El Gobierno gallego hizo sus planes teniendo en cuenta ese plazo y está construyendo o adaptando plantas de transferencia a menos de 50 kilómetros de cada concello, obligado al reciclaje de la materia orgánica.
«Non podemos lexislar para incumprir», afeó Vázquez al Ministerio de Transición Ecológica, pues resulta imposible que en poco más de dos meses se pueda realizar una recogida selectiva de biorresiduos, sobre todo teniendo en cuenta que ahora solo la tienen A Laracha, Carballo, Cerceda, Santa Comba y Cabana de Bergantiños. La ley nacional deposita en los ayuntamientos la responsabilidad de separar la basura orgánica de origen doméstico. Solo los concellos de menos de 5.000 habitantes podrán esperar hasta el 31 de diciembre del 2023 para tener esa prestación.