Francisco Barea, presidente del puerto de Ferrol: «Me gusta seguir principios»

GALICIA

CESAR TOIMIL

Aficionado a la bicicleta y ex futbolista, se encomienda al 2023 para el despegue de la infraestructura

15 abr 2022 . Actualizado a las 11:53 h.

Francisco Barea (Ferrol, 1972) es uno de esos tipos serios, circunspectos, que en realidad no lo son tanto, pero que prefieren que no se les note. Ingeniero de caminos, desde hace siete meses preside el puerto de Ferrol. A principios de semana no sabía aún si cogería libre algún día de la Semana Santa.

—Estoy acostumbrado a no tener vacaciones. No me preocupa mucho. Yo he sido autónomo, empresario toda la vida y tenemos otro concepto sobre esto.

—Bueno, pero tendrá que aprovechar las ventajas de estar en el sector público.

—No es tan sencillo, que aquí hay mucho que hacer. Yo tengo el mismo ritmo que cuando estaba por mi cuenta.

—¿Qué tal han sido estos primeros meses en el cargo?

—Muy positivos. Hemos avanzado en muchas cosas, algunas que iban al ralentí. Y soy positivo en lo que falta por hacer y en lo que puede venir.

—De Ferrol siempre se dice que tuvo tiempos mejores y que, pese a su potencial, no acaba de explotar.

—Ferrol tuvo un esplendor muy importante pero a partir de la reconversión industrial hemos sido una ciudad y una comarca muy castigada. Pero también digo que ahora soy más optimista que nunca. El horizonte es 2024.

—¿Por qué dice eso?

—Las posibilidades del puerto estarán en su punto álgido en esa fecha: la terminal de contenedores funcionando a un nivel alto con la conexión del tren; con las empresas que se están instalando y otras que se están interesando; habrá que ver en qué nivel de desarrollo estarán las fragatas de Navantia y la eólica marina, que va a tener una gran importancia... Todo esto va a generar mucho nivel productivo y mucho beneficio a la comarca.

—Tal como están las cosas, hay que ser muy prudente con las expectativas.

—Hay decisiones que se toman erróneamente y que afectan a la comarca. La transición energética, por ejemplo. Totalmente abrupta y que ha provocado que la terminal de Endesa deje de funcionar. Y si acompañan cosas como la guerra, la situación se complica más. Todo junto genera un problema, claro. Pero hay que afrontar estas cosas lo mejor posible, levantarnos y enfocar ese horizonte de 2024.

—¿Su proyecto estrella?

—El proyecto clave es acabar el tren, que será el punto de inflexión en el puerto. Es la única infraestructura que nos falta: tenemos calados, comunicaciones por carretera y ahora por tren. Eso va a multiplicar los tráficos por contenedor. Será clave para todo el norte de Galicia. El otro objetivo que tengo es abrir Ferrol al mar y cambiar la fachada marítima en favor de los ciudadanos.

—El puerto de A Coruña es una competencia para ustedes.

—Yo no lo veo así, no creo en las competencias. El puerto de A Coruña tiene sus características y sus clientes. Tenemos que ayudar para desarrollar cada uno la comarca que nos corresponde.

—¿Celta o Dépor?

—Yo soy del Rácing de Ferrol. Y también del club en el que he jugado 23 años: el CCRD de Perlío.

—Yo pensé que los de Ferrol eran todos rivales del Dépor. Será del Celta un poco.

—Je, je. No, no. Yo no creo en esas rivalidades, me gustaría que los dos estuvieran en Primera División.

—¿Dijo que jugó 23 años en el Perlío? Una carrera larga.

—Empecé con 11 años, que era como se empezaba antes.

—¿De que jugaba?

—Jugaba un poco por libre, de la mitad para arriba. Empecé como extremo izquierdo, pero me fui transformando.

—Va a ver al Rácing de vez en cuando?

—Tenía que ir más de lo que voy. Desde que estoy en el cargo todavía no he ido. Tengo mucho lío, pero tengo que descansar en algún momento.

—Tiene un cargo exigente.

—Tiene que serlo. Si estás en un puesto como este y no te exiges a ti mismo, tienes un problema. Yo siempre digo que este es un trabajo sin horario.

Pilar Canicoba

—También le pega a la bici.

—Sí. Es lo que más practico. Voy por la montaña, la carretera me da un poco de respeto.

—Tiene pinta de darse buenos tutes.

—El último fue de 73 kilómetros con 1.600 metros de ascenso acumulado.

—Tendrá unas piernas de madera.

—Ja, ja. Hay que cuidarse un poco, que con la edad se nota que cuesta recuperar.

—¿Cómo diría que es usted en pocas palabras?

—A mí me gusta seguir principios: creo firmemente en la lealtad. Y en la responsabilidad, por supuesto. Soy muy dinámico. Y me gusta ser resolutivo. Estamos para resolver problemas, no para crear más.

—¿Y para Ferrol, qué palabras elegiría?

—Es bonita, tiene muchísima riqueza, es particular y creo que tiene mucho potencial.

—¿Cocina?

—Sí. No me da pereza ponerme ante los fogones. Con mi pareja nos turnamos para cocinar.

—Diga algo que no hace bien y que le gustaría mejorar.

—Muchas cosas. Quizás el hecho de que, aunque soy una persona muy cercana, soy poco cariñoso; soy poco besucón por así decirlo.

—Un lugar en el que sea feliz.

—La montaña. Y sobre todo la alta montaña. Voy mucho en bici y a caminar. También me gusta el mar, me gusta pescar.

—Algo repugnante.

—La guerra de Ucrania. Y otra cosa que no soporto es a esos que dicen algo y practican lo contrario. No puedo con eso.

—Una canción.

—Es muy difícil, porque me gusta mucho la música. Por decir alguna, Anabel Lee de Radio Futura. Aunque yo diría que la mejor canción del pop es Billie Jean de Michael Jackson

—¿Lo más importante en la vida?

—La salud, la familia, incluidos los amigos, y ser feliz, que consiste en adaptarse a lo que se tiene en el momento en que se tiene.

—Fácil de entender, difícil de aplicar. ¿Usted lo hace?

—Yo creo que sí. He tenido profesionalmente partes buenas y otras muy, muy malas. Y creo que me he sabido adaptar a las dos.