Con el segundo año del proyecto ya volvieron los viajes, y en septiembre hubo reunión en Barcelos (Portugal) y en noviembre en Volos (Grecia). Cerceda fue la última parada, y por extensión, el polígono de Arteixo. Ayer se dieron cita todos los estudiantes, que eligieron las seis mejores iniciativas: de Grecia, una empresa de compost y otra de jabones hechos con aceite usado; de Portugal, almohadas cervicales hechas con semillas y tejido reciclado, y una firma de tarjetas, sobres y tarjetones que incluían semillas y que una vez usados se pueden enterrar y germinan; de Cerceda, una compañía que usó las gomas de las mascarillas para hacer pulseras que decoraron con pequeños motivos hechos en la impresora 3D y otra de llaveros y broches creados a partir de una pasta de poliespán reciclado.
En el tintero de los premios se quedaron propuestas como hacer joyas con cápsulas de café instantáneo; protectores de barro para las bicicletas con tapas de las libretas; bolsos de tejidos reciclados; llaveros y broches creador a partir de vasos de plástico de las máquinas de café; o geles limpiadores, entre otras.