La eliminación de puntos negros redujo a la mitad la accidentalidad  en la red de carreteras de la Xunta

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Una rotonda y un nuevo balizamiento elimina la peligrosidad y reduce la velocidad en este cruce de la AC-164, en Bergondo.
Una rotonda y un nuevo balizamiento elimina la peligrosidad y reduce la velocidad en este cruce de la AC-164, en Bergondo.

La cifra de tramos de riesgo pasó de 56 a 30 en apenas cinco años

29 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En el año 2016 había 56 tramos de concentración de accidentes (TCA) en las carreteras de la red autonómica que gestiona la Consellería de Infraestruturas. La mayoría de esos puntos negros de riesgo estaban ubicados en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Ocupaban un 1,61 % de la red de carreteras y concentraban el 18 % de los accidentes con víctimas. Ese porcentaje subía hasta el 28,6 en el los TCA de la provincia de Pontevedra.

En el año 2020, el número de tramos de concentración de accidentes bajó a 30, y la cifra de accidentes con víctimas en esos puntos pasó del 18 al 10 %. En términos absolutos, el número de siniestros con víctimas pasó de 1.117 en el período 2012-2016 a los 575 registrados entre el 2016 y el 2020, un 58,5 % menos de accidentes con muertos o heridos.

Este es el mismo punto de la AC-164 antes de la intervención para eliminar el tramo de concentración de accidentes.
Este es el mismo punto de la AC-164 antes de la intervención para eliminar el tramo de concentración de accidentes.

Los datos corresponden a un informe que la Consellería de Infraestruturas remitió al Consello de la Xunta con el balance de resultados de la estrategia de eliminación de tramos de concentración de accidentes en la red autonómica. En el documento también se indica que el número de kilómetros de TCA pasó de 89 en el 2016 a 46 en el 2020.

El informe del departamento que dirige Ethel Vázquez destaca el descenso de víctimas mortales en las carreteras de la Xunta en los últimos años, desde los 50 fallecidos del 2011 a los 36 que se contabilizaron en el 2019, y los 29 del 2020, aunque el dato de este último año está marcado por las restricciones circulatorias de la pandemia.

Los accidentes con víctimas en esos puntos se agrupan en cuatro tipos: las colisiones, tanto frontales como laterales o múltiples; las salidas de vía, con choques contra árboles, muros, casas o despeñamientos; los atropellos, a peatones aislados o en grupo, o a personas que estaban reparando un vehículo en el arcén, y otros, como colisiones contra coches averiados o estacionados, contra objetos en la calzada o vuelcos en carretera.

Las colisiones entre dos o más vehículos (39-59 %) y las salidas de vía (22-33 %) son los tipos de accidentes con mayor número de muertos al año en las carreteras autonómicas. Les siguen los atropellos (10-30 %).

¿Cómo se eliminaron esos tramos de concentración de accidentes en la red autonómica? El informe de Infraestruturas indica que se analizaron los tipos de siniestros que se producían en esos tramos y se diseñaron actuaciones específicas para cada uno de ellos. Se realizaron intervenciones para reducir la velocidad en las travesías con diseños que influyesen en la percepción visual de los conductores. También se reordenaron accesos agrupándolos en vías de servicio, con lo que se redujeron los giros a la izquierda al tiempo que se ofrecían alternativas para cambios de sentido. 

También se reformaron los cruces más peligrosos, en los que se construyeron rotondas, que permiten los giros en condiciones seguras y obligan a reducir la velocidad. Y se mejoraron la señalización y los balizamientos, y se reformaron los márgenes de las carreteras y las barreras de seguridad. En ese cómputo también se incluye el refuerzo de firmes y la construcción de sendas peatonales y ciclistas.