El algoritmo propio del tráfico gallego

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Estado en que quedó el coche del joven que murió este lunes en Carballo.
Estado en que quedó el coche del joven que murió este lunes en Carballo. ANA GARCÍA

Esta Semana Santa dejó tres accidentes mortales muy típicos en Galicia: dos atropellos a personas mayores y una salida de vía de un joven de madrugada

05 may 2022 . Actualizado a las 22:55 h.

«Tres personas morirán en las carreteras gallegas». Así era el pronóstico del algoritmo utilizado por la Dirección General de Tráfico para sensibilizar a los conductores ante la gran salida de Semana Santa. Y sí, hubo tres muertos en Galicia. El mal augurio se cumplió. Otra cosa es que ese cálculo tuviera algo que ver con la siniestralidad de la Semana Santa gallega, donde los grandes desplazamientos apenas tienen influencia. Se podría decir que en cuestiones de tráfico Galicia tiene su propio algoritmo.

Las tres muertes que aparecen en la estadística provisional de Tráfico podrían haber ocurrido en cualquier otra semana del año. En esos accidentes confluyeron los factores típicos de la siniestralidad gallega, alejada de los desplazamientos masivos y de los atascos de otras zonas de España. Nada que ver, por tanto, con los cálculos informáticos que Madrid estableció para esta festividad. En Galicia, los accidentes mortales de Semana Santa fueron mucho más previsibles: dos atropellos y una salida de vía de madrugada.

Las víctimas de los atropellos: dos varones de edad avanzada, de 82 y 75 años. Muertos al lado de casa, como la mayoría de los peatones caídos en las carreteras gallegas. Forman parte ya de la radiografía que revela que los atropellos se producen con poca visibilidad. Uno aconteció sobre las once de la noche. El otro, a las siete de la mañana. Uno salía de la casa de unos familiares. El otro iba al centro de salud.

Como tantos peatones muertos en Galicia. Que iban a buscar el pan, que cruzaron la carretera para ir a la finca, o a la farmacia, o que acababan de bajarse del autobús. Es la dura realidad del algoritmo del tráfico gallego, capaz de saber que cada año habrá un centenar de atropellos en travesías interminables como la carretera N-550 que cruza Galicia de norte a sur con casas a ambos lados.

No es menos previsible el tercer accidente mortal de la estadística de Semana Santa. Perdió la vida un joven conductor al salirse de la carretera la madrugada del lunes cuando regresaba a su casa en Carballo. Tenía 19 años y se estrelló contra un poste tras perder el control de su coche y salirse por el lado izquierdo de la calzada. En las últimas semanas hubo al menos cinco fallecidos en cuatro siniestros ocurridos en circunstancias similares: conductores jóvenes, madrugada y salidas de vía.

Es el tráfico gallego. Las grandes operaciones salida, como la de Semana Santa, se reflejan aquí en un incremento de las retenciones en los accesos a las ciudades y a las localidades de interés turístico. Y poco más. Poca influencia tienen los movimientos de vehículos por autovías y autopistas. En Galicia, los riesgos se concentran en los trayectos cortos que se realizan por carreteras convencionales de doble sentido, las que tienen cunetas, cruces y peatones.

Ahí reforzó sus servicios la Guardia Civil de Tráfico, con más de 1.600 dispositivos de control. En ese tipo de vías se produjeron la mayoría de los 267 accidentes de Galicia en los días del dispositivo especial de Semana Santa, del 8 al 18 de este mes de abril. Además de los tres fallecidos, hubo cuatro heridos graves y sesenta heridos leves. «Cifras insoportables, con vidas perdidas y familias rotas», como lamentó este martes el delegado del Gobierno, José Miñones. Cifras que se repiten en el algoritmo del tráfico gallego.