El primer fiscal de seguridad vial de España se despide en A Coruña

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Bartolomé Vargas (izquierda), este viernes en A Coruña junto al fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes.
Bartolomé Vargas (izquierda), este viernes en A Coruña junto al fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes. C

Bartolomé Vargas protagoniza en Galicia uno de sus últimos actos públicos. Este fiscal cordobés se jubilará en los próximos días

06 may 2022 . Actualizado a las 23:27 h.

«Hemos llegado a la convicción de que sin seguridad vial no puede haber movilidad sostenible. Son dos caras de la misma moneda». Bartolomé Vargas (Córdoba, 1950) tiene claro que es necesario que todos los conductores cumplan las normas para poder convivir en la carretera y en las ciudades. Vargas es el fiscal jefe de Seguridad Vial de la Fiscalía General del Estado desde hace quince años y conoce bien, por tanto, las consecuencias de las imprudencias al volante. Este viernes habló de eso en A Coruña con los fiscales especialistas en seguridad vial de Galicia y con representantes de la Guardia Civil y de las policías locales. Acompañado por el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, protagonizó el que probablemente haya sido su último acto al frente de la Fiscalía de Seguridad Vial pues se jubilará en los próximos días.

Vargas quiso incidir en A Coruña en una de sus grandes preocupaciones: las víctimas. Hacia ellas dirigió una gran parte de su trabajo durante sus años al frente de la Fiscalía de Seguridad Vial, y de ellas se volvió a acordar este viernes: «Los fiscales nos comprometemos a oír a las víctimas cuando ellas lo deseen». Vargas recuerda «el sufrimiento y el dolor» de cualquier perjudicado por un accidente de tráfico. «No saben adónde acudir, con quién tienen que hablar. Es un momento tremendo... Tenemos que darles toda la ayuda posible. Es muy importante que las víctimas sean oídas desde las instituciones», advierte.

Que los ciudadanos denuncien a los conductores temerarios

Desde su toma de posesión, Vargas ha tratado de darle protagonismo a la Fiscalía de Seguridad Vial, ha estado presente en todos los foros de tráfico y ha impulsado iniciativas que han adquirido una importante repercusión. Como al comienzo de uno de los últimos veranos, cuando al inicio de la operación salida pidió a los conductores que denunciasen ante la Guardia Civil o las policías locales a los temerarios de la carretera. «Apelo a la colaboración ciudadana para que sea un verano feliz y no trágico. Esto depende de todos», dijo entonces. Y volvió al cumplimiento de la ley al reclamar, en un oficio dirigido a las policías encargadas de la vigilancia del tráfico, más controles de velocidad y de drogas «para mejorar la detección de una creciente forma delictiva que se está detectando: la conducción temeraria».

El móvil y los patinetes

El alcohol, las drogas... y el móvil. Al uso del teléfono al volante también dedicó Bartolomé Vargas una buena parte de su trabajo desde la Fiscalía. «El uso del móvil mientras se conduce se está generalizando, y se ha convertido en principalísimo factor de siniestralidad». Fue una reflexión realizada al conocer que el móvil estaba causando muchas muertes al volante. Después remitió otro oficio a las policías para que examinasen con detalle los accidentes graves para comprobar si el teléfono había sido la distracción que llevó al siniestro. Tampoco se olvidó de los patinetes eléctricos y pidió a las policías locales que intensificasen los controles de alcohol y drogas a los usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP). «Se vienen produciendo incumplimientos sistemáticos de las normas viales por parte de ciclistas y patinadores, y de los falsos vehículos de movilidad personal (VMP) que son realmente ciclomotores, que generan una gran perturbación, inquietud e inseguridad, con lo que la movilidad sostenible, que es el objetivo, se pone en riesgo». 

La nueva movilidad

En esa nueva movilidad los protagonistas son los peatones. De ellos se acordó en la reunión de trabajo de A Coruña: «Ellos son lo primero en las ciudades, que están hechas para caminar en paz y sin riesgos. Las aceras son sagradas para los peatones». Sobre las ciudades, estima que hay que estudiar fórmulas de vigilancia para que se cumpla el límite de 30 kilómetros por hora: «La Fiscalía va a estar en estrecho contacto con las policías locales para que los ciudadanos todos cumplan la normativa».

Vargas lamentó que siga aumentando el número de «conductores que desafían la norma». Hay una progresión que achaca a los efectos de la pandemia. A las tensiones que viven los ciudadanos, con la economía, con la guerra de Ucrania. Hay más delitos al volante. Más de 90.000 condenas en España. Más de 8.000 en Galicia en un solo año, el 2021. Y más de la mitad son por excesos de alcohol o de drogas. «El riesgo fundado de repunte de siniestralidad que podía preverse tras la desaparición de las restricciones impuestas durante la pandemia ya es una realidad», advierte el fiscal.

Bartolomé es el mayor de nueve hermanos, el único que vive fuera de su Córdoba natal. Tiene su casa en Madrid, donde cuando deje la Fiscalía quiere dedicarse a la abogacía. Lo hará como homenaje a su padre, que fue abogado. «Se lo debo», confiesa poco después de su adiós en público desde A Coruña. «Me despido hoy aquí de mi trabajo, pero no de mi compromiso con la seguridad vial. Eso queda para siempre, queda una huella».