Diez días para solucionar el relevo repentino de Feijoo

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Núñez Feijoo saluda a Alfonso Rueda tras anunciar que optaría a ser presidente del PP nacional.
Núñez Feijoo saluda a Alfonso Rueda tras anunciar que optaría a ser presidente del PP nacional. PACO RODRÍGUEZ

El presidente arrancó los contactos que hicieron a Alfonso Rueda candidato único de cara al congreso que se convoca mañana

17 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El PP de Galicia ha resuelto en diez días la sucesión de Alberto Núñez Feijoo, un proceso del que se hablaba no sin temor en el partido desde hace más de un lustro, pero que ha llegado de forma sobrevenida. Su relevo será Alfonso Rueda Valenzuela, vicepresidente primero de la Xunta. Como había previsto Feijoo, el PPdeG ha tomado una decisión «previsible» —Rueda ha sido durante 13 años el número dos del Gobierno gallego— y la materializará con todas sus consecuencias en un congreso extraordinario que será convocado mañana.

El cónclave pondrá fin a la crisis controlada que los populares gallegos asumieron para salvar al PP nacional del explosivo trance que desencadenó el choque entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. El partido corría riesgo de colapsar y hubo, recuerda Pedro Puy, portavoz del PPdeG en O Hórreo, una «total comprensión» sobre la «necesidad» de que Alberto Núñez Feijoo encabezase una «nueva etapa» en el PP nacional. «Todos lo entendimos y apoyamos», subraya Puy.

Esa nueva etapa arrancó en el congreso extraordinario de Sevilla celebrado los días 1 y 2 de abril, en el que Feijoo fue elegido presidente nacional del partido con el 98,35 % de los votos.

Durante la cita en la capital andaluza se hizo inevitable una transición rápida en Galicia. El día 1, Feijoo dimitió como presidente del PPdeG después de 16 años al frente, ya que ese puesto es incompatible con la jefatura nacional. Sus funciones en Galicia fueron asumidas de forma interina por el secretario general, Miguel Tellado. Pero dos días más tarde, el 3 de abril, Feijoo hizo a Tellado vicesecretario de Organización Territorial del PP. La responsabilidad de ese cargo, número 4 del escalafón de Génova, es difícil de compatibilizar con la dirección en Galicia, lo que obligó a acelerar la sucesión.

Feijoo también puso a Diego Calvo, presidente del PP de A Coruña, al frente del comité electoral del partido. Ese cargo es responsable de vigilar las candidaturas electorales en todo el país. En consecuencia, señalaron entonces fuentes del partido, el nombramiento alejaba a Calvo de la posibilidad de ser el sucesor.

Distintos cargos del PPdeG niegan que en Sevilla se tratase la sucesión. Pero los movimientos venían de atrás. Así se deduce de las declaraciones que el 29 de marzo —antes del congreso— hizo José Manuel Baltar, presidente del PP de Ourense, en las que recalcó que Rueda, como vicepresidente e histórico número dos de Feijoo, partía con «muchísima ventaja» en el relevo.

Sevilla y el nuevo líder

Tras los nombramientos anunciados por Feijoo, la tesis de Baltar se generalizó, y numerosos militantes aprovecharon su paso por Sevilla para fotografiarse y saludar a Alfonso Rueda, que volvió de la capital andaluza con aura de nuevo presidente.

El proceso de sucesión arrancó con todo la semana del 4 de abril. Núñez Feijoo se entrevistó con los presidentes provinciales en persona. Tres de ellos, Rueda, Calvo y la responsable del PP de Lugo, Elena Candia, tienen escaño en el Parlamento gallego, lo que facilitó los contactos. El proceso, señala Puy, no dificultó el trabajo del grupo parlamentario, aunque tres de sus miembros estaban directamente implicados. Recuerda el portavoz que Calvo asumió la actividad parlamentaria de compañeros que estaban de baja, o que el grupo popular logró la abstención del PSOE para su iniciativa con medidas contra la crisis económica.

La decisión de ir a un congreso

El martes 5 de abril, Feijoo contestó a las preguntas de la oposición en O Hórreo y al día siguiente se celebró la entrega de las medallas del Parlamento. Ese día Feijoo se fotografió con su grupo parlamentario entre gestos de adiós. Rueda posó con los delegados territoriales de la Xunta. La foto no era inusual, pero tenía fuerza simbólica ante el inminente relevo. También el miércoles Diego Calvo pidió que se celebrase un congreso para ordenar la sucesión. Esa opción ya había sido planteada por Baltar en sus declaraciones del 29 de marzo. La otra alternativa, un acuerdo del comité ejecutivo para designar a un sucesor, perdía fuerza.

Fue en ese arranque de semana cuando se entrevistaron Feijoo y Rueda. A partir de entonces también se produjeron contactos entre los presidentes provinciales. En muchos casos fueron telefónicos, lo que corrobora que se mantuvo la confianza a pesar de la importancia del momento.

El pasado fin de semana, Feijoo habló con Calvo. Ese domingo, en una entrevista con La Voz, el presidente anunció que prefería un congreso para su sucesión. Es la misma vía, recordó, que le llevó al liderazgo del PPdeG en el 2006 y al del PP en el 2022.

El martes 12 se entrevistó con José Manuel Baltar, que ese mismo día reafirmó su confianza en Rueda: «O mellor sucesor e deputado». También confirmaron su respaldo al vicepresidente primero Elena Candia, que mantuvo durante todo el proceso un discreto segundo plano, y Diego Calvo. El líder del PP coruñés había presidido el lunes un comité ejecutivo en el que se hizo un llamamiento a que la provincia, clave para las mayorías de Feijoo, fuese tenida en cuenta. Hubo incluso llamamientos a que se emitiese un comunicado. Pero Calvo, a quien algunas fuentes sitúan entre los futuros conselleiros, evitó cualquier gesto que se pudiese interpretar como indicio una fractura interna.

A las muestras de adhesión de los presidentes provinciales siguieron las de diputados, alcaldes, concejales y militantes. Había sucesor, Alfonso Rueda, y sería elegido como Núñez Feijoo en Sevilla, mediante un congreso extraordinario y en una candidatura de consenso.

La solución definitiva

El proceso, dice Miguel Tellado, «ha demostrado la madurez del partido», que sale «unido y sin riesgo de bicefalia». La designación de un sucesor mediante un acuerdo del comité ejecutivo habría supuesto una solución más rápida, ya que el congreso requiere un plazo previo de 30 días, pero de carácter temporal.

La celebración de un congreso, máximo órgano de decisión del partido, aporta una resolución «definitiva y global» para el PPdeG, que ahora tendrá «un nuevo presidente de la Xunta, un nuevo líder del partido y un nuevo candidato para las próximas elecciones autonómicas», señala el aún secretario general.

El jueves 14, con todas las cartas sobre la mesa, Alfonso Rueda afirmó: «Todos estamos satisfeitos, e eu, moi honrado». El futuro presidente ha insistido en el entendimiento que ha gobernado el proceso. Hubo, señaló de forma coloquial, «buen rollo». Han ayudado, señaló una veterana militante de A Coruña, «su discreción y voluntad de hablar con todos, como hizo Feijoo todos estos años».