Así fue el desembarco de Yolanda Díaz con Sumar en Galicia: «Soñamos con cambiar el país»
GALICIA
La vicepresidenta urge a firmar un contrato social con las zonas rurales
02 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Carmela, la hija de la vicepresidenta Yolanda Díaz, comentó que el aire empezaba a escasear según ascendía hacia el castro da Torre, en el corazón de la Serra do Courel. El empinado camino no era lo suficientemente largo para sufrir mal de altura, pero sí es cierto que aquel aire se respiraba distinto. Pasó un mes desde que el mayor incendio jamás registrado en Galicia tiznase todo de negro: las piedras en el suelo, la tierra que ya casi no está y las ramas de arbustos que resisten como testigo de las más de 11.000 hectáreas abrasadas. Olía aún a quemado. Hasta allí arriba, seguida por una comitiva de periodistas llegados desde Madrid, asesores, vecinos y hasta una pareja de Jaén, quiso subir la ministra de Trabajo para dotar de argumentos el acto con el que presentó este jueves Sumar en Galicia. Un lugar que arde, y por eso estaba también a su lado el cineasta Óliver Laxe para confirmarlo, porque su rural quedó «abandonado por las administraciones» de cualquier signo político.
«Vamos a demostrar que se puede vivir en un rural vivo», reivindicó la vicepresidenta segunda del Gobierno en Folgoso do Courel, el concello elegido para retomar la ronda de reuniones de Sumar y presentar el proyecto en Galicia, donde hace justo diez años inició junto a Xosé Manuel Beiras la primera aventura política aglutinante: Alternativa Galega de Esquerdas. Díaz rechazó que lo suyo vaya a ser una sopa de siglas y también descarta calificar como partido a Sumar, que sin embargo ya tiene tipografía y un logo circular estampado en las tarjetas que colgaban del cuello de algún asesor. Por ahora, lo que está haciendo es mantener estas reuniones —«escuchas», según el lenguaje de Sumar— donde se forma un círculo en el que cada participante tiene dos minutos y Yolanda Díaz toma nota de sus reflexiones, críticas y propuestas que hacen. Solo intervino para abrir la sesión, donde expuso sus ideas en una jornada centrada en el rural: «Isto non son entelequias, é posible facelo» [en un acto donde mezcló gallego y castellano].
Abandono de la Administración
Antes de iniciar la escucha en la Casa Museo de Uxío Novoneyra, donde descansan los restos del poeta, contempló desde lo alto del castro da Torre cómo los castaños y robles habían servido como cordón natural a las llamas. Orlando Álvarez, un vecino y conservacionista de la zona, reivindicó la vegetación autóctona como cortafuegos y habló del «lobby da madeira», al que «non lle importa tanto que o monte arda» porque todo lo quemado se vende después. Entre sus peticiones, Álvarez reclamó no plantar más pinares. Yolanda Díaz asintió, como volvería a hacer cada vez que alguien iniciaba su turno de palabra durante la hora y media que duró la ronda de escucha.
«Arrancamos Sumar en Galicia sabiendo que tenemos una tarea pendiente que trae causas desde sesenta años atrás, en los que nuestro modelo productivo cambió tanto que provocó consecuencias tan tremendas como la despoblación del rural, que vemos aquí en Galicia y en toda España», dijo Díaz ante los medios de comunicación, reivindicando así «la España Vacía, que también está aquí».
La promotora de Sumar reclamó firmar un «contrato social con el rural». «Venimos a escuchar a la gente que sabe —apuntó en referencia a la reunión en la Casa Museo de Uxío Novoneyra—. Necesitamos un gran pacto, un contrato social entre lo rural y lo urbano, con la tierra. Es fundamental. Hay que cambiar el modelo productivo a una agricultura y ganadería que no puede ser extensiva», subrayó la ministra de Trabajo, que pidió apostar por una agricultura y ganadería «próxima, de calidad, humana y sostenible» frente al modelo intensivo actual «que no es el correcto».
Abundó así, argumentándolo con la tierra quemada que la rodeaba, sobre los cambios en el modelo productivo que llevaron a la población local a «abandonar el rural» porque las administraciones las «abandonaron antes». «Acabamos de ver el monte gallego, la Serra do Courel, completamente arrasada, quemada. Las administraciones públicas solo actúan en el rural, da igual quien gobierne, cuando hay incendios, cuando el daño ya está hecho», criticó. La vicepresidenta expuso que todas estas políticas públicas «no pueden diseñarse desde las capitales, sino desde aquí, sumando», y definió como clave una «transición alimentaria justa».
Citó a Novoneyra, a las puertas de su casa, para resumir sus intenciones con Sumar: «Chove para que eu soñe». Y eso, aunque sin lluvia en el cielo, le sirvió para manifestar el suyo: «En Sumar soñamos y vamos a cambiar el país». Junto a Yolanda Díaz estaba Branca Novoneyra, hija del poeta y concejal de Compostela Aberta en Santiago, la también edil Marta Lois, el líder de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, y asesores como Xaime Subiela.
En la escucha participaron veinte personas: investigadores, un ingeniero forestal, productores locales y vecinos de la zona. La política ferrolana habla de Sumar como un proyecto transversal, y de ahí que en la reunión hubo quien propusiese expropiar casas abandonadas para destinarlas a alquiler social y también quien pidió bajar impuestos a los autónomos porque «no te dejan vivir». Y Yolanda Díaz, con cada uno, asintió y tomó nota.
Sin recibir a la alcaldesa
La alcaldesa de Folgoso do Courel, Lola Castro, denunció que la vicepresidenta segunda del Gobierno no la recibió cuando se acercó a la Casa Museo. Además de varios productos locales, la regidora del Partido Popular entregó una carta al equipo de Yolanda Díaz —que se comprometió a hacerle llegar— en la que le pide no limitar las ayudas a los inmuebles calificados como primera vivienda tras los incendios forestales del mes pasado. También le pide mejoras en las infraestructuras y en la red de telefonía e internet.