Avelino Lima, máximo responsable de la lucha contra el narco en el norte de Portugal: «No es posible acabar con el narcotráfico, solo contenerlo»

Javier Romero Doniz
Javier Romero OPORTO / LA VOZ

GALICIA

Avelino Lima, en la comisaría de Oporto, donde coordina a sus unidades.
Avelino Lima, en la comisaría de Oporto, donde coordina a sus unidades. Doniz

Vigiló a Miñanco, a los Charlines y a otros capos gallegos del pasado. Hoy, 25 años después de iniciar su carrera profesional, Galicia todavía es una prioridad

26 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El comisario jefe Avelino Lima y su gente asedian a cualquier narco que se mueve por el norte de Portugal desde 1997. Conocido y apreciado por sus colegas en Galicia y España, es un libro abierto sobre la mayor lacra surgida en las Rías Baixas. Coordina a la Policía Judiciária portuguesa en el norte del país, se dirige a sus objetivos por «malos» y reconoce que el problema del narcotráfico, y sus flujos de dinero, no deja de crecer en su país a la misma velocidad que en el resto del mundo.

—¿Cuál es el papel de Galicia en su día a día de coordinador del norte luso?

—Galicia, para nosotros, es un desafío constante. También es la región de España con la que más trabajamos. La otra es Madrid, por la elevada presencia de colombianos asentados y especializados en el narcotráfico transoceánico. Ese trabajo se hace por igual con la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera. Recordaré siempre la colaboración con el fallecido, el año pasado, Lino Alonso.

—Retrate su escenario de trabajo.

—Estamos acorralados por el tráfico, el blanqueo y el consumo de todo tipo de drogas. No hay fronteras, puede llegar desde las Rías Baixas, Oporto, Lisboa o el Algarve. Se trata de una lucha desigual por la gran capacidad de inversión de estas organizaciones, solo en telecomunicaciones van uno o cinco pasos por delante de nosotros.

—¿Hay capacidad real para minar al enemigo?

—No es posible acabar con el narco, solo contenerlo. Yo tengo esta perspectiva: todo pasa por que Europa reduzca el consumo de drogas. Si eso no ocurre, seguiremos recibiendo semejantes cantidades en forma de alijos y seguiremos asediados. ¿Cómo se hace eso? Todo pasa por aplicar políticas sociales, Europa ya superó a EE.UU. en el consumo de cocaína, ¡algo impensable hace unos años! Es la ley de la oferta y la demanda, los precios oscilan según se reclaman, y si hay ese reclamo, el negocio persiste. Es muy sencillo.

—¿Le falta gente para hacer frente al narcotráfico o el blanqueo?

—Siempre, siempre. Esto es un drama más que documentado. Tanto humanos como técnicos, un poco de todo... Las redes del crimen organizado a investigar son muchas, las tareas son muchas, y ellos trabajan 24 horas al día los siete días de la semana, y nosotros no podemos ser menos. Nuestro compromiso tiene que estar a la altura de su ambición por ganar dinero con el tráfico de cualquier droga.

—¿Las ganancias del narcotráfico globalizado son una pata más de la economía mundial legal?

—Estoy de acuerdo completamente, los flujos de dinero a escala mundial se mezclan con la economía mundial y ya son muchas décadas así. La economía mundial legal limpia todo ese dinero y resulta muy difícil llegar al origen de ese dinero. Hablamos de grandes envíos bancarios con empresas implicadas, inversores legales y sonados que se arriesgan sabiendo los grandes beneficios que pueden obtener. Otra cosa es el movimiento de paquetes de kilos, que se pagan en mano, y sí hay flujo físico de dinero.

—El narcosubmarino incautado en Aldán en el año 2019 tenía que haber llegado a Portugal, no a Galicia, ¿qué sabe del caso?

—Se venía hablando mucho sobre la posibilidad de que llegaran a la Península atravesando el Atlántico, de una voluntad manifiesta desde hace años. Si lo consiguieron consumar, no lo sé, pero el caso del 2019 demuestra que es posible.

—Galicia y Portugal tienen a otro narco que trabajó, o lo sigue haciendo, en ambos territorios. Es de Brasil, se llama Sérgio Roberto de Carvalho y en España adoptó la identidad falsa de Paul Wouter hasta que fingió su muerte para fugarse. ¿Qué saben de su ubicación tras huir?

—Se fugó o no, todo depende de la perspectiva... Incluso se dijo que estuvo huido por el norte de Portugal, por la zona de Monção. Hay indicios que nos dicen que sí, pero es normal. Tan al norte de Portugal hay gente muy interesante con la que puede organizar comidas y hablar de negocios.

—Portugal y Brasil, al arrestar a parte de la organización de este hombre hace año y medio en la operación Enterprise, aseguraron que entre el 2017 y el 2019 le decomisaron 45.000 kilos de cocaína. Entonces, ¿cuánto pudo meter sin ser detectado?

—Creo que se puede aplicar la teoría del 10 %. Se dice que nosotros apresamos el 10 % de lo que realmente entra, así que...

—Lleva más de 20 años investigando la relación del narco gallego con el luso, ¿puede decirse que el apodado Zé Fráncés fue el más activo de su país en alianza con gallegos?

—Posiblemente fue el más grande en el norte de Portugal, y trabajó durante años con gallegos. Tenía los contactos en América del Sur, relaciones familiares con Colombia, un estratega en términos de mar, solo necesitaba importadores y compradores para importar. Él trabajaba con pesqueros, lanchas, contenedores.

—¿Qué puede decir del paso por Portugal de narcos gallegos históricos como es el caso de Sito Miñanco, de los Charlines, de Marcial Dorado o del clan de los Viriatos?

—Fueron personajes relevantes en este submundo, a muchos los seguimos en el contexto de investigaciones de los compañeros de España que pedían colaboración por su actividad demostrada en nuestro país.