Galicia se queda con menos población de la que tenía en 1972

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La inmigración no evita que sea la comunidad con peor saldo vegetativo de España, pese a ser la cuarta autonomía que más personas capta en el resto del país y la sexta en atracción en el extranjero

21 jun 2022 . Actualizado a las 17:34 h.

La inmigración ha dejado de sostener el balance demográfico de Galicia. El efecto que el covid tuvo en la movilidad hizo que se tomase con cautela esa tendencia retomada en el 2020, pero que se ha repetido de nuevo el año pasado y ya por segundo ejercicio consecutivo, según los datos de población que hoy ha difundido el Instituto Nacional de Estadística. Ninguna otra comunidad de España tuvo en el 2021 un saldo vegetativo (la resta entre nacimientos y muertes) tan adverso como el de Galicia. En ese balance Galicia perdió 18.057 habitantes el año pasado, un descenso de casi 50 personas al día solo en dicha relación de más fallecidos que niños llegados al mundo. Desde que se sistematizaron los registros poblacionales en el año 1941 no hay una cifra igual, pese a que son ya 34 años de saldo vegetativo en números rojos. En lo que va de siglo la alta mortalidad y la baja natalidad le ha costado a la comunidad gallega perder 226.359 habitantes.

Esa dinámica de descenso ininterrumpido de población desde 1988 por causas naturales había sido frenado en el 2019 por la inmigración, que palió la eterna caída en el saldo vegetativo. Pero las nuevas cifras del INE indican que se trató de una circunstancia coyuntural y que Galicia sigue sin encontrar el suelo en su cifra de población. Descontados los fallecimientos y sumados los nacimientos y el saldo migratorio positivo, tanto respecto al extranjero como a los movimientos hacia y desde el resto de España, la comunidad gallega arrancó el 2022 con 2.691.557 residentes, 5.319 menos que un año antes. Para encontrar un volumen tan bajo de población hay que retrotraerse al censo del verano de 1972. Es decir, el último medio siglo no ha supuesto ningún avance desde el punto de vista estadístico en lo que a número de población se refiere, aunque es cierto que en 1982 se llegaba a sumar un censo de 2,8 millones de personas. 

El contexto autonómico general apunta mínimos crecimientos vegetativos en tres comunidades (Madrid, Murcia y Baleares), pero en el conjunto del Estado el balance aún es salvado por la inmigración, llevando al país a crecer en 34.110 habitantes y situarse en 47,4 millones. En la captación de nuevos residentes llegados del extranjero, el caso es que Galicia no sale mal parada, siendo incluso la sexta comunidad que mejor resuelve la resta entre inmigrantes y emigrantes. Esa cuenta le aportó el año pasado 9.116 habitantes más. Y es la cuarta en ese misma cuenta en lo que se refiere a personas que salen hacia otras comunidades autónomas y las que llegan del resto de España, también positivo en 3.747 casos. Pero ambas aportaciones no son suficientes para salvar la falta de nacimientos y el incremento de fallecidos, dinámica que no hará más que acrecentarse debido a un menor volumen de mujeres en edad de procrear y un incremento de las cohortes de mayores.