaciones a los ayuntamientos afectados para que minoren el volumen de agua a utilizar. De entrada, la alerta supone hacer público «un claro riesgo de imposibilidad de atender las demandas» de agua, como señala el Plan Especial de Sequía de la demarcación hidrográfica Galicia-Costa.

Se pueden suspender cautelarmente determinadas concesiones que empleen agua, limitar usos recreativos y reducir la presión nocturna en el abastecimiento. También se sugiere empezar a echar mano de medios excepcionales como cisternas, cuyo uso se incluso se podrá imponer en el caso de riego, usos industriales y hidroeléctricos, y los recreativos o ornamentales ser atendidos por aguas regeneradas.

Lo que también entra en vigor de manera automática es una reducción en el caudal ecológico de agua que se deja pasar, en este caso desde las presas de Zamáns y Baíña, hacia la continuación del cauce.

Reproche al Concello de Vigo

La declaración de prealerta para Vigo y el resto de ayuntamientos que se abastecen de Eiras, fue acompañada ayer desde la Consellería de Infraestruturas de un reproche al Ayuntamiento de Vigo por el silencio que indica mantiene sobre la necesidad de renovar la estación potabilizadora de la ciudad, en situación límite por su antigüedad y dimensión y considerada ya en el 2008 como insuficiente. La nueva planta en construcción no se espera que entre en funcionamiento hasta otoño del año que viene. «Como no se recibió respuesta por parte del Ayuntamiento de Vigo, la Oficina Técnica de la Sequía consideró prudente suponer que, en este momento, la ETAP tiene las mismas limitaciones que en el año 2017 (última sequía en la que los niveles de reserva llegaron al 37 %), por lo que, teniendo en cuenta los indicadores actuales, se consideró necesario activar la situación de prealerta en el sistema», concluye la oficina autonómica.

La situación de las reservas en la zona ya generó en agosto la crítica del alcalde de Nigrán, Juan González (PSOE), quien dijo que «a la Xunta le daría una alegría si nos quedáramos sin agua», a la vez que reclamó la ayuda autonómica para paliar la sequía.

Además del cambio en los dos escenarios del sur de la provincia de Pontevedra, se mantiene la situación de prealerta por escasez para los ayuntamientos abastecidos desde el río Lérez, en la ría de Pontevedra; en el sistema dependiente del río Tambre en la ría de Muros y Noia; en la cuenca del río Grande y de los ríos que vierten a la ría de Camariñas y la costa de Cabana, Laxe y Muxía; en la cuenca del río Anllóns, donde el indicador de escasez presenta el valor más bajo de la demarcación; y en el sistema del río Mero que sirve a Arteixo y la ría de A Coruña.

La Oficina Técnica de la Sequía sí constató hoy como única señal positiva, que las lluvias de la primera quincena de septiembre sirvieron para evitar que varios embalses registrasen bajadas de nivel más acusados o para mantener estables otros, siendo la zona norte de la demarcación Galicia-Costa la que presenta a día de hoy una mejor situación, aunque no suficiente para salir de la situación de sequía prolongada.