Otro que se está complicando es el de Boiro, en el que ya han ardido 400 hectáreas. En este caso, el viento del nordeste está dificultando la actuación de los medios desplegados en la parroquia de Cures, en donde se declaró el fuego, que llegó a amenazar las viviendas de varias aldeas de la zona. Con unos cinco kilómetros de frente, las llamas siguen fuera de control y los equipos de extinción han pasado una noche larga tratando de frenar su avance. Los medios desplegados en la zona no dan abasto para hacer frente a las numerosas reproducciones que se están registrando avivadas por el viento. «Está prendendo en todos os lados á vez», afirmaban desde uno de los equipos que trabajan en la extinción del fuego. A ello se suma un nuevo foco declarado esta mañana y que con el paso de las horas se ha ido complicando hasta poner en peligro las viviendas de la aldea de Piñeiro. El alcalde de Boiro, José Ramón Romero, señalaba que la situación era muy delicada, de ahí que se solicitase que se active el nivel 2.
El tercero con situación compleja se inició en Caldas y y está afectando pricipalmente a Vilagarcía. Ya ha arrasado 450 hectáreas. Este es el único que se encuentra todavía en situación dos por su proximidad con los núcleos de población. Aquí, el fuego se originaba en las aldeas de la zona de Saiar en tres o cuatro frentes y obligó a desalojar viviendas y empresas. En total, unas 30 casas, aunque sus vecinos ya han regresado.