Una gallega de 45 años queda incapacitada por una operación para retirarle un trozo de bisturí
GALICIA
La mujer recibirá más de 270.000 euros de indemnización y la sentencia destaca «su futuro sin esperanza de recuperación»
09 jun 2022 . Actualizado a las 20:07 h.Una ourensana se quedó sin gran parte de su autonomía y movilidad, tuvo que dejar su trabajo de funcionaria y cambiar su piso en el centro de la ciudad (donde vivía en un edificio sin ascensor) por otro domicilio en las afueras. Todo ello derivado de una mala praxis médica que ha quedado ratificada por sentencia. A sus 45 años, tiene una incapacidad laboral permanente por las secuelas que le han quedado a consecuencia de una operación que le realizaron para extraer un fragmento de bisturí que se rompió durante una intervención previa por una hernia discal.
La técnica que se empleó para retirar ese objeto no fue adecuada, y la mujer perdió tres litros de sangre en el quirófano. Ahora no puede mover la pierna izquierda, tiene insensible esa parte, y sufre incontinencia de esfínteres. Esa situación le generó una depresión por tener que afrontar «un futuro sin esperanza de recuperación», según recoge una sentencia judicial que aprueba que se la indemnice con 272.493 euros.
Alfonso y Marta Iglesias, los abogados de la paciente, acaban de recibir la notificación de la sentencia de la Audiencia Provincial Civil de Madrid que desestima el recurso de apelación que interpuso la aseguradora DKV, que prestaba servicios como gestor sanitario para la mutua de los funcionarios, Muface. La resolución ratifica la totalidad de la indemnización para la perjudicada que había fijado el Juzgado de Primera Instancia número 36 de Madrid. Los abogados consideran que se hace «justicia a lo que tuvo que sufrir esta mujer».
No hubo mala praxis médica por la rotura de la punta del bisturí durante la primera operación, realizada en septiembre del 2016 para solventar una hernia discal, ni por el hecho de que quedase en el interior del cuerpo de la paciente un pequeño fragmento de ese instrumento. «No es un accidente infrecuente debido al empleo habitual de material con hojas muy finas y estrechas por tener que incidir en una estructura profunda», recoge la sentencia. No obstante, el neurocirujano que realizó esa operación en A Coruña indicó que era la primera vez que se le rompía un bisturí en 40 años.
El material quirúrgico había quedado alojado en una zona de la que era muy complicado sacarlo. Era mayor el riesgo de extraer que el daño que pudiera provocar porque, si no se movía, se acabaría formando un granuloma que encapsularía el objeto. Sin embargo, siete meses después, y sin que hubiese nuevos síntomas ni riesgo vital, en una segunda opinión médica en Madrid se le aconsejó una intervención para retirar ese trozo de bisturí. En ella se emplearía una técnica quirúrgica nueva que tenía la ventaja —teórica— de que no se tocaba la columna vertebral porque se desarrollaba por vía lateral. Para llegar a la parte delantera en la que estaba el objeto extraño se atravesaba una zona repleta de nervios y plexos nerviosos. Y durante la intervención, el equipo no tuvo en cuenta señales de monitorización que advirtieron de que se estaba poniendo en riesgo algún nervio.
La operación, que según habían dicho a la paciente duraría poco más de una hora y no provocaría sangrado, acabó prolongándose más de siete y la afectada necesitó una transfusión de dos litros y medio de sangre. Se lesionaron cuatro raíces nerviosas y el psoas. Según la sentencia, el consentimiento informado que ella firmó se refería a la posible lesión de un solo nervio y era inapropiado para esta técnica.