«Habría que buscar motivaciones para que los médicos de familia tengan ganas de estar ahí»

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Joan Cornet, experto en gestión sanitaria e innovación.
Joan Cornet, experto en gestión sanitaria e innovación. Santi M. Amil

Joan Cornet, experto en gestión sanitaria e innovación, apuesta por aprovechar las nuevas tecnologías para evitar consultas burocráticas y empoderar al paciente sobre su salud

28 may 2022 . Actualizado a las 08:38 h.

Lleva años trabajando en gestión sanitaria e innovación, tratando de integrar las nuevas tecnologías en la medicina. Forma parte de la InnoHealth Academy, colabora con ECHAlliance y el Instituto Europeo de Tecnología de la Salud de Múnich. También coordina un máster sobre el tema. Joan Cornet sabe de los retos del mundo sanitario ante un mundo cambiante y de ellos habló en Ourense, en una charla organizada por la Academia Médico-Quirúrgica. 

—El mundo está cambiando y la sanidad no es ajena. Hay que crear una cultura diferente teniendo en cuenta el impacto de las tecnologías digitales, lo que supone que el paciente cada vez tiene más capacidad de obtener y controlar sus datos y, por lo tanto, es capaz de gestionar su enfermedad o prevenirla. Los profesionales de salud tendrán que aprender cómo actuar con estos factores nuevos.

—Todos tenemos el móvil en el bolsillo y llevamos media vida en él, ¿también la referente a la salud o todavía no?

—Todavía no, por las dificultades del sistema de salud de dar datos al paciente. Pero sí otras cosas. Una es que el paciente pueda estar en su casa y pueda estar monotorizado desde casa, que es posible; o al revés, que el paciente por su cuenta, con aplicaciones de salud controle su ritmo arterial, su ritmo cardíaco, su nivel de oxígeno... y sus datos pasen al sistema para que pueda seguirle el médico. Pero todo con calma, sin asustarnos. Las tecnologías están aquí para ayudarnos.

—Pero habrá quien diga, ¿telemedicina todo el rato, no va a haber consultas presenciales?

—No, no. Ese es un error. No se trata de sustituir al médico o a la enfermera, que son muy importantes para el paciente. Es para determinadas cuestiones. Un ejemplo: la mayor parte de pacientes con insuficiencia cardíaca tienen una cita programada cada mes para ver a su cardiólogo. Van y hasta el próximo mes... y al día siguiente tiene un infarto. Porque no depende de la visita, depende de que esté sustanciado. Si en ese tiempo tenemos datos controlados del paciente —de su peso, de su presión sanguínea, de su oxígeno y de sus hábitos con preguntas concretas— podemos tener una información del paciente día a día, de forma que si algo se altera salta una alarma y se llama al paciente: ‘Hay un problema, vente corriendo porque algo no funciona’. Es un cambio de proactividad. Y el médico sigue siendo importante. Al contrario, es como la Liga de Campeones, es saltar de división. No hacemos lo mismo, es hacer algo mejor. Hay muchas acciones burocráticas, tramitar una baja por gripe o pedir un antidolor para la espalda, que se pueden hacer con una entrevista con el profesional por la pantalla. Hay muchos estadios de telemedicina, pero nunca será suprimiendo al médico o a la enfermera. Al contrario. Se hacen más importantes.

—Pero no vale para todo el mundo...

—Es cuestión de poner en marcha el sistema. Hay gente mayor a la que le cuesta mucho entrar en digital porque su edad o su estado no se lo permite. Pero hay otra gente a la que se le explica y no es tan difícil. Lo que es trata es que la dinámica médico-paciente o enfermera-paciente sea mucho más dinámica y más proactiva.

—Que es necesario porque cada vez vivimos más.

—Y es bueno tener consejos. Pueden ser consejos automáticos. Por ejemplo, una persona que cumple 65 años que reciba un mensaje de su centro de salud ‘enhorabuena, estás vivo y te recomendamos que a tu edad hagas esta dieta básica y que hagas ejercicios y si tienes dificultades que vayas al centro médico’. No es difícil, es cuestión de programarlo y hacerlo.

—Todo eso hace necesario también un cambio en el rol del médico, ¿nota receptividad?

—Hay que ver cómo conseguimos que la motivación que había para el covid siga siendo motivación para el trabajo en equipo y para que sigamos siendo flexibles en nuestras tareas diagnósticas y terapéuticas. Y también comunicar mejor con el paciente. Cuando un profesional le dice una frase concreta le queda grabada, para bien y para mal. Cuando una persona tiene un cáncer, depende cómo se le comunica al paciente y a su familia, cómo se actúa con él. Una parte de comunicación es básica y hay mucho que mejorar entre todos, de contarle mejor al paciente lo que le pasa, lo que puede pasar y cómo puede ser proactivo con su enfermedad. Aquí tenéis profesionales muy motivados, con muchas ganas, con mucho talento...

—Nos faltan médicos, ¿por qué cree que no son atractivas las plazas de atención primaria?

—Es un problema muy complejo y hay muchas cosas. Un médico quiere tener una población a la que pueda ayudar a estar sana o a curarla. Creo que hay un minifundismo en Galicia, que hay demasiados centros de primaria, pequeñitos, de un médico y una enfermera y eso no es atractivo. Como médico no motiva. La gente quiere entrar en equipo. Mi impresión es que si hubiera más telemedicina justamente para zonas rurales, no hace falta que esté un médico presente en un centro, y pueden hacerse muchas cosas a distancia y con médicos mucho más motivados que estar solos en un pueblecito. Y en toda España la medicina en primaria está en crisis por un problema de competencias, de conexión entre primaria y hospitalaria, de poco tiempo para hacer investigación médica. Habría que buscar motivaciones para que los médicos de primaria tengan más capacidad y más ganas de estar ahí y que no queden plazas vacías.

—¿Por qué sigue sin conectarse primaria y hospitalaria si la tecnología lo permite?

—Es un tema cultural también. Pasa en toda España. Hay una distancia entre primaria y especializada y no fluye la información adecuada y no se trabaja en equipo. El futuro está en los equipos, porque hoy en día la mayoría de los pacientes tienen varias patologías y esto supone la necesidad de intervenir varios médicos y el de familia tiene que ser el coordinador. Los especialistas dan su diagnóstico y sus prescripciones y el de primaria sigue al paciente y comunica al especialista cuando algo no funciona bien. Tiene que ser una persona con mucha potencia porque tiene que coordinar lo que hacen los médicos especialistas.

—¿Falta darles ese rol?

—Sí. Hay que motivarles porque es el médico clave. Coordina el plan terapéutico, de fisioterapia, de actuaciones preventivas. Es una visión compartida de que es el consultor básico del paciente.