Así se están armando los partidos para las elecciones municipales

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

GALICIA

XOAN A. SOLER

A un año delos comicios que abrirán el camino a la Xunta, las formaciones políticas gallegas ultiman equipos y candidatos

13 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Falta un año para las elecciones municipales, la primera cita de un intenso ciclo electoral que culminará en el 2023 con las autonómicas. Las tres fuerzas políticas con presencia en el Parlamento gallego -PP, BNG y PSOE- han empezado a movilizarse y a diseñar estrategias. A finales de este verano estarán confirmados la práctica totalidad de sus candidatos, pero parte de las decisiones están tomadas, y solo esperan al visto bueno de los órganos del partido.

El PPdeG arranca la carrera en una situación inédita después de la sucesión de Alberto Núñez Feijoo por Alfonso Rueda. La transición culminará el 9 de julio, cuando Luis López -por ahora candidato único-, cogerá el testigo de Rueda como presidente del PP de Pontevedra. El proceso, a juzgar por la última encuesta de Sondaxe, no ha costado ni un voto a los populares. Pero ha sido inesperado, y les ha obligado a una movilización permanente durante tres meses con un congreso nacional y otro autonómico, juntas directivas, campañas internas, votaciones y búsquedas de avales. Todo ello ha retrasado la elección de sus candidatos, que según Feijoo ya estaba encarrilada antes de su marcha. Hay tres ya oficiales: Marta Fernández-Tapias (Vigo), Borja Verea (Santiago) y Rafael Domínguez (Pontevedra). Otros solo esperan a ser confirmados, es el caso del senador Miguel Lorenzo en A Coruña o del exalcalde Manuel Cabezas en Ourense. En Ferrol todas las miradas apuntan al exconselleiro y exregidor José Manuel Rey, al que Sondaxe vaticina la mayoría absoluta. En Lugo, la presidenta provincial, Elena Candia, apostó hace ya un año por la continuidad de Ramón Carballo.

Pese a su poder autonómico, el PPdeG irá a las municipales como aspirante. No gobierna ninguna de las siete urbes. Su secretaria general, Paula Prado, esbozó esta semana su estrategia. Los populares contrapondrán la gestión de la Xunta y sus inversiones en las ciudades con el parón que advierten en el trabajo de los actuales regidores que «teñen o 28 de maio de 2023 a súa data de caducidade. Saímos a gañar», proclamó.

El BNG dio el pistoletazo de salida a su carrera a las municipales el 30 de abril, cuando celebró una cumbre de cargos locales en la que se empezaron a trazar estrategias electorales. En los comicios, señaló ese día Ana Pontón«vaise empezar a construir o novo goberno galego liderado polo BNG». Con esa meta autonómica en mente, el Bloque va a lucir su gestión en los municipios que gobierna, desde los clásicos Pontevedra y Allariz a Carballo o Bueu, y a mantener la cooperación con los movimientos sociales, vecinales y culturales.

Los nacionalistas, como el PP, prevén tener sus candidatos confirmados para septiembre. Todo indica que habrá pocos cambios entre los primeros espadas. El Bloque hizo una profunda renovación de sus equipos en las ciudades en las municipales del 2019, y las encuestas, incluyendo la última de Sondaxe, vaticinan que todos ellos mejorarán sus resultados. En A Coruña, el exportavoz nacional Francisco Jorquera ha señalado que está dispuesto a repetir. Otro tanto ha dicho Luis Seara, cabeza de cartel en Ourense. En Pontevedra se da por seguro que el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, optará a un nuevo mandato. En Santiago, donde Sondaxe estima que el Bloque multiplicará por más de dos su representación, también se espera la continuidad de Goretti Sanmartín. En Lugo, la propia Ana Pontón felicitó a Rubén Arroxo hace apenas un año por su «excelente labor» al frente del partido; y en Vigo, se prevé que la militancia mantenga el apoyo a Xabier Pérez Iglesias, que en el 2019 devolvió al Bloque su representación en el pleno.

Pese a ser la tercera fuerza en el Parlamento, el PSdeG «é a forza maioritaria que aglutina ao 62 % da poboación no ámbito político municipal», dijo su secretario general, Valentín Gonzalez Formoso, a los miembros del comité nacional el pasado 7 de mayo. Esa fortaleza se traduce en las alcaldias de Ferrol, Santiago, Lugo, A Coruña y Vigo -la única de las cinco con mayoría absoluta-, y en el control de tres de las cuatro diputaciones, solo la de Ourense es del PP. Pero el que más tiene es el que más puede perder, de ahí que Formoso subrayase que las municipales son «vitais para apuntalar e catapultar o noso proxecto». Aunque ya están trabajando, la estrategia de los socialistas empezará a concretarse a partir de septiembre. El proceso culminará con una convención municipal, una de las novedades que ha previsto la actual dirección para cohesionar el partido, que se celebrará a principios del 2023 y en la que participarán todos los cabezas de lista.

Los candidatos en los municipios de menos de 20.000 habitantes se elegirán entre diciembre y enero. Los de las grandes ciudades, en los últimos tres meses del año. Los alcaldes optarán de forma automática a la reelección, sin pasar por primarias, lo que otorga un plus de tranquilidad a Abel Caballero (Vigo), Inés Rey (A Coruña), Xosé Sánchez Bugallo (Santiago), Lara Méndez (Lugo) y Angel Mato (Ferrol). En Pontevedra y Ourense la militancia tendrá que votar. En la ciudad del Lérez competirán el anterior candidato, Agustín Fernández, y el concejal Iván Puentes, que ya tiene experiencia de gobierno como alcalde de Fene y está ganando apoyos. En Ourense la situación es más compleja. Rafael Rodríguez Villarino, que encabezó la lista más votada en el 2019, quiere repetir. La secretaria general en la ciudad, Natalia González, se perfila como alternativa; y en las quinielas hay incluso más nombres.

En el futuro político de Lugo y Ourense será clave la evolución de Ciudadanos. Según Sondaxe, a día de hoy ese partido salvaría por la mínima un edil en cada ciudad. Pero su tendencia a la baja y el empuje del PP en el escenario nacional les está dejando sin aire. En Lugo, algunos rivales políticos de Olga Louzao creen que podría aguantar el escaño. En Ourense, el cabeza de lista de los naranjas, José Araújo, es el político mejor valorado de la corporación, y entre la izquierda se teme que llegue a un acuerdo para reintegrarse en el PP, donde ya estuvo. Esos movimientos son solo una parte del laberinto político ourensano, marcado en los últimos años por la inestabilidad interna del PSdeG y del PPdeG, que vio marchar a su último alcalde, Jesús Vázquez, después de no revalidar el cargo y de que su partido decidiese apoyar a Gonzalo Jácome, el único alcalde independiente de las siete grandes ciudades, a cambio de su respaldo para conservar la Diputación.

Finalmente, queda por resolver la incógnita de cómo se presentará a las elecciones el espacio de Podemos y las Mareas, que en el 2019 mantuvieron representación en Vigo, Ferrol, Santiago y A Coruña, siendo en las tres últimas claves para la gobernabilidad. Esta semana, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, empezó a despejar las dudas al anunciar que su futura plataforma política no irá a las municipales. Esa decisión elimina un posible paraguas común, o un contendiente en un espacio ya dividido. En A Coruña, la única concejala de Podemos ha rechazado integrarse en el grupo de la Marea Atlántica, y su partido insistía hace solo unos meses en que presentará candidatura propia en el 2023. La concurrencia de cuatro partidos de izquierda con representación daría lugar a un escenario sin precedentes.