Detenido en Hungría el gran narco de Brasil que fingió su muerte para esquivar una condena de cárcel en Galicia

GALICIA

Carvalho, en Budapest, tras su detención en el 2022.
Carvalho, en Budapest, tras su detención en el 2022. VMM

Sérgio Roberto de Carvalho, que se hacía llamar Paul Wouter en España, fue detenido hoy por la Europol y la policía húngara en Budapest mientras utilizaba un pasaporte de México

21 jun 2022 . Actualizado a las 16:13 h.

El mayor narcotraficante de Brasil, y uno de los más potentes que ha pasado por Galicia, Sérgio Roberto de Carvalho , cayó este martes en Budapest, Hungría, después de tres años huido y con las policías de medio mundo siguiendo sus pasos. Sérgio Roberto de Carvalho, que en España se hacía llamar Paul Wouter y organizó un alijo de 1.700 kilos de coca que tenía previsto entrar por Galicia en el 2018, portaba en el momento de la detención un pasaporte de México y su aspecto no ha variado mucho del que tenía en España antes de huir a Portugal para, luego, moverse de forma clandestina por Europa hasta su detención, a manos de agentes de Europol, la DEA de los EE.UU. y de la policía de Hungría. 

En Galicia, concretamente en la Fiscalía Antidroga en Pontevedra, Carvalho tiene un asunto abierto por fingir su muerte para evitar ir a juicio por los 1.700 kilos de coca del Titán III, decomisado en el 2018. El Greco Galicia de la Policía Nacional gestionó ese operativo y lo arrestó. Ingresó en prisión y fue puesto en libertad tras pagar una fianza. Fue entonces cuando se conoció su identidad real, gracias a la coincidencia de las huellas digitales. Él negó todo y comparecía en los juzgados cada vez que lo reclamaban. Pero todo cambió cuando se conoció el escrito de acusación de la Fiscalía, que le pedía 13 años y seis meses de cárcel. A los tres días, murió a causa del covid. Su abogado incluso presentó un certificado de defunción, que, con el tiempo, se demostró que era falso.  

Sérgio Roberto de Carvalho se fugó a Portugal, de donde también tuvo que huir para evitar ser detenido en el marco de una operación internacional organizada por Brasil y el país vecino. Desde entonces, se lo había tragado la tierra. Nada concreto se sabía de él, de ahí que siguiera libre y traficando pese a las órdenes internacionales de arresto que lo cercaban. Ahora, tendrá que responder por varias de procedimientos en su país, Brasil, en Portugal y, a mayores, el de Galicia, donde se le consideraba el máximo responsable de la operativa criminal. Hace pocos meses, la UCO de la Guardia Civil mermó su organización con una operativo que implicó el decomiso de varias toneladas de cocaína y la detención de uno de sus lugartenientes. Él, otra vez, logró escapar, hasta hoy.

Un magnate internacional del narcotráfico

El balance de la operación Enterprise, por la que tuvo que escapar de Portugal, no puede ser más revelador para dimensionar la capacidad laboral de Carvalho. Solo entre el 2017 y el 2019, sumando los decomisos de 70 operaciones, la cifra se eleva a 49.000 kilos de cocaína decomisados. Basta analizar el origen de los alijos, citados en la documentación del juzgado de Curitiba, para constatar otra demostración de fuerza en Carvalho y las organizaciones a sus órdenes. La cocaína procede de los tres principales productores del mundo: Colombia, Perú y Bolivia.

La forma de trabajar habitual en este negocio opaco es que una organización tenga su proveedor de confianza en un país, o al menos sean de la misma nación. Pero Carvalho, dadas las acusaciones contra él, evidencia presencia, proveedores, mano de obra y medios de transporte en Colombia, Perú y Bolivia. A mayores, más infraestructura en Brasil para recibir los portes y almacenarlos. El análisis de las operaciones judicializadas revela también cierta soberanía en puertos y pistas de aterrizaje y despegue a lo largo de todo la costa de Brasil. La Policía Federal ubica en la desembocadura del río Amazonas al océano Atlántico, una tapadera habitual para sacar mercancía del continente.

También en el puerto de Natal, con salidas constatadas al Caribe y hacia el puerto de Dakar (Senegal). La ciudad de Sao Paulo era el epicentro de semejante emporio. Ya no solo por los pesqueros y contenedores utilizados para sacar la droga del país, sino también por las pistas usadas para hacer despegar aviones preñados de cocaína con destino a Lisboa. Ya por mar, los puertos utilizados por Carvalho en el Viejo Continente se ubicaron en Algeciras, Barcelona, Oporto, Sicilia, Livorno, Le Havre (Francia) Amberes (Bélgica), Róterdam (Holanda) y Hamburgo (Alemania). A mayores, un remolcador con 1.700 kilos de coca listos para desembarcar en Galicia. 

Cronología

Tras huir de Portugal, el avión privado utilizado lo llevó inicialmente a Ucrania y, luego, a Dubái, donde posee una empresa que tuvo la osadía de bautizar con las iniciales de Paul Wouter: PWT General Trading. Desde entonces protagonizó una huida que lo convierte en una pieza ansiada para la élite mundial de la lucha contra el narco. Sus pasos dejan rastro, pero siempre se desvanecen cuando van a capturarlo.

Sergio Roberto Carvalho se hizo pasar, durante su estancia en Ucrania, por un ciudadano de Ruso que respondía al nombre de Igor Ivanovich
Sergio Roberto Carvalho se hizo pasar, durante su estancia en Ucrania, por un ciudadano de Ruso que respondía al nombre de Igor Ivanovich

Las autoridades de Ucrania, en colaboración con la Guardia Civil en el marco de otra operación conjunta, lo identificaron bajo la enésima identidad falsa: Igor Ivanovich, nacido en Rusia. Escapó a Dubái, al igual que incontables delincuentes de puño blanco, y allí encontró el refugio perfecto. Lo primero, por la condición de paraíso fiscal para clarear su dinero; lo segundo, por la dificultad que supone ejecutar una orden de extradición; y lo tercero, por el hospedaje que le brinda un allegado en un hotel de lujo donde vive a cuerpo de rey.

Carvalho, se sabe, no dejaba de viajar. Las policías de Portugal y de Brasil poseen la mejor información sobre su estela. Ubicaban su residencia más estable en algún país del perímetro de Turquía, también moviéndose por este país el pasado noviembre. También se le ha localizado disfrutando de la buena vida en el barrió más elitista de Mónaco, Montecarlo. Poco después, a mediados de diciembre, pasó unos días en las islas Azores. El rastro de sus tarjetas telefónicas son una prueba clara. Incluso se constató que se parapeta detrás de tres pasaportes con identidades falsas: uno de Alemania, otro de Inglaterra y otro de un país que no ha trascendido.

Pero Carvalho seguía evidenciando talento de escapista para saltar de país en país viajando en confortable aviones privados. También por compaginarlo con su condición de líder de una de las diez organizaciones de narcos más poderosas del mundo. Pero no todo son buenas noticias para este exmilitar. Además de protagonizar una docena de procedimientos judiciales en Brasil, Portugal y Galicia, desde el 2021 sufre las pérdidas millonarias generadas por el decomiso de casi una veintena de alijos orquestados por su emporio del crimen organizado. 12 contenedores preñados de cocaína fueron requisados en Brasil, a mayores del balance de la operación Turia —liderada por la Guardia Civil a través de los Equipos contra el Crimen Organizado (ECO) de Galicia y de Alicante de la Unidad Central Operativa (UCO)—. 

4.300 kilos en contenedores

En enero del 2021 cayeron 1.000 kilos de coca en Barcelona; en abril, 300 en Valencia; en octubre, otros 535 en la misma ciudad; ya en diciembre, en colaboración con la Policía Federal de Brasil, 730 kilos en Santos; por último, este mes, 400 kilos en Barcelona. A mayores, 1.300 kilos en Marruecos y 700 en Amberes (Bélgica). El carrusel de aprensiones implicó una treintena de arrestos y el flujo de abundante información. Se constató que la organización de Carvalho pretendía abrirse paso, a través de la compra de funcionarios, en el puerto de Marín. También que lo descartaron por el desmantelamiento, en octubre del 2020, de otra organización internacional que operaba en este puerto gallego (operación Cetil).

La investigación confirmó que Carvalho contaba con la mano de obra necesaria para contaminar contenedores en los puertos de Río y de Santos, tanto si venían en tránsito procedente de otros destinos, como si zarpaban desde ambas ciudades bañadas por el Atlántico. «Su influencia allí es alarmante, se movían a su antojo. No tanto como en Barcelona o en Valencia, donde también tenían a funcionarios a sueldo para sacar la droga de los contenedores», explica la Guardia Civil. El trabajo de campo, tras los primeros alijos de la operación Turia, permitió desenmascarar a los verdaderos mandamases de la organización. Se supo que en lo más alto de la pirámide estaba un señor de Brasil, fugado por otro alijo en España y que tras salir de prisión fingió su muerte para desaparecer. No hubo dudas, todas las miradas apuntaron a Sérgio Roberto de Carvalho.

Cristiano Mendes de Córdoba Nascimento, lugarteniente de Carvalho, está acusado de liderar la organización desmantelada en España en el marco de la operación Turia.
Cristiano Mendes de Córdoba Nascimento, lugarteniente de Carvalho, está acusado de liderar la organización desmantelada en España en el marco de la operación Turia.

También se ubicó a la mano derecha del exmilitar que movía los hilos de la célula activa en España: Cristiano Mendes de Córdoba Nascimento. Natural de Brasil, con una causa judicial abierta allí por narcotráfico y afamado por su negocio de cría de caballos. Su residencia habitual se ubicaba en Dubái y se le atribuye el estatus de «millonario». También se constató una reunión entre él y Carvalho en Suiza en algún momento del verano del 2020. Ya el pasado octubre voló en avión privado —su método de transporte habitual— de Dubái a Madrid. La investigación no descarta que incluso se citara con su jefe fugado; en esas semanas, tanto la mujer como la suegra de Carvalho pasaban unos días en España. Demasiadas casualidades que recelan a sus captores.

El siguiente destino de Cristiano fue Colombia. Se le situó reuniéndose con sus proveedores de cocaína para planificar nuevos envíos de mercancía. Luego, se desplazó a Brasil, pasó unos días y, estando en el aeropuerto para regresar a Dubái, fue detenido por la Policía Federal del país y agentes del ECO Galicia. Lo acusan de liderar los alijos decomisados en España por orden el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional. Cristiano permanece actualmente en una prisión de Brasil por el procedimiento que ya tenía abierto anteriormente, y que imposibilita ejecutar una orden de extradición para juzgarlo en España.

El análisis policial actual, ya en frío tras cerrar la operación Turia, situaba a Sérgio Roberto de Carvalho muy mermado tras la enésima estocada policial y la caída en desgracia de su lugarteniente Cristiano Mendes. Él seguía oculto en gran parte gracias a su fortuna y capacidad de influencia para corromper voluntades que lo mantienen invisible pese a su condición de magnate del negocio de la cocaína. Una situación que se prolongó hasta hoy, en Budapest, otro país que utilizaba para esconderse con una más de las identidades falsas que compraba con el dinero en efectivo que su negocio le reportaba.