Los hogares con mayor equipamiento tecnológico son los que están formados por integrantes de entre 30 y 44 años y los menos avanzados en este campo son los de los mayores de 65.
Las provincias de Pontevedra y A Coruña presentan una equipación elevada en más de la mitad de sus hogares, porcentajes que se quedan en un 34 y 38 % en los casos de Ourense y Lugo, respectivamente.
El 86 % de los gallegos estiman que son felices, aunque disminuye la percepción de satisfacción
El equivalente a 2,3 millones de gallegos estiman que son felices. El barómetro trimestral de Sondaxe apeló a los encuestados a que definiesen el nivel de felicidad con sus vidas y entre los que se declaran muy felices, bastante felices o felices sin más, suman un 85,9 %. Ese índice baja 1,7 puntos respecto a la misma consulta realizada en octubre del año pasado, pese a que entonces la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia del coronavirus se mantenía en niveles altos.
Ahora, en concreto, el 10,3 % señalan sentirse muy felices. Un 29,2 % se apuntan a asumir la etiqueta de ser bastante felices, y la gran mayoría, un 46,4 %, se declaran felices sin más matizaciones.
El grupo de los pesimistas cuenta con solo un 10 % que en estos momentos ven motivos en sus vidas para considerarse poco felices y un 1,8 % incluso mantiene que no son nada felices. La infelicidad anida sobre todo entre quienes tienen entre 45 y 64 años (un 13,6 se presenta como poco o nada felices) y lo hace menos entre los mayores de 65 años (9,4). Las declaraciones de felicidad plena se dan sobre todo entre los más jóvenes, los habitantes de la provincia de Pontevedra, en las urbes medias y entre los autónomos.
Carlos Punzón
La tecnología y las herramientas digitales han ensanchado las posibilidades de comunicación hasta escenarios impensables. Pero su uso requiere de una pericia cada vez más exigente y de medios tecnológicos que evolucionan constantemente y obligan a una actualización permanente. No toda la sociedad se siente capacitada para entender y utilizar dichas herramientas y aún menos para realizar de manera virtual los trámites que cada vez es más complicado conseguir hacer presencialmente.
El barómetro trimestral realizado por el Instituto Sondaxe para La Voz de Galicia refleja que son los mayores de 65 años los que sufren de manera más notable los efectos de la llamada brecha digital, la que se abre y separa a los usuarios digitalmente activos de los que no lo son o solo tienen conocimientos básicos. Los mayores no son los únicos que confiesan dificultades al manejarse por el carril tecnológico, pero sí son los que se declaran más afectados en todos los frentes de interrelación posibles. Todas las franjas de edad, pero los mayores de manera muy palpable, señalan a la Administración en todos sus niveles como la generadora de la brecha más profunda a la hora de realizar gestiones a través de herramientas tecnológicas.
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