Los turistas siguen accediendo al pueblo anegado de Lobios aun con el paso prohibido

GALICIA

Santi M. Amil

La empresa Energías de Portugal (EDP), que explota la presa de Lindoso, colocó barreras en la entrada por seguridad

15 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El pueblo de Aceredo, que emergió de las aguas tras el vaciado de la presa de Alto do Lindoso el pasado mes de octubre, sigue siendo el reclamo turístico de la comarca de A Baixa Limia. Así es, a pesar de que desde hace un mes se prohíbe acceder hasta él. El tránsito continuo de caminantes y vehículos a esta aldea fronteriza del concello ourensano de Lobios, llevó a la empresa que explota el embalse, Energías de Portugal, a colocar un cartel en la entrada alertando del peligro que supone circular por una zona inestable.

Así, a mediados del mes de marzo y para evitar riesgos y responsabilidades, la concesionaria lusa prohibió el acceso de personas e instaló unas barreras de plástico para impedir el paso de vehículos. Antes se había puesto en contacto con los responsables de los concellos de Lobios y Entrimo para que vigilaran los accesos a la aldea emergida y evitaran las visitas. Los regidores contestaron que tanto los terrenos como la responsabilidad es de Energías de Portugal, recordando que eran ellos los que debían controlar los accesos.

Pero la señalización no ha sido suficiente y los turistas siguen accediendo hasta el pueblo de Aceredo, como se pudo ver este mismo Jueves Santo. Y, en su mayoría, ni siquiera se paran un minuto a leer el cartel que dice «Zona de embalse. Varios peligros. No pasar». No dudan y acceden. Recorren sus calles, se fotografían y se sientan sobre las piedras a descansar.

Santi M. Amil

La fragilidad del terreno que lleva hasta el pueblo de Aceredo es perceptible a simple vista, nada más se rebasa el cartel que prohíbe el paso. Las bolsas de aire bajo las capas de asfalto y tierra, provocadas no solo por haber estado durante décadas bajo las aguas del Limia, sino también por la afluencia de turistas que en estos meses llegaron a este pueblo, han dejado zonas inestables y partes del terreno hundidas y con grandes oquedades. A pesar de las indicaciones y de la evidencia, los turistas siguen accediendo a la zona, llegando incluso a la parte más baja del embalse, donde se encuentran las casas, aunque ahora lo tengan que hacer a pie. Son mayoritariamente del resto de Galicia y del norte de Portugal, algunos incluso acuden con niños, y ayer volvieron a dar vida al pueblo, llegando a cuentagotas. No hubo largas colas de coches aparcados sobre el puente que atraviesa el río Limia, que se podían ver en semanas anteriores, pero sí fue continuo el ir y venir de vehículos que bien en el mirador o bien a la entrada misma del pueblo permanecían aparcados mientras los turistas llegaban hasta el fondo de la aldea.

Tras las lluvias del último mes se nota una ligera subida del nivel de agua del embalse, alrededor de un metro y medio, que tapa algunas de las edificaciones que habían quedado a la vista, corta calles y deja otra vez anegada la carretera que antiguamente conectaba A Baixa Limia con el norte de Portugal. A pesar del riesgo que supone hoy en día bajar hasta Aceredo, se espera que durante esta Semana Santa las visitas se multipliquen. La huella del turista no solo es visible en el estado del terreno, sino también en las mismas construcciones, en lo que fue el hogar y la memoria de muchos vecinos de esta aldea de Lobios. Las pintadas han llegado a sus paredes.