La censura a Gonzalo Pérez Jácome para desalojarlo de Ourense, más ruido a nueve meses de las urnas

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Villarino, portavoz del PSdeG en el Concello de Ourense; Jácome, actual alcalde; y Cabezas, nuevo líder del PP local.
Villarino, portavoz del PSdeG en el Concello de Ourense; Jácome, actual alcalde; y Cabezas, nuevo líder del PP local.

Tras la ruptura de su coalición, el PP se abre a un pacto con el PSOE, pero con unas condiciones que estos no aceptarán

28 ago 2022 . Actualizado a las 12:56 h.

La posibilidad de una moción de censura vuelve a planear sobre la tercera ciudad de Galicia, la que vive la situación más convulsa en la política gallega. Democracia Ourensana, el partido de Gonzalo Pérez Jácome, fue la tercera fuerza en las elecciones del año 2019. Sin embargo, su representación lo hacía indispensable para garantizar la gobernabilidad tanto del Ayuntamiento como de la Diputación. Aunque hasta ese momento PP y PSOE lo repudiaban, acabaron negociando con DO. Y finalmente fueron los populares quienes pactaron con él. Le entregaron la alcaldía a cambio de asegurar un nuevo mandato para José Manuel Baltar en la institución provincial. Pero la convivencia con Jácome no ha sido nada fácil. En la recta final del mandato, en julio, el alcalde expulsó al PP de su gobierno y actualmente dirige la ciudad con el apoyo de solo otros tres concejales en una corporación que tiene 27. Y así será hasta las municipales de mayo, salvo que salga adelante una moción de censura de PP y PSOE que, por ahora, no acaba de fructificar.

Jácome rompió con los populares adelantándose a una decisión que estos parecían tener ya tomada. El recién proclamado candidato del PP a alcalde, Manuel Cabezas (que ya dirigió la ciudad entre los años 1995 y 2007) quiso marcar distancias con el líder de Democracia Ourensana desde el primer día y se daba por hecho que, más pronto que tarde, la coalición se rompería. Así fue. En ese escenario, el PSOE ha propuesto de nuevo una moción de censura. Sin embargo, como ya ocurrió en los intentos previos, la operación parece otra vez condenada al fracaso.

Cabe recordar que el PP ya salió del gobierno de Jácome en el año 2020 durante nueve meses a consecuencia de las acusaciones que pesaban contra el alcalde por supuestas irregularidades económicas de su partido. Durante ese tiempo, populares y socialistas negociaron una moción de censura, pero las condiciones que impuso el PP hicieron fracasar la maniobra. La formación exigía que el líder del PSOE, Rafael Rodríguez Villarino, no fuese el nuevo alcalde y, cuando este aceptó, elevaron la apuesta y le pidieron que dejase la vida política. Según proclamó el presidente provincial del PP en varias ocasiones, era preferible mantener a Jácome en la alcaldía que entregársela a Villarino.

Que gobierne el más votado

Esa exigencia ha desaparecido en las negociaciones que se abrieron tras la nueva ruptura de la coalición. El emisario de Manuel Cabezas —Jorge Pumar, secretario general del partido local, vicepresidente en la Diputación y hombre de la máxima confianza de Baltar— puso las nuevas condiciones sobre la mesa. Quieren, entre otras cosas, que el PSOE firme un acuerdo que garantice que, tras los comicios, será la fuerza más votada la que gobierne tanto en el Concello como en la Diputación. Eso implicaría que los socialistas renunciarían a desplazar de la presidencia provincial a Baltar aún sumando mayoría absoluta junto al BNG.

Villarino dice estar satisfecho con el progreso de las negociaciones, pero su liderazgo está muy cuestionado a nivel interno. Tras un traumático proceso, Natalia González, viceportavoz municipal, se hizo con la secretaría general del partido local en marzo. Y ahora que el PSOE está a punto de convocar sus primarias para elegir al candidato a la alcaldía, el enfrentamiento entre ella y Villarino se daba por hecho. Esa disputa se evitaría si la moción de censura saliese adelante y el portavoz socialista fuese elegido alcalde, ya que así sería designado casi de forma automática para ser también el número uno del partido en las próximas elecciones.

Sin embargo, para un pacto de gobierno como el que se propone, el PSOE tiene unos cauces internos que la ejecutiva local que lidera Natalia González no piensa obviar. De hecho, tanto ella como la dirección del PSdeG han dejado claro que Villarino ni siquiera les ha informado de sus negociaciones con el PP, dando a entender que está actuando por libre. Arranca, de nuevo, una guerra por el relato. Así, mientras los populares marcan distancias con Jácome y resaltan que han hecho todo lo posible por forzar su relevo, la dirección socialista a nivel gallego destaca que fue el PP quien lo mantuvo durante tres años y medio en el poder y que ellos no participarán ahora en «cerimonias da confusión».

Así las cosas, solo las elecciones de mayo pueden aclarar (o quizás tampoco) el complejo escenario político ourensano.