De nuevo, la falta de horas de estudio propias del desempeño de su profesión en una situación que les obliga a cambiar frecuentemente de centro, y del desarrollo de una vida ya organizada— «sen olvidar o traballo que tivemos nos dous anos anteriores de pandemia», añade— hacen que su capacidad de estudio se vea mermada. «É imposible sacala, non teño capacidade neste momento», indica. Conseguir una vacante podría suponerle un desplazamiento de cientos de kilómetros. «Hai una en Folgoso de Courel. Eu teño dous fillos, un neno de 10 e unha nena de 8 anos. Se aprobo, que fago?», comentaba otro interino a las puertas del instituto. Lo que no quieren, en ningún caso, es alimentar ningún tipo de conflicto con el resto de opositores. «Non queremos ese enfrentamento extraño que non é culpa nosa nin deles, que teñen moita capacidade para estudiar e nós non. Nos ven como un inimigo, pero tampouco é certo, porque antes nós tamén pasamos por aí», insiste.
«Nos tememos que este año sea más rebuscado el examen»
Iago Fouce e Iván Fabeiro, de 25 y 26 años, son de Lugo y Rois respectivamente, por lo que son dos de tantos que han tenido que desplazarse para hacer el examen en otra localidad. Amigos y rivales al mismo tiempo —«somos del mismo tribunal, así que competimos entre nosotros», indican—, no es eso lo que les preocupaba a minutos antes de entrar en el examen. «Pensábamos que igual nos iban a poner cuatro supuestos, y nos acaban de decir que son tres en el mismo tiempo. Entonces pensamos que, al quitar uno, lo van a rebuscar más», indicaban algo pesimistas. «No hay un número fijo, lo van cambiando y te vas enterando, pero sí que es algo raro enterarse el último día», aseguraban ambos, que estudiaron el grado con el claro objetivo de opositar.