El gran narco de Brasil que fingió su muerte por un alijo en Galicia sigue en el punto de mira judicial

GALICIA

El brasileño Sérgio Roberto de Carvalho, conocido también como Paul Wouter, con varias de sus identidades.
El brasileño Sérgio Roberto de Carvalho, conocido también como Paul Wouter, con varias de sus identidades.

Sérgio Roberto de Carvalho traficó bajo la identidad falsa de Paul Wouter y, para evitar un juicio en la Audiencia de Pontevedra, falsificó un certificado de fallecimiento alegando covid

30 may 2022 . Actualizado a las 21:03 h.

El alijo transportado por el remolcador Titán III en el 2018 sigue sin pasar a la historia. Principalmente por la relevancia del principal encausado, el mayor narcotraficante de Brasil, Sérgio Roberto de Carvalho, que viajaba a O Salnés desde su residencia en Marbella, para organizar los preparativos de 1.700 kilos de cocaína bajo el alias de Paul Wouter.

El Greco Galicia de la Policía Nacional gestionó ese operativo y lo arrestó. Ingresó en prisión y fue puesto en libertad tras pagar una fianza. Fue entonces cuando se conoció su identidad real, gracias a la coincidencia de las huellas digitales. Él negó todo y comparecía en los juzgados cada vez que lo reclamaban. Pero todo cambió cuando se conoció el escrito de acusación de la Fiscalía, que le pedía 13 años y seis meses de cárcel. A los tres días, murió a causa del covid. Su abogado incluso presentó un certificado de defunción, que, con el tiempo, se demostró que era falso. 

Sérgio Roberto de Carvalho se fugó a Portugal, de donde también tuvo que fugarse para evitar ser detenido en el marco de una operación internacional organizada por Brasil y el país vecino. Desde entonces, se lo ha tragado la tierra. Nada concreto se sabe de él, de ahí que sigue libre y traficando pese a las órdenes internacionales de arresto que lo cercan.

Pero Sérgio Roberto de Carvalho, a mayores, sigue teniendo cuentas pendientes con la Justicia española, que no le olvida desde el alijo del Titán III. La falsedad del certificado de defunción supone un delito que sigue abierto, y eso traerá consecuencias para quienes participaron de ella. Por ejemplo, el médico que la firmó, que se ubica en la Costa de Sol. Eso implica igualmente anular el fallecimiento oficial que se tramitó en su día porque Paul Wouter nunca existió. 

Está por ver cómo resolverá los siguientes trámites la Fiscalía Antidroga, que serán decisivos y supondrán otra causa abierta contra el mayor narco que ha conocido Brasil, que antes de pasarse al lado oscuro, fue militar.