De «experto narcopatrón» a quedar en libertad

GALICIA

Los 1.623 kilos de cocaína atribuidos a Pablo V.B. se hallaron en un garaje en Huelva a finales del 2020.
Los 1.623 kilos de cocaína atribuidos a Pablo V.B. se hallaron en un garaje en Huelva a finales del 2020. Policía Nacional

La Audiencia Nacional considera que el arousano Pablo V.B., detenido en agosto entrando en Ucrania desde Polonia, cumple los requisitos para salir de prisión: ni hay riesgo de reincidencia ni de fuga, pese a las concluyentes acusaciones policiales

27 oct 2022 . Actualizado a las 18:50 h.

Pablo V.B. dejó atrás su cultivado anonimato tras la difusión de una nota de prensa oficial de la Policía Nacional. Informaba de su detención, en agosto, intentando entrar en Ucrania, desde Polonia, para comprar un velero con el que seguir traficando. Se le calificó de «experto narcopatrón» y se le atribuía igualmente el transporte de 3.228 kilogramos de cocaína entre Venezuela y Europa a finales del 2020; más de tres toneladas de las que solo se decomisaron 1.623 kilos, en Huelva. La prueba que lo incrimina presuntamente con este porte millonario de cocaína se fundamenta en una huella de Pablo V.B. hallada en uno de los registros policiales.

Vehículos y fardos de cocaína decomisados en la operación policial en Huelva.
Vehículos y fardos de cocaína decomisados en la operación policial en Huelva.

El relato policial situaba también a este arousano, natural de Vilaxoán, en Vilagarcía, como uno de los patrones de narcoveleros más reputados en el submundo narco dentro y fuera de Galicia. Pero el carrusel de acusaciones policiales difundidas en su momento ha sufrido un importante revés en los últimos días con la puesta en libertad, con cargos y a la espera de juicio, resuelta por la Audiencia Nacional.

El alto tribunal alega que no percibe riesgo de fuga ni de reincidencia, pese a la sombra que Pablo V.B. arrastra y el relevante papel que se le atribuyó en agosto pese a no haber sido condenado nunca por tráfico de drogas a cualquier nivel. Otra prueba de que muchas veces el relato policial, ya en sede judicial, se desinfla. Y eso que Pablo V.B. lleva años en el punto de mira de las unidades más especializadas en la lucha contra el narcotráfico en Galicia.

Hace un par de años, en una investigación que finalmente fue archivada judicialmente, se daba cuenta de su presunta trayectoria en el negocio de los transportes de cocaína en velero de punta a punta del océano Atlántico. Aquel procedimiento reconstruía con datos constatados un viaje a vela protagonizado por Pablo V.B. junto a otro presunto narco, Carlos Silla, también de Vilagarcía, pero en prisión provisional con dos causas pendientes de resolverse por dos alijos requisados en el 2020 y el 2021 que sumaron 7.899 kilos de cocaína. Ambos son de la misma villa y generación, y les une también una relación de amistad que se remonta incluso antes de su presunto desembarco en el negocio de la cocaína al por mayor.

«La profusa inteligencia policial que relaciona a Carlos Silla y Pablo V.B. con los narcotransportes por vía marítima —recogía la documentación judicial de aquella causa—, se ve constatada por evidentes indicios racionales que parecen confirmar tal actividad. Así, la relación de estos dos individuos con embarcaciones sospechosas de servir como medio para el transporte de importantes cantidades de estupefaciente desde América Latina, se remonta en el tiempo a cuando tan solo tenían 25 y 24 años, respectivamente [hoy Silla tiene unos 36 años y Pablo V.B., unos 35].

Por aquel entonces, en el 2011, ambos veinteañeros «ya conformaban la única tripulación de un velero de nombre Elianor», con bandera de las Islas Seychelles, puerto base en las mismas islas, 15 metros de eslora y propiedad de una empresa con domicilio fiscal en este archipiélago situado en el océano Índico. Una evidencia de la precoz vocación de ambos arousanos por conocer mundo y su capacidad para enrolarse en veleros tan alejados de su Vilagarcía natal.

Veinteañeros en Dominica

Aquel viaje despertó en su momento elevadas sospechas sobre la finalidad real del mismo, además de situar por primera vez a ambos arousanos como alumnos aventajados de la última generación de presuntos narcotransportistas en la ría que los vio crecer. Los datos oficiales revelan que «la Dirección General de Inteligencia e Investigaciones Aduaneras de la República Francesa (Dnred, según sus siglas en francés) centró sus sospechas sobre la embarcación Elianor y su tripulación, al ser localizada esta en Dominica, en el mar Caribe, el 9 de marzo del 2011, en donde hizo escala procedente de Santa Lucia y Antigua, sin que Carlos Silla y Pablo V.B. declarasen cuál era su siguiente destino».

Aquello despertó elevadas sospechas en la Dnred, y «su oficial de enlace solicitó al Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico (MAOC-N) el señalamiento internacional de dicha embarcación; indicando de forma especifica en su petición que tanto la composición de la tripulación (únicamente conformada por Silla y Pablo V.B.) como su comportamiento, eran indicadores objetivos de una posible utilización ilícita del velero».

De forma complementaria, dicho cuerpo policial también solicitó a los órganos de coordinación españoles información al respecto de estos dos investigados. Sin embargo, por aquel entonces el bagaje informativo al respecto de estos individuos se limitaba, al menos en el caso de la Guardia Civil, a meras denuncias administrativas relacionadas con el consumo de estupefacientes, que «difícilmente podrían hacer presagiar que sobre ambos existirían en el futuro múltiples informaciones que indican que se han convertido en unos narcotransportistas sumamente sofisticados y precavidos».

Lo único seguro, al menos en lo referido a Pablo V.B., es que nunca ha sido condenado por narcotráfico, ni enjuiciado, y en su ficha policial, además de la detención en Polonia del pasado agosto y de su reciente puesta en libertad por orden de la Audiencia Nacional, solo consta otro arresto: ocurrió el 29 de marzo del 2017 y lo realizó la Policía Nacional por un delito de robo con violencia o intimidación. Está por ver cómo acaba todo lo relacionado con Pablo V.B. y el porte millonario decomisado en Huelva, y si finalmente las acusaciones policiales difundidas en su día acaban plasmándose en una sentencia condenatoria y firme.