Feijoo venció con un 96 % de los votos y unos significativos 90 votos en blanco que fueron diluyéndose en los siguientes cónclaves de aclamación, una adhesión a la que contribuyó desde la secretaría general un tal Alfonso Rueda, hasta entonces un secundario de la política gallega al que le prometió que volverían a la Xunta al primer intento.
Todavía puede producirse un paralelismo más con aquel relevo, porque el de Vilalba acabó saliendo del Parlamento gallego para irse al Senado, que también será el destino de Feijoo para poder confrontar con Sánchez al menos una vez al mes. Pero ahí acaban las coincidencias, porque entonces Fraga ya estaba de vuelta de todo, y Feijoo solo acaba de llegar a la política nacional.