El turismo es un sector estratégico para nuestro país. Es estratégicos por su especial peso en el PIB y en el empleo, pero también por su papel clave en la vertebración social y territorial del país y de sus comunidades; concentra la mitad de los empleos creados en el último año en España.
No estando Galicia en los cinco primeros puestos, sin embargo, el efecto champagne, el buen tiempo, las ganas de salir y el empuje del Xacobeo han ayudado a crear muchos puestos de trabajo.
Ahora ese efecto multiplicador del turismo debe ir acompañado de un modelo sostenible. Este modelo debe estar enfocado hacia la gestión de todos los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida.
Y si bien es la Xunta a quien le compete la gestión turística en esta comunidad, no hay que olvidar que otras administraciones están directamente involucradas en desarrollos turísticos puntuales. Debemos tener claro, entonces, que es una labor de todas las administraciones, de las empresas privadas, también de los residentes y obviamente de los viajeros. Conviene desarrollar un plan que incida más en buscar un modelo más sostenible, cambiarlo o mejorar el existente después de hacer una reflexión, y con acciones que efectivamente minimicen o prevengan impactos negativos en el territorio.
La crisis actual que atraviesa el sector afecta sobre todo al turismo masificado. Esto puede desembocar en una apuesta decidida por un modelo de desarrollo más respetuoso con el medioambiente, los trabajadores, las sociedades locales y los viajeros. Se deben buscar puntos de inflexión que beneficien a todas las partes, en definitiva, en la búsqueda de un turismo responsable, solidario y justo con todos los actores de la industria. Redundará en el beneficio de todos.