Cae una organización colombiana que importaba coca impregnada en plástico que acababa en las Rías Baixas

GALICIA

Agentes de la investigación junto a los sacos con el plástico que escondía la cocaina.
Agentes de la investigación junto a los sacos con el plástico que escondía la cocaina. Cedida

Cruzaba el Atlántico en contenedores y, ya en España, la transportaban a la provincia de Pontevedra en coches con zulos para ocultar la mercancía. Agentes gallegos se desplazaron a Cali para arrestar a uno de los cabecillas

17 feb 2022 . Actualizado a las 18:11 h.

La Guardia Civil ha desarticulado una importante organización criminal dedicada a introducir cocaína a España por vía marítima, procedente de Sudamérica y oculta en escamas de PET, esto es, tereflalato de polietileno, un tipo de plástico muy usado en la fabricación de envases de bebida y textiles. Se ha arrestado a18 personas de nacionalidades colombiana, ecuatoriana, boliviana, española, albanesa y holandesa. Ellos serían los responsables de enviar la droga en contenedores, como los 1.461 kilos decomisados en esta operación, bautizada Picass 21. Ya en España, la droga se repartía mediante el sistema de coches con zulos ocultos.

La organización contaba con enlaces en la provincia de Pontevedra, adonde transportaban la droga escondida en esos mismos vehículos con zulos después de procesarla para extraerla del plástico donde la camuflaban en el país de origen. La organización sudamericana tenía los contactos necesarios para enviar partidas de cocaína de varias docenas de kilos en cada remesa. Ya en las Rías Baixas, los destinatarios podían moverla por su cuenta al tratarse de personas con experiencia en el negocio del narcotráfico. El Equipo Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil en Galicia participó en la operación Piccass 21 desde el inicio, por la información que manejaba de los gallegos implicados, junto a los Equipos de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Alicante y de Tenerife

Los cabecillas de la trama, naturales de Ecuador y Colombia, daban instrucciones a la red desde la cárcel de Picasent (Valencia). Incluso utilizaban teléfonos en los que se les podía escuchar expresarse con absoluta normalidad, sin recurrir a palabras en clave. Daban instrucciones a sus colaboradores de confianza, quienes se encontraban en libertad y ubicados  en la Comunidad Valenciana, Murcia, Colombia y Ecuador. De esta forma, estos individuos controlaban no solo el transporte de cocaína a gran escala, sino también el procesado de la misma en España, el transporte por la Península y hasta su venta al menudeo.

La Guardia Civil detectó el transporte de cocaína desde Ecuador en un contenedor marítimo, cuya carga ilegal estaría mezclada con mercancía pantalla. Así, se establecieron controles desde el envío de las sustancias en América. Una vez que dicho contenedor llegó al puerto de Algeciras en octubre, se procedió a la inspección del mismo, hallándose 22.000 kilogramos de escamas multicolor de PET distribuidos en 906 sacos de 25 kilogramos cada uno.

La Guardia Civil observó que los 87 sacos contenían unas partículas de color rojo y verde, mezcladas con las escamas de PET, que dieron resultado positivo en cocaína. La cocaína había sido sometida en origen a un proceso químico, que provocaba que no reaccionara al análisis de determinados test rápidos. El operativo permitióarrestar, en Murciana de Jumilla (Murcia), a seis varones que se disponían a almacenar la mercancía en una nave. Además, se encontraron 363 sacos similares y que también contenían escamas de PET, así como documentación relativa a su importación y laboratorios para el procesado, corte y envasado de la cocaína.

Esta operación ha contado con la Policía Nacional de Colombia, la Policía Nacional de Ecuador, la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos y la Interpol. También se detuvo a uno de los investigados en Cali (Colombia). Fue el Equipo Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil en Galicia el que se desplazó a Colombia para arrestar allí, en Cali, a un ciudadano colombiano que arrastraba una orden internacional de detención y extradición en España desde hacía cinco años. Además de otros cargos del pasado, en la operación Picass 21 está señalado por ser el responsable de organizar el envío en contenedor con los 1.461 kilos de cocaína requisados.

De manera global, la operación se ha saldado con la aprehensión de ese alijo y de 74 gramos de cocaína ya procesada, decenas de botes y barriles de sustancias susceptibles de ser empleadas para el corte de cocaína, dos básculas de precisión, una prensa hidráulica, más de 5.000 euros en metálico y un vehículo equipado con un habitáculo oculto. La agencia antidroga de los EE.UU., la DEA (Drug Enforcement Administration), la DIRAN (Dirección de Antinarcóticos) de la Policía Nacional de Colombia y la Policía Nacional de Ecuador también participaron en la investigación.