Sin embargo, Conde ha demostrado ser —como aseguró Rueda— «imprescindible» en el Gobierno autonómico. Así, pese a haber tenido la oportunidad de regresar a Madrid, otra vez de la mano de Feijoo (era otra de las personas con las que contaba el ya presidente del PP), ha seguido en Galicia. Y eso que el propio Feijoo lo incluyó en la junta directiva nacional del partido tras el congreso de los populares en Sevilla.
Conde se queda manteniendo la misma implicación que mostró con los empresarios durante los peores momentos de la pandemia. Decidió quedarse en Galicia «por responsabilidad», como ha dicho siempre en privado, haciendo gala de esa discreción que le ha llevado al segundo puesto en la jerarquía del Gobierno autonómico. Sus retos serán la coordinación y gestión de los fondos europeos que lleguen a Galicia y la recuperación de la industria tras los palos de Alcoa, Vestas, Barreras o el cierre de las térmicas.